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Se estrenó una película ecuatoriana con aportes uruguayos sobre migrantes chinos

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Vacío

EN SALAS

Está en cines locales, "Vacío", una película de Paúl Venegas en la que Uruguay participó como coproductor minoritario; es un drama contemporáneo con premios en festivales

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Vacío, una película de Paúl Venegas

“Que fuera una coproducción con Ecuador, una ópera prima, protagonizada por una mujer y con el tema de la emigración tenía todos los elementos necesarios para que el proyecto me interesara mucho”, dice Esteban Schroeder, el productor local de Vacío, la película que se estrenó esta semana en varias salas montevideanas.

La dirige Paúl Venegas, quien ya había tenido contactos con Uruguay por su primera película, el documental Alberto Spencer, ecuatoriano de Peñarol, sobre el astro del fútbol.

Vacío es la historia de dos ciudadanos chinos (sobre todo una mujer) que llegan ilegalmente a Ecuador y quedan a merced de las mafias locales de trata de personas. Desde allí logran llegan a Uruguay donde termina su relato. La película está casi en su totalidad hablada en mandarín y, salvo una excepción, todos los actores no son profesionales, lo que le da naturalidad a la situación.

La película llega “luego de un feliz recorrido internacional”, cuenta Schroeder, a pesar de que estaba pronta cuando se declaró la emergencia mundial por la pandemia. Ganó el premio a la mejor ficción latinoamericana en el porteño Bafici y a la mejor película ecuatoriana en el Festival de Guayaquil. Abrió, además, el festival de Busan en Corea del Sur.

El aporte uruguayo, según su productor local, está muy centrado en el tratamiento sonoro, realizado por La Mayor. Schroeder es uno de los productores más prolíficos en Uruguay con una carrera que se incia a comienzos de la década de 1980. Dirigió, entre otras, El viñedo.

Vacío se estrenó este jueves en Cinemateca Uruguaya, en Sala B del Auditorio Nelly Goitiño y en el teatro Florencio Sánchez del Cerro. Hay planeadas exhibiciones en varias ciudades del interior.

“Es una película muy contemporánea, auténtica y uno sale muy agradecido de ver una historia como la que propone”, dice Schroeder.

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