Ferrari, se ha dicho, es el proyecto soñado de Michael Mann, el director de clásicos recientes del cine americano como Fuego contra fuego, Colateral, El informante y Ali. Considerado un maestro, su acercamiento a una figura como la del fundador de la escudería italiana, alimentó justificada expectativa.
Aunque mostró su estilo en el inicio de la primera temporada de Tokyo Vice (que es de lo mejor que ha hecho en tiempo y está en Netflix) es su primera película en ocho años. Tiene a Adam Driver y Penélope Cruz en papeles exigidos, un cuidado técnico de alta gama y un par de ideas visuales interesantes. No tiene ninguna nominación para los Oscar, lo que es llamativo.
Mann es considerado una suerte de auteur de Hollywood por su aproximación visualmente cuidada (que es parte de su estilo), a géneros tradicionales del cine americano. Sus películas, aunque entran en la categoría de independientes, precisan grandes presupuestos y grandes estrellas y tienen distribución mundial. Todo esos rubros están plenamente cubiertos en Ferrari.
Que sea un proyecto soñado, se sabe, es una obstinación que no necesariamente se condice con el resultado. Ferrari lo prueba.
La historia transcurre en el verano de 1957 cuando Don Enzo, el industrial automotriz italiano que aquí compone Driver, tiene 59 años y varios frentes complicados.
La muerte de su hijo, Dino, su único heredero, lo ha agriado y distanciado aún más de Laura (Cruz, quien fue una mejor Anna Magnani en Volver), su esposa y socia, aunque ha encontrado refugio en Lina (Shailene Woodley, algo así como lo menos italiano del mundo) con quien tiene un hijo. El procastina el trámite de darle el apellido pero él no quiere que su esposa, que sabe de su condición de mujeriego, se entere de la seriedad de esa situación.
Laura tiene la mayoría de las acciones de la empresa y está ofuscada e inestable justo cuando el negocio va camino a la bancarrota. Las carreras de autos son un capricho raro pero, en una escena importante, queda claro que es una suerte de religión paralela.
Por eso Ferrari necesita un socio capitalista que rescate a la empresa (lo haría Fiat, en 1967) y le solucione alguno de esos frentes. Es un empresario feroz, un líder grupal enérgico y motivador aunque algo frío.
Para conseguir ese inversionista salvador, ayudaría un montón ganar las Mille Miglia, una competencia de carretera ida y vuelta entre Brescia y Roma. La cronología de la carrera está algo confusa, distraída, aunque tiene un final contundente: la muerte lo anda rondando a Don Enzo pero al igual que a la película, no parece conmoverlo.
El guion del finado Troy Kennedy Martin, aunque está basado en un libro de no ficción de Brock Yates, es el de un melodrama de acción.
Está más interesado en el triángulo amoroso que en el emprendedurismo negligente de Ferrari. El cine de Mann está marcado por héroes conflictuados, problemáticos, solitarios, aquí rústicamente justificados.
Le dedica, sí, una espectacularidad modesta y algo avejentada a las escenas de carrera que son lo mejor de la película gracias a unos modales muy 70s que le vienen muy bien.
Un poco más de profundidad en los personajes podría generar cierta empatía, cierto. Aunque parece haber líneas a desarrollar en algunos de los pilotos (incluso uno es Patrick Dempsey), eso no se concreta. Por momentos la historia acumula demasiadas curvas.
No la beneficia el cocoliche de inglés con acento italiano en que está hablada la película. Es una convención, claro, pero ya está. La misma contrariedad la carga La casa Gucci, que tenía a Driver hablando esa jeringoza.
El mundo del automovilismo tiene ejemplos recientes muy superiores a Ferrari: Ford vs. Ferrari de James Mangold y Rush: pasión y gloria de Ron Howard. Conseguían, mantener el interés en la aventura y el peligro de la velocidad.
Acá esas cosas cosas están limitadas a un par de momentos impactantes y una tendencia a tomar el camino más largo que también es parte del estilo del director. Pero ver a Mann, a los 81 años, haciendo la película que siempre quiso hacer, en cierta cinéfila manera, la termina redimiendo.
Ferrari [ * * * ] Origen: Estados Unidos, 2023. Título original: Ferrari. Director: Michael Mann. Guion: Troy Kennedy Martin. Fotografía: Eric Merrerschmidt. Editor: Pietro Scalia. Música: Daniel Pemberton. Con: Adam Driver, Penélope Cruz, Shailene Woodley, Sarah Gadon, Gabriel Leone, Jack O’Connell, Patrick Dempsey. Duración: 130 minutos. Estreno: 22 de febrero, cines.