El sobrino de Eduardo Rivero se suma a la polémica en Karibe con K: ¿estaba enamorado de Gerardo Nieto?

El regreso de Karibe con K con un show previsto para el 1 de diciembre para celebrar los 35 años de un grupo que marcó un antes y un después en la música tropical, generó también polémica. Una historia contada por Gerardo Nieto vinculada a la última charla que tuvo con Eduardo Ribero, fundador del grupo y fallecido en 2008, despertó controversia con otros integrantes de la banda.

En concreto y según el relato del artista, el director le habría confesado su amor mientras agonizaba en su lecho de muerte, una cama del Hospital Maciel, en enero de 2008.

“Cuando me confirmó en esa cama de hospital que estaba enamorado, entendí algunas cosas de ese amor-odio”, dijo Nieto en el programa Historias propias (Canal 5), de Álvaro Carballo. El cantante había dado cuenta también de una relación “tirante” que había tenido con Ribero.

Luego aparecieron voces discordantes con el relato Nieto. Julio Pereyra, quien integró Karibe con K desde 1990 como utilero y seguridad del director del grupo y de sus cantantes, declaró haber sido testigo de esa charla y rechazó el sentido que le dio Nieto.

“Yo estaba ese día Nos íbamos a un toque a Tacuarembó y cómo sabíamos que Ribero estaba mal, pasamos a visitarlo. En cierto momento, Ribero me pidió que fuera a buscar a Gerardo, que se había quedado en el micro. No quería ir. Lo tuve que convencer y subió de mala gana. Desde la camilla, Ribero le tendió la mano y le dijo: “Gerardo, ¿vos sabés que te quiero mucho? Te amo”. Pero no se lo dijo en el sentido de que quería llevarlo a la cama. Yo estaba ahí, lo vi y lo escuché y fue en un sentido de afecto, como de un padre a un hijo”, relata Pereyra y en referencia a la diferencia de edad.

Eduardo Ribero, creador de la orquesta y de otros fenómenos musicales, falleció a la edad de 61 años en 2008. En ese momento, Gerardo Nieto tenía 39 años.

Según este relato, Nieto reaccionó con frialdad al comentario de Ribero. “Está bien, gracias”, le dijo y se fue. Yo me quedé con Ribero unos minutos hasta que despedí y me fui. Al otro día nos enteramos de que había fallecido”, añade el excolaborador de Karibe. Ribero murió el 2 de enero de 2008, víctima del cáncer.

Julio Pereyra condena enfáticamente la versión de Nieto. “Estuvo mal, muy mal. No fue como él dijo. Eduardo, si era homosexual, nunca lo dijo ni se le conoció una pareja. Era una persona sumamente respetuosa. Se decía en el ambiente que era homosexual pero yo nunca lo vi y en todo caso, era un asunto privado de él. Yo le pregunto al señor Gerardo Nieto: si fuera homosexual, ¿hay que castigarlo? ¿está bien ventilar estas cosas de una persona que ya no está? ¿precisa prensa Gerardo Nieto?. Yo quiero defender la memoria de Ribero”, asegura Pereyra.

Fabián Cruz, sobrino de Eduardo Ribero, también dio su visión respecto a la disyuntiva y condenó la versión de Gerardo Nieto. “Suerte que Julio (Pereyra) estaba presente durante esa charla y puede dar testimonio de cómo fue en realidad”, asegura Cruz.

El sobrino tiene hoy 47 años y desde niño, la figura de su tío estuvo muy presente. “Fue como un padre para nosotros”, comenta. “Lo acompañé mucho a los toques y sobre todo a los ensayos de Karibe con K. Nunca me pareció que hubiera una relación extraña con Gerardo Nieto”, recuerda Cruz.

Fabián Cruz cuenta la dura historia de vida de Eduardo Ribero. “Fue criado por mi abuelo. Su madre murió cuando él era niño y antes era común que los niños quedaran con otra familia. En el caso de mi abuela, ella crió a cinco niños y todos se consideran hermanos, más allá de que no lo eran de sangre”, dice.

Cuando Ribero prosperó en el mundo de la música tropical, le compró una casa a la abuela de Cruz, a quien consideraba su madre. “Era una persona sumamente solidaria. Estaba siempre en todos los beneficios con Karibe”, recuerda. Respecto a su sexualidad, Cruz se pronuncia en el mismo sentido que Pereyra. “Mi madre, que es su hermana, me contó que tuvo una novia en su adolescencia. Luego no se le conoció otra pareja ni era un tema que él hablara. Formaba parte de su vida privada. No está bien hablar de eso de una persona que falleció hace casi 20 años”, comenta.