Comisario de cabina, modelo, locutor y conductor, Carlos Iglesias fue en los ‘70 y ‘80 la imagen del galán rioplatense. Su altura y robusta delgadez, sumado a un seductor look de bigote, lo convirtieron en una primera figura de la publicidad y la moda argentinas: no paraba de salir en comerciales televisivos y gráficos y trabajó en todos los canales de su país.
Por eso, cuando en 1986 fue convocado por Teledoce para la conducción de Verano del..., se convirtió en un suceso televisivo. El programa había empezado años atrás conducido por Julio Alonso y Cristina Ordoqui pero fue con Iglesias que se consolidó en pantalla temporada tras temporada en los años ‘80 y ‘90.
Su esposa era Patricia Della Giovampaola, modelo italiana que adquirió el apellido de casada y se hacía llamar “Patricia Iglesias”. En cierto momento, ella pidió a la producción de Verano del..., encabezada por Raquel Rojo, para hacer notas y de ese modo se incorporó como notera. Trabajó tres temporadas pero luego se divorció de Iglesias y tras su casamiento con Rodrigo D’Aranberg, dejó el programa. Así fue cómo se sumó al programa Victoria Rodríguez, en 1997.
Dos años más tarde, en 1999, Iglesias dejó Verano del... Solo apareció en el primer capítulo para decir que por “contratos” en su país no podía continuar con su labor. Fue la última vez que se lo vio en pantalla en Uruguay.
Verano del... continuó con la conducción de Victoria Rodríguez y Alejandro Figueredo. Adriana Figueroa, Patricia Wolf y su pareja de entonces, Dani Puig, Leo Sarro, Barbara Wild, Catalina Ferrand, entre otros, también fueron parte de alguna de las temporadas de Verano del... La música, a cargo de los hermanos Berch y Aram Rupenian era un pilar del programa. Verano del... marcaba el tema de la temporada con su cortina de presentación.
Eventos, fiestas, moda, arte, celebridades: no hubo fenómeno estival que no haya sido reportado en alguna de las 25 temporadas del programa que fue un clásico en Teledoce. El programa se nutrió de los suntuosos años ‘90. Millonarios brasileños, como Gilberto Scarpa o Alexander Grendene, “competían” por quién era anfitrión de las fiestas más grandes. Traían en jet privado a personalidades como Antonio Banderas o Catherine Deneuve y se lucían con shows internacionales. Los argentinos, que por ese entonces se relamían en las mieles económicas del 1 a 1 cambiario, no se quedaban atrás. Empresarios pujantes como Roberto Giordano y Pancho Dotto pusieron en la vidriera a modelos como Valeria Mazza, Pampita, Nicole Neuman, Mariana Fabbiani... todas dieron sus primeros pasos de pasarela en Punta del Este.
“Verano del... muestra todo lo que acontece desde todos los puntos de vista y no solamente mostrando las colitas, las caras conocidas, las playas, las diversiones del jet-set, hay muchas otras cosas para mostrar”, declaraba Carlos Iglesias en una entrevista a Sábado Show en 1991.
Puso los ejemplos de entrevistas a Lino Ventura, Mariel Hemingway, Omar Shariff, David Hamilton, entre otras que salieron en distintos capítulos del programa.
Iglesias trabajó en varios canales en Argentina y fue coconductor de otro clásico, Feliz domingo para la juventud, con Silvio Soldán. Como modelo trabajó en Italia, México y Austria, entre otros país. Fue docente de modelaje en su país, además de recorrer el mundo como jefe de cabina de Aerolíneas Argentinas.
Con la llegada de los 2000, Punta del Este cambió. El glamour de los ‘80 y ‘90 conservaba la familiaridad de un balneario donde, al final, todos se conocían. Luego, las fiestas empezaron a ser privadas. La gente tenía desconfianza a la hora de mostrar sus casas. Los desfiles dejaron de ser interesantes. La crisis económica elevó los costos y las temporadas se acortaron. Casi sin materia prima, Verano del 2008 fue la última expresión de un programa emblemático.
A 15 años del final del programa, las noticias sobre Carlos Iglesias, seguramente su conductor más importante, son escasas.
El comunicador dejó completamente los medios en los 2000. Los productores uruguayos que trabajaron con él tienen referencias de que realizó una inversión en el caribe mexicano que no prosperó y volvió a su provincia natal (Misiones, Argentina) donde hizo una especie de retiro en medio de la naturaleza agreste.
Padre de dos hijos, estuvo casado al menos tres veces, además de con Patricia Della Giovanpaola.
Nunca más vino a Uruguay. En la actualidad, a los 77 años, lleva una vida de bajísimo perfil en Buenos Aires.