Las leyendas nunca mueren y la viuda de Humphrey Bogart, Lauren Bacall, se mostró segura de ello al afirmar que "nunca nos desharemos de él" cuando se cumplió ayer el 50º aniversario del fallecimiento del legendario duro de la pantalla.
La afirmación, hecha con cariño por Bacall, responde a la triste onomástica de quien Hollywood recuerda coloquialmente como "Bogie", que murió el 14 de enero de 1957, a los 58 años, víctima de un cáncer de garganta.
Según recordó su amigo y cineasta John Huston durante el sepelio, el actor falleció pensando hasta el final que se recuperaría de esa mortal enfermedad. Razón no le faltó, porque a pesar de su muerte, o avivada por ello, su fama es cada vez mayor.
"No puedo creerlo. Si aún está vivo", añadió Bacall al columnista Army Arched de Variety. "No dejo de pensar en él", agregó con un toque personal antes de concluir la entrevista con un tono más prosaico: "por supuesto, le vemos todo el tiempo en televisión".
En televisión, en cine, en DVD o en fotos. La imagen de Bogart es sin lugar a dudas la más conocida de la era dorada del cine. Sus besos, como el que le dio a Ingrid Bergman en Casablanca o el que le plantó a Audrey Hepburn en Sabrina son los mejores de la historia del cine, según una encuesta.
Sus films figuran entre los más populares, en especial los dos mencionados, además de Altas sierras, El halcón maltés o La Reina Africana, la única película por la que obtuvo el Oscar al que aspiró en tres ocasiones.
Los políticos le añoran y una reciente encuesta entre miembros del Parlamento Británico eligió Casablanca como su película preferida.