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"El exorcista", un clásico que sigue asustando y que ahora regresa en pantalla grande

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El exorcista

Regreso

Este miércoles en Movie Montevideo Shopping vuelve uno de las películas de terror más logradas, es parte de una serie de regresos a cines de viejos éxitos

El exorcista
Max Von Sidow y Linda Blair en "El exorcista"

Como bien explica Quentin Tarantino en Bastardos sin gloria —una película de guerra que está hablando de cine—, King Kong, la película de 1931 no es otra cosa que la historia de la esclavitud en Estados Unidos. O, como ya se ha dicho, La noche de los muertos vivientes —la de 1968, la de Romero— habla de consumismo. O la más reciente It Follows sobre las consecuencias de la crisis económica y otras calamidades en la juventud estadounidense.

Así, El exorcista, además de ser una de las películas más terroríficas de la historia, refleja algunos de los cambios de paradigma que sufría su sociedad a comienzos de la década de 1970. Así, esta historia de una niña poseída por el demonio y los sacerdotes que intentan sacárselo parece interpelar asuntos coyunturales como la disolución de la familia, el descreimiento religioso, la brecha generacional y cierta idea de un caos generalizado que son propios de su tiempo.

No es esa la principal razón por la que es buena El exorcista pero capaz que ayuda para volverla a ver desde esa perspectiva. Mañana, a las 20.40 en el Movie Montevideo Shopping hay una buena oportunidad de reencontrarla y en cine.

“El público cinéfilo está ávido de ver en pantalla grande —no por streaming— películas que marcaron época”, le dijo a El País, Soledad Ortiz, gerente de contenidos de Movie. “La gente que está viniendo es joven-adulta, mucho estudiante de cine, gente que le gusta el cine que por su edad no llegó a verla en sala”.

El resplandorde Stanley Kubrick que se exhibió hace un par de semanas agotó, de acuerdo a datos oficiales, dos funciones con más de 300 personas. Se vuelve a exhibir el miércoles 24.

En ese plan, desde este jueves al domingo se exhibe Harry Potter y la piedra filosofal y el 17 de noviembre, Beetlejuice, el superfantasma de Tim Burton. A fines de mes comienza un ciclo de tres películas de Clint Eastwood que incluye Harry, el sucio (el 28 de noviembre) Los imperdonables (el 30 de noviembre); Los puentes de Madison (1° de diciembre). Allí hay un personaje icónico y dos de sus películas como director más importantes.

Dirigida por William Friedkin, uno de los grandes directores americanos de la década de 1970, El exorcista ganó dos Oscar (a mejor guion adaptado y mejor sonido) de los 10 a los que estaba nominada, entre los que figuraba mejor película. Fue un éxito de taquilla y, principalmente, un fenómeno que excedió los confines del cine. Nadie parecía ajeno al asunto ese de las posesiones y el exorcismo que estaba en los diarios y en los informativos. Ser exorcista fue, en 1973, la profesión de moda.

El exorcista va directo a un montón de miedos primarios. Da por sentada la existencia de espíritus malignos y fuerzas ocultas, todo alrededor de la pobre Regan (Linda Blair) para desesperación de su madre (Ellen Burstyn) y de un par de sacerdotes (Max Von Sidow y Jason Miller, como el sufrido padre Karras). Hay cabezas que se dan vuelta, bastantes momentos sacrílegos, vomitos y otras cosas repulsivas.

Aunque no parezca, está basada en un caso real de posesión reportado por el Washington Post y ocurrido en 1949 en Mount Rainer, Maryland. El escritor William Peter Blatty se cruzó con esa historia y le hice los cambios dramáticos correspondientes. La acción transcurre en una familia uniparental y acomodada de Georgetown en Washington DC.

“El exorcista no es el caso de 1949”, le dijo Blatty al Post. “Este último me dio la idea, nada más. El resto, excepto el síndrome de posesión que es el mismo hasta el final de los antiguos registros egipcios de exorcismo, salió completamente de mi cabeza. Todo está inventado”.

Fue el propio Blatty, quien publicó el best seller en 1971, el que produjo la película y eligió a Friedkin, quien venía de ganar el Oscar por Contacto en Francia y es responsable de gran parte de los logros de la película.

Es decir, El exorcista asusta y mucho. Y por eso sigue siendo una obra contundente, bien contada y aterradora. Buena combinación para ver en pantalla enorme.

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