"Sorpresa y media": el programa que emocionó a una generación y qué fue de la compañera de Julián Weich

Redacción El País.
En la historia de la televisión regional de fines de los años noventa y principios de los dos mil, pocos programas lograron combinar la emoción, el entretenimiento y la sensibilidad como Sorpresa y media. Emitido por Canal 13 entre 1997 y 2001, conducido por Julián Weich, el ciclo se consolidó rápidamente como un formato original y entrañable que marcó a varias generaciones de espectadores. Su propuesta simple, pero profundamente humana, consistía en organizar encuentros emotivos, homenajes inesperados y gestos solidarios que transformaban la vida de los protagonistas y, al mismo tiempo, conmovían a la audiencia.

En Uruguay, el programa se emitió en los fines de semana de Canal 10. Sorpresa y media se destacó por darle protagonismo a las historias de personas comunes. La dinámica era clara: alguien escribía al programa para sorprender a un familiar, un amigo o un ser querido con un reconocimiento, un encuentro o un sueño cumplido. La producción se encargaba de organizar cada detalle para que el homenajeado viviera un momento inolvidable frente a las cámaras.

La conducción de Julián Weich fue clave en el éxito del ciclo. Con su estilo cercano, cálido y espontáneo, lograba transmitir credibilidad y empatía. No se limitaba a ser un presentador, sino que actuaba como un mediador emocional entre quienes participaban y la audiencia. Estaba acompañado en la coconducción por la locutora Maby Wells.

Uno de los recursos más recordados fue el uso de la pantalla gigante en el estudio, donde solían aparecer familiares lejanos, amigos perdidos o celebridades que admiraba la persona homenajeada. También había sorpresas que involucraban viajes, visitas inesperadas o la realización de algún sueño postergado. El formato se apoyaba en una estructura televisiva sencilla, pero muy efectiva, porque la verdadera fuerza estaba en la historia real de cada protagonista.

En términos de impacto cultural, Sorpresa y media dejó huella. Fue un reflejo del espíritu solidario de la sociedad argentina y funcionó como un recordatorio de la importancia de valorar a las personas en vida, reconocer sus esfuerzos y devolverles cariño.

El programa también dio lugar a momentos icónicos. Desde historias de superación personal hasta encuentros con ídolos del deporte, la música o la actuación, cada emisión ofrecía un abanico de emociones que iban de la nostalgia a la euforia.

Aunque su ciclo terminó en 2001, la marca de Sorpresa y media permaneció viva en la memoria colectiva. Se lo recuerda como un programa blanco, sin agresividad ni polémicas, en un tiempo donde la TV comenzaba a llenarse de gritos y escándalos. Su legado está en haber demostrado que la emoción genuina también podía ser un espectáculo televisivo de alto impacto, y que detrás de cada pantalla había una sociedad deseosa de ver reflejados sus propios afectos.

El programa realizaba un sorteo de una importante suma en efectivo con el número de billete de 2 pesos, lo que generó escasez de circulante de estos billetes en su momento.

Elsa Mabel Villalba, mejor conocida por el seudónimo de Maby Wells, formó una de las duplas televisivas más recordadas junto a Julián Weich. Ambos estuvieron al frente de Sorpresa y media entre 1996 y 2001.

Wells, quien también había sido conductora de noticieros, dejó los medios pocos después de “Sorpresa y media” para dedicarse a la maternidad y la familia. Es madre de dos tres hijos.

Volvió a la radio con la llegada de la pandemia, en 2020, para conducir un magazine con música, actualidad, deportes, salud y entretenimientos en la FM Rock&Pop. En el ciclo, llamado Rock&Weich, formó otra vez equipo con su compañero Julián Weich.

Aunque parezca mentira, Maby Wells y Julián Weich se habían visto solo una sola vez durante las dos décadas pasadas.