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Es una comedia romántica alemana de un director prestigioso y es de los mejores estrenos del año

Hoy llega a la cartelera de cines locales, "Cielo rojo", la nueva película de Christian Petzold sobre cuatro amigos rodeados del fuego de un incendio forestal

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Cielo rojo de Christian Petzold

ebería haber cierta unanimidad a esta altura en que el alemán Christian Petzoldes uno de los grandes directores contemporános. Lo confirmó —aunque ya antes lo había dado a entender— con la trilogía sobre el amor en tiempos de opresión que protagonizó Nina Hoss y en donde estaban Bárbara (2012), Ave Fénix (2014) y Transit (2016), que algunos consideran la peor de las tres pero se equivocan. Están todas muy bien.

Allí, Petzold hablaba, por ejemplo, de la memoria y del pasado centrados en la peripecias de una mujer: transcurrían, respectivamente, en la Alemania comunista de los 70, en la Berlín de los primeros tiempos tras la caída del nazismo y en una Marsella actual que estaba hablando de cosas del pasado. Eran melodramas americanas con una espesura a menudo asociada al cine europeo.

No se parece en nada a otro director que ande en la vuelta y eso se debe a su apego a las construcciones tradicionales para contar procesiones personales y, quizás inquietantes. La presencia de Nina Hoss es central en esa etapa de la obra del director.

Cielo rojo es la segunda de una nueva trilogía que se centra, esta vez, en los elementos esenciales. Es la segunda película del director con Paula Beer, su nueva “musa”, un vínculo que ya no aplica.

La primera fue Undine, en la que algunos atributos de su anterior ciclo los completaba con una historia de amor que incluía elementos de leyenda germánica, la historia urbanística de Berlín. Tenía un gran final: Petzold tiene grandes finales.

Si Undine estaba centrada en el agua, en Cielo rojo hay una presencia importante del fuego, con un simbólico incendio forestal que amenaza el entorno.

Es otra gran película de Petzold quien acá parece ir por lados más amables y ligeros aunque mantiene las señales principales de su estilo. Le hizo ganar el León de Plata como mejor director del festival de Berlín.

Es, básicamente, un estudio de personaje en tono de comedia tranquila y con el arco narrativo girando exclusivamente alrededor de Leon (Thomas Schubert), un irritante, inseguro y egocéntrico escritor. Y un gran procastrinador.

Llegó a una casa de balneario sobre el Báltico con su amigo, Félix (Langston Uibel) principalmente a trabajar en sus proyectos artísticos. Ninguno de los dos hace mucho.

Leon está trancado con su segunda novela, Club Sandwich (un título poco prometedor) pero parece más preocupado por andar fisgoneando a Nadja (Beer), la pariente lejana de Felix que estaba cuando llegaron y con la que deben compartir la casa. Atiende un puesto de helado aunque como todas las mujeres de Petzold, parece esconder algún misterio.

Al principio, Leon la mira de lejos o la escucha a la noche con su pareja porque las paredes, insisten, son muy finas. A ella la frecuenta el salvavida local (Enno Trebs) quien rápidamente se integra al grupo con más entusiasmo que Leon, siempre tan pagado de sí mismo.

Nadja lo altera y los silencios incómodos, las excusas tontas y esa torpeza indican que lo conmueve amorosamente. Ella da señales confusas como todas las peculiares femmes fatales del director.

Petzold nació en 1960 en Hilden, pero en 1971 se instaló en Berlín donde estudió teatro (en la Universidad Libre) y cine en la efervescente Academia Alemana de Cine y Televisión.

Su mentor allí fue el vanguardista Harun Farocki y se lo integró al Movimiento de Cine de la Escuela de Berlín, del que, seguramente, es su figura más reconocida junto con Maren Ade (Toni Erdmann). Era central en su propuesta, una tendencia al realismo y los asuntos de la identidad pero las similitudes entre ellos no van más allá de ahí.

De esa época es su película El Estado soy yo, el trabajo de graduación de Petzold, una historia de terroristas ambientada en la década de 1970, fue saludada como un descubrimiento. Desde entonces ha construido una carrera sólida con una bien alemana tendencia al melodrama y a lo individual dentro de un contexto histórico.

Su acercamiento es muy personal y eso lo ha convertido en el cineasta prestigioso. Ha sido reconocido en todos los festivales internacionales y sus películas suelen encabezar la lista de lo mejor del año.

En Uruguay se ha visto casi toda su obra, pero la única que salió del circuito de Cinemateca Uruguaya y de los festivales fue Ave Fénix que tuvo un estreno en el circuito comercial.

Cielo rojo es una buena manera de entrar en la obra de Petzold: tiene un encantador aire de la ligereza de comedia francesa. Es una triste anécdota de verano, una historia de amor en tiempos tan amenazados como una casa en el bosque en medio de un incendio.

A pesar de la presencia de Beer, esta es la película de Leon, un personaje tirando a odioso que Schubert convierte en un cretino encantador. Lo deja claro esa sonrisa del último plano de la película. Y es otro gran final de Petzold.

Cielo Rojo [* * * * * ]
Origen: Alemania, 2022. Titulo original: Roter Himmel. Guion y dirección: Christian Petzold. Fotografía: Hans Fromm. Editora: Bettina Böhler. Con: Thomas Schubert, Paula Beer, Langston Uibel, Enno Trebs, Matthias Brandt. Duración: 102 minutos. Estreno: 5 de octubre, en Cinemateca Uruguaya, Life Cinemas 21, Life Alfabeta.

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