En junio de 1993, el director Gareth Edwards (Rogue One, Godzilla) tenía 17 años y estaba a punto de comenzar sus estudios en una escuela de cine, mientras Steven Spielberg cambiaba para siempre la historia del cine con el estreno de Jurassic Park. Con guion de David Koepp y basada en la novela de Michael Crichton, la película marcó el inicio de una nueva era tecnológica y narrativa en Hollywood.

Con una recaudación de más de mil millones de dólares, Jurassic Park fue, en su momento, la película más taquillera de la historia. Parte de su impacto se debió a los efectos visuales revolucionarios que combinaban animatrónica y CGI en una época en la que esa tecnología recién comenzaba a desarrollarse. Fue la primera superproducción en usar efectos digitales de manera realista. apenas 15 minutos de CGI bastaron para convencer al mundo de que los dinosaurios estaban vivos.
“Creo que tenía 17 años y fue el verano en el que estaba por ir a la escuela de cine. Estaba muy emocionado por tener una carrera haciendo cine y cosas así. Todos sabían que esta película iba a venir. Sentías que iba a cambiar el cine. Era la primera vez que se hacía un uso real de efectos digitales. Ibas a ver algo que nunca antes habías visto”, recordó Edwards en una charla con El País.

El 2 de julio de 2025, 32 años después, Jurassic World: Renace, dirigida por Gareth Edwards, llega a los cines como algo más que una nueva entrega de la saga. Es un tributo directo a Steven Spielberg, con guion de David Koepp, el mismo que adaptó la novela de Michael Crichton hace tres décadas.-Es una película que busca recuperar la esencia de la original de 1993.
“David Koepp escribió la original Jurassic Park. Y él es un poco más grande que yo, pero aún es suficientemente joven para haber crecido con las películas de Steven Spielberg. Y tiene esta devoción por esas películas, como yo. Cuando leí el guion, sentí que cada capítulo de la película era una pequeña carta de amor a una película diferente de Spielberg. Y eso, personalmente, me gustó”, dijo Edwards.
Jurassic World: Renace funciona como un reinicio narrativo dentro del universo jurásico. No hay cameos de los personajes clásicos ni referencias directas a la trilogía anterior. Pero sí muchísimas referencias al cine de Steven Spielberg. La amenaza no aparece de forma inmediata: se insinúa, se hace presente en sonidos, huellas y movimientos fuera de campo. Es una estrategia que remite directamente a Tiburón, donde el miedo no dependía de lo que se veía, sino de lo que se anticipaba. Además, el componente de aventura, con exploradores en tierras desconocidas y ambientes hostiles, establece una conexión clara con la saga de Indiana Jones.

“En cualquier otra situación no habría hecho esta película. Porque está muy inspirada por Spielberg. Pero el hecho de que Steven haya sido parte de ello y me haya entregado el guion diciendo: 'haz esto', me sentí como si tuviera una licencia para hacerlo, y creo que Steven es muy humilde y no quiere que imites lo que ha hecho, es como, hazlo a tu manera. Y yo quiero hacerlo a mi manera, pero cuando tienes a un animal gigante en el océano con una aleta atacando un barco, hay una película que te viene a la mente, pero no sé cómo escapar de esa imagen, no sé cómo hacer esas tomas y no pensar en Tiburón. Es casi imposible. Así que quedé esperando a que me regañara, pero nunca lo hizo, siempre fue un gran apoyo”, dijo en su charla con El País.
La historia transcurre cinco años después de los eventos de Jurassic World: Dominion. En este nuevo escenario, los dinosaurios han sido confinados a reservas ecológicas aisladas, lejos del contacto humano. Pero cuando una poderosa farmacéutica detecta el potencial genético de ciertas especies, decide enviar una expedición secreta para recolectar muestras de ADN.
La operación es liderada por Zora Bennett (Scarlett Johansson), una exagente de operaciones encubiertas, y la acompañan el paleontólogo Dr. Henry Loomis (Jonathan Bailey), el estratega militar Duncan Kincaid (Mahershala Ali) y Martin Krebs (Rupert Friend), ejecutivo de la compañía que financia la misión. Son todos recién llegados a la franquicia.

Hay una intención estética de volver al cine físico, tangible, con locaciones reales, acción más terrestre y personajes que enfrentan lo imposible con más intuición que tecnología. La narrativa vuelve a centrarse en personas comunes enfrentando lo extraordinario.
En charla con El País, el actor Rupert Friend dijo que “trabajar con dinosaurios fue algo único, porque, de alguna manera los construimos con nuestra imaginación. Entonces, hay un sentido en el que te empuja a lo que podés hacer con tu imaginación en un modo brillante. Tenés que soñar con todo para que pase y luego lo completan. No creo que suceda en ningún otro ejemplo”.
En este sentido, para Jonathan Bailey “la vara estaba muy alta. El arte de crear de manera orquestal el miedo inminente demanda un compromiso completo individualmente. Pero es solo asegurarse de que estás colocando el nivel correcto de miedo para cada dinosaurio. Recuerdo estar en la parte superior del barco y saber que los mosasaurus y los spinosaurus estaban trabajando juntos. Porque lo vimos cuando éramos más jóvenes. Y eso nos vuelve a esa imaginación lúdica con la que todos nacimos. Y es una de las experiencias más emocionantes de la película”.

Jurassic Park no solo cambió el cine por sus efectos visuales revolucionarios, lo hizo por su capacidad de combinar tecnología con una narrativa precisa, donde el suspenso se construía con silencios, planos abiertos y personajes que enfrentaban lo desconocido con una mezcla de miedo y fascinación. Spielberg no solo mostró dinosaurios, hizo que el público creyera en ellos. Treinta años después, Jurassic World: Renace no intenta superar esa fórmula, sino celebrarla. La saga vuelve al punto de partida. No como repetición, sino como homenaje.