Sandra Rodríguez habla de las mujeres en TV, su vuelta al teatro y dice si aceptaría un cargo en el gobierno

La periodista deportiva, conductora de "La hora de los deportes" en Canal 5 habla de ser pionera, la obra "Amigas" que tiene funciones en teatro Mad Arocena y la amistad en los medios.

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Sandra Rodríguez.
Sandra Rodríguez.
Foto: Difusión.

"Acá estoy, trabajando. No queda otra hasta que me llegue la jubilación. Igual tampoco la estás deseando”, comenta entre risas Sandra Rodríguez. Es que como si no fuera poco ser la gerenta de una empresa de seguridad, y conductora de La hora de los deportes en Canal 5, a Sandra Rodríguez se le dio por volver a hacer teatro. Amigas, la obra de Alfredo Leiros donde comparte escena con Cecilia Garate y Gaby Pazos bajo dirección de Enrique Peña tendrá funciones el 5 y 26 de abril en el teatro Mad Arocena.

“Le pusimos un poco de coreo. No es un musical pero tiene más agilidad y más música. Me gusta”, dice.

—A propósito de que la obra se llama Amigas, ¿se hacen amigos en los medios de comunicación, o todo termina cuando se apaga la cámara?
—En mi caso hay amistad, sí. Aunque tenés de los dos. Tenés con quien podés ser amigo, y pasa de ser de muy buen compañero a ser amigo, y hay otras personas con las que tenés una relación cordial de “hola, cómo estás” y cada uno para su casa. Pero en mi caso particular, me parece que está bueno que seamos amigos. Igual, uno no es monedita de oro para que todo el mundo lo quiera, pero uno trata de querer a todo el mundo.

—¿Es así también en La hora de los deportes?
—Sí, en La hora de los deportes, además de tener buenos compañeros, tengo buenos amigos, con los cuales me divierto, con los que paso un rato súper, más que agradable. Con el equipo titular y los que se suman cuando el titular no puede por otras actividades. Creo que domingo a domingo vamos conformando un equipo buenísimo de trabajo.

—Se nota que se divierten.
—Eso es lo que tratamos, porque ahí está la calve. Nosotros tratamos de que trascienda la pantalla, que la gente vea y sepa que lo que ve no es una actuación, es la verdad.

Sandra Rodriguez Un mundial inolvidable
Sandra Rodríguez. Foto: Archivo.

—Igual imagino que en la carrera has encontrado gente con la que mejor no ser amiga.
—Por supuesto, como en todos lados. Yo tengo ese defecto que quiero que todo el mundo me quiera, y a veces te encontrás con que lamentablemente no es así. Y está bien, hay que apechugar y seguir adelante.

—Y entre las periodistas mujeres, ¿hay amigas?
—Creo que sí, que hay amigas. He trabajado muy bien con muchas, sobre todo con Fiorella Rodríguez, que estuve en unas transmisiones y está incursionando más en los medios. Ella me parece muy buena compañera. También Silvia Pérez con quien llegué a trabajar en Super Sport. Después la vida nos separó pero es una muy buena compañera.

—Si bien no trabajás con ella, ¿qué opinás de la designación de Ana Inés Martínez a la Intendencia?
—De ese tema prefiero no opinar. Sus razones tendrán, prefiero no opinar.

—¿Por ella o por el cargo?
—No tengo ninguna relación de amistad con Ana Inés, y tampoco quiero hablar de colegas. Prefiero mantenerme al margen. Yo le deseo lo mejor a todos, pero hay temas que prefiero no opinar, porque a veces las opiniones son malentendidas, y el periodismo de periodistas no me gusta.

—Igual, hay muchos colegas que se fueron al gobierno.
—Todos están incursionando en la política. Si tienen tiempo, me parece bien. Espero que hagan lo mejor para el país. Porque lo que queremos todos que le vaya bien a ellos, porque así nos va bien a todos.

Sandra Rodríguez. Foto: Leo Mainé
Sandra Rodríguez. Foto: Archivo.

—Dudo que tengas tiempo pero, ¿hubieras aceptado un cargo?
—Jamás nunca me propusieron un cargo de ese tipo. Creo que si va con mi perfil y están de acuerdo con lo que con lo que yo estudié y puedo hacer, no estaría mal. Ahora, cómo es el proceso de contratación y eso, no tengo idea.

—Volviendo al periodismo deportivo, hay una camada de nuevas periodistas deportivas, lo que está bueno.
—Sí, me parece genial, y hay varias que están haciendo un buen trabajo.

—Está bueno porque rompe con ese mito de que de fútbol hablan solo hombres.
—Sí, está perfecto, hay que renovar. Lo único es que los hombres pueden tener 80 años y seguir en la pantalla, y las mujeres, no. Siempre tenés que ser el adorno. Decime si, salvo yo que estoy en La hora de los deportes, ¿qué mujer mayor ves en televisión hablando de deportes? Porque si hacés campo, estás muy grande, como si una no se pudiera mantener en pie. Pero sí, soy como una excepción a esa regla. Es un tema de cambios. Antes no había mujeres y ahora hay, y todo va cambiando. Para andar en autopistas alguien tuvo que haber andado en caminos empedrados.

—Vos marcaste ese camino.
—Sí, era un camino empedrado.

—Será que no me gusta pero ¿no es como que solo se habla de fútbol?
—Pasa que el fútbol es un deporte popular, lo que no significa que le tenga que gustar a todo el mundo. Existen otros deportes con los cuales Uruguay ha llegado lejos, y más, que el fútbol, no teniendo quizás el mismo apoyo económico. Por algo los remeros llegaron a donde llegaron, y no tienen el apoyo económico, ni ahí, del fútbol. El rugby, sin ir más lejos, que es totalmente amateur, no es profesional, y ha trascendido en cosas impensables, como ganarle a los All Blacks. El que sea popular no quiere decir que le gusta a todo el mundo. Es como el mate, el mate o el Carnaval, que si no te gusta es como que no sos uruguayo.

—Sabiendo que las redes sociales son casi una cloaca, ¿cómo te llevás con lo que allí se comenta?
—Mirá, ahora todos se sacan cartel y hablan mucho de la salud mental, que están todos preocupados y vas a las redes sociales y por cualquier comentario te crucifican. O sea, no les preocupa nada la salud mental, porque no saben, ni les preocupa saber cómo está llegando el mensaje que dan. Por eso yo invito a todos lo que hablan de salud mental que si ven críticas que son fuera de lugar y están afectando a la persona que las recibe, que condenen eso. Yo eso no lo veo.

—No se ve ni fraternidad, ni sororidad, en las redes sociales.
—Exacto, yo trato de no estar mucho. A mí me afecta. No debería de hacerlo, pero me afecta, Y si a mí me afecta cómo no le va a afectar a otro como para perjudicar su salud mental. Ojo, se puede hacer una crítica constructiva, pero para eso no se necesita ni el insulto ni la condena.

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