En el Museo de Historia del Arte, de la Intendencia (en 18 de Julio y Ejido) hay una exposición que vale la pena visitar: se trata de Hokusai y el manga, que bajo curaduría de Carmen Anderson presenta un guión interesante, que traza un gran puente estético de un par de siglos.
El visitante no tiene por qué saber de antemano de la existencia de Hokusai (1760-1849), egregio pintor y grabador japonés, que con su obra hizo escuela, tanto en su tierra como en Occidente, donde impresionó, por ejemplo, por su capacidad para dibujar el efecto del movimiento en una imagen fija. La exposición en cuestión no solamente ilustra o refresca sobre la existencia de este notable artista nipón, sino que lo proyecta al presente, principalmente por su influencia sobre el manga, palabra japonesa para designar a las historietas en general, y que fuera de Japón se utiliza tanto para referirse a las historietas de origen japonés como al estilo de dibujo utilizado en ellas.
Una armadura samurai recibe a quien ingresa a la pequeña sala en penumbras, y la antigua pieza, de mediados del siglo XIX, está estratégicamente ubicada, dado que preside la entrada a esta muestra que tan bien describe algunas tradiciones japonesas. Sin embargo, la rigidez de la antigua pieza, contrasta con la frescura de los trabajos de Hokusai, que expresan un amplísimo rango temático, desde escenas cotidianas hasta otras de inspiración fantástica.
La exposición sintetiza en contadas piezas todo el mundo de este artista japonés y su proyección al presente. Ocho paneles explicativos introducen al visitante en el tema, ilustrándolo sobre la vida del pintor, sus obras y técnicas. Una vitrina con una veintena de libros antiguos da cuenta de la audaz gráfica de la época, y de la capacidad para solucionar toda una gama de problemas estéticos. Observar la estimulante caligrafía japonesa, los dibujos poderosos, la síntesis de los rostros y las escenas costumbristas es una parte del placer que esta exposición brinda.
Además de un video que suma al propósito pedagógico de la muestra, otro de sus puntos de mayor interés está en la comparación que en ella se hace de Hokusai con los autores de historietas contemporáneos o recientes. Y es asombroso el paralelo estilístico que hay entre el maestro japonés y sus herederos del presente. Por ejemplo, en el tema del encuentro del héroe y la energía en forma de rayo, se puede ver un paralelo entre Hokusai y Katsuhiro Otomo, prestigioso dibujante de manga y director de animé.
Otro ejemplo impresionante es el modo en que Sanpei Shirato (artista japonés de manga, reconocido por su crítica social) resuelve el tema de los caballos lanzados al galope, imagen que es comparada con la del maestro Hokusai. Las figuras fantásticas y los seres mutantes también encuentran un asombroso paralelo entre los trabajos gráficos de la primera mitad del siglo XIX y los que ofrecen dibujantes de historietas más recientes, como Hitoshi Iwaaki.
Por supuesto que el visitante que conoce la obra de Hokusai irá buscando su famosa ola, que tanto ha hecho meditar a los críticos de arte de ayer y de hoy. Y va a encontrar esa imagen, y otras que resultan también interesantes de analizar, como aquellas que trabajan el tema del impacto del descenso en caída.
Hokusai influyó fuertemente sobre el arte occidental, principalmente sobre los impresionistas y post impresionistas. Desde Camille Pissarro hasta Van Gogh, el dibujo japonés del siglo XIX influyó fuertemente. Un siglo después, el manga capitaliza esa experiencia, y la recrea llena de vitalidad y creatividad.

ESTIMULANTE EXPOSICIÓN EN EL MUSEO DE HISTORIA DEL ARTE