Por Analía Filosi
Muhammad Ali, nacido Cassius Clay, derrotó a casi todo boxeador que lo enfrentó en la era dorada del boxeo. Eso lo transformó en un símbolo del deporte y, para muchos, en el mejor boxeador de todos los tiempos.
El director Pete McCormack (Uganda rising) eligió homenajear a tan gran figura reuniendo la opinión y las anécdotas de diez de los púgiles que lo enfrentaron, en el documental Facing Ali (2009), que HBO estrena el próximo lunes, a las 23 horas. El mismo fue galardonado en el Festival de Cine de Vancouver.
Es así que George Foreman, Larry Holmes, Joe Frazier, Ken Norton, Ron Lyle, George Chuvalo, Earnie Shaver, Sir Henry Cooper, Leon Spinks y Ernie Terrell cuentan cómo Muhammad Ali los hizo besar la lona. No sólo recuerdan sus peleas, en las que hubo tanto victorias como derrotas, sino que también hablan del Ali hombre, político y símbolo de la comunidad negra.
El documental se apoya en imágenes de archivo que van guiando al espectador por la carrera del protagonista: sus comienzos deportivos, su conversión al Islam (de ahí su cambio de nombre), su negativa a ir a la Guerra de Vietnam y los problemas judiciales que eso le aparejó… También aparecen sus características bravuconadas antes de cada pelea, pronosticando el round en el que noquearía a su rival y haciendo uso de un Rosario de insultos muy peculiar e ingenioso. Eso le valió el odio de muchos de sus contrincantes, destacando su eterna rivalidad con Joe "Smoking" Frazier, con quien completó la trilogía más famosa de la historia del boxeo. Ésta terminó con la pelea más brutal de su historia: Thrilla in Manila. Ali la describió como lo más cercano que estuvo de la muerte.
En el documental se ven, además, sus actitudes de estrella y su gran ego, ese que le impidió retirarse a tiempo y terminó haciendo de su última pelea una experiencia patética.
Y mientras todo eso se va sucediendo en la pantalla, los diez boxeadores que lo homenajean van contando sus historias con el ídolo, las que les permiten a su vez desgranar sus propias historias personales: las pérdidas familiares de George Chuvalo, la conversión de George Foreman, la gratitud de Ken Norton, la enseñanza de Ron Lyle, el encuentro de Earnie Shaver con el KKK, el buen humor de Joe Frazier…
"Encontró otra razón por la que boxear, aparte del dinero y los campeonatos. Y cuando una persona encuentra algo así, es imposible derrotarla", dice, por ejemplo, Foreman. Tanto él, como los demás púgiles que participan del documental, terminan por manifestar su admiración sin límites por Ali. "Tienen muy claro que él contribuyó como nadie a elevar este deporte y también sus sueldos", comenta McCormack. "Si no hubiera surgido Ali, el mundo habría sido diferente para ellos", agrega.
El director elige no sólo mostrar el respeto de esos deportistas por la figura del campeón, sino también el lugar y las situaciones de las que cada uno emergió. "Un joven de clase media al ver sangrar su nariz buscaría otra forma para ganarse la vida", dice Chuvalo. Vidas difíciles con infancias de gueto y pobreza en las que el boxeo aparece como la tabla de salvación. "Uno de mis objetivos es que el público vea que esos boxeadores son personas, y se convirtieron en boxeadores porque nacieron con determinadas capacidades y en unas determinadas circunstancias", explica McCormack.
MÁS QUE UN BOXEADOR. "Cuando Alí se dio cuenta de que peleaba por el pueblo, se convirtió en invencible", señala Foreman en otro pasaje, aludiendo, entre otras cosas, al Ali que retrató en su persona el sentir de los pueblos oprimidos. Se destacó por reivindicar los derechos civiles de los negros, por defender la tolerancia religiosa y por repudiar la guerra.
Famosa fue su negativa a ir a la Guerra de Vietnam porque, según sus propias palabras, se trataba de una guerra injusta y sus hermanos vietnamitas nunca le hicieron nada malo. Además, no quería que sus hermanos negros murieran a miles de kilómetros de su hogar para pelear por un país que los trataba como subespecie. Como consecuencia de esta postura, se le quitó el Título Mundial y se lo despojó de su licencia de boxeador. No fue a la cárcel, pero no volvió a pelear en casi cuatro años, mientras apelaba la decisión ante el Tribunal Supremo. Finalmente también ganó esa pelea, su apelación fue admitida.
Hoy en día, Muhammad Ali padece el mal de Parkinson, tema que también es abordado en Facing Ali. En el documental se da a entender que la enfermedad pudo haber sido causada por la cantidad de golpes que recibió durante su carrera.
Es importante destacar que Facing Ali no es sólo un film para los amantes del boxeo, puede ser seguido por cualquier persona a la que le interesen las historias de vida, no sólo la del gran campeón mundial del cuadrilátero, sino también de quienes se animaron a ponérsele enfrente y que tuvieron distinta suerte tras el retiro. El documental también atrae porque explica el fenómeno Ali como símbolo del pueblo afroamericano, y lo que representó para las minorías raciales y religiosas de los Estados Unidos en general.
El mejor de todos
Nació bajo el nombre de Cassius Marcellus Clay Jr., en Louisville, el 17 de enero de 1942. Fue el primer tres veces Campeón del Mundo de los pesos pesados, categoría en la que es considerado una de las grandes figuras de la historia del boxeo. Según la International Boxing Research Organization, se encuentra entre los diez mejores pesos pesados de la historia. Antes de ser profesional, ganó una medalla de Oro de semipesados en los Juegos Olímpicos de Roma 1960. Cambió su nombre por Muhammad Ali en 1964, al unirse al Islam. En 1967 se negó a ir a la Guerra de Vietnam, por lo que fue arrestado, y despojado de su título de boxeo y de su licencia de boxeador. Apeló al Tribunal Supremo y ganó. Apodado The Greatest, cosechó 56 victorias (37 nocaut y 19 por puntos) y cinco derrotas. Padece mal de Parkinson.