Provocador

| Cierra Verano a la carta, y vuelve a Sport con ¿Usted qué opina?

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Una vez lo definieron como "provocador" y a él le gustó. Es muy difícil la neutralidad o la indiferencia cuando Sergio Gorzy (51 años) tiene una cámara o un micrófono en frente y habla de fútbol, de Uruguay, de sus colegas o hasta de la televisión. Ultranacionalista, debatidor profesional, cualquier cosa que diga suele generar los polos del público: lo aman o lo odian. Pero pocas veces cambian de canal o emisora.

Tal vez esa innata condición de provocar a la gente lo hace el comunicador ideal para un programa radial que se llama "¿Usted qué opina?" y que da carta blanca a esas reacciones. La gente llama y habla con él: cumple el sueño o enfrenta la pesadilla de hablar con él. Lo hizo durante 10 años en Sport 890 y ahora, el 7 de febrero, regresa a esa emisora que en 2011 reformula su programación tras el alejamiento de Jorge Da Silveira. El horario: de 10:00 a 12:00. "A ver cuántos periodistas deportivos se animan a abrir las líneas y que la gente diga lo que quiera. ¿Cuántos conocés? Ninguno", pregunta y responde Gorzy.

Pero a no apurarse. Mientras esto no llega, "el provocador" está más calmo con otra de sus facetas. Desde el 27 de diciembre y hasta mediados de febrero está al frente de Verano a la carta (VTV y Canal 7), el programa de verano de mayor aliento de los últimos años. Sale todos los días desde Punta del Este y muchas veces en otros puntos esteños como La Paloma, Piriápolis o Atlántida. Más de 40 personas trabajan en este ciclo, asegura Gorzy. Y lo define: "Es una revista de verano, donde tratamos de tocar todos los temas y vamos a muchos lugares a hacer informes, a San Gregorio de Polanco, Las Cañas, Colonia, Mercedes... recorremos todo el Uruguay".

Gorzy está instalado en Punta del Este hace más de un mes, pero no le gusta la playa. La arena, sobre todo, le genera un especial rechazo. Su familia (pareja y una hija) sí disfrutan de la costa, aunque saben que el comunicador no las acompaña.

Recientemente, Gorzy también debutó como escritor con el lanzamiento de su libro Cámara celeste, una especie de diario de su viaje al Mundial de Sudáfrica y un DVD con imágenes del programa homónimo. "En realidad, es un DVD que viene con un libro de regalo", dice. Pero está orgulloso y sorprendido de él: "Estamos a punto de sacar la cuarta edición, vendimos más de 10.000 libros. Es el más vendido", dice en referencia a otros textos de colegas, periodistas deportivos que han puesto en librerías sus relatos del Mundial.

El 2011 de Gorzy continuará sobre caminos ya conocidos. Estará en los programas de Canal 5 La hora de los deportes y Buscadores (de ambos es coproductor) y como empleado en El show de la polémica (Canal 10) y Pasión (Tenfield, VTV)

-Se termina enero, ¿qué fue lo diferente de este verano?

-Me llamó la atención que hay mucha más gente. Incluso, ahora, en los últimos días de enero. Si bien los puentes no terminaron con Punta del Este, ni con los argentinos en Uruguay, la apertura ayuda y viene mucha más gente. Lo viví en varios lugares, no solo en Punta del Este.

-Y para el programa, ¿qué fue lo distinto?

-Lo diferente fue que las estrellas eran los jugadores de fútbol que estuvieron el Mundial. En este verano, si pasaba Moria Casán y al mismo tiempo Diego Forlán o "El Loco" Abreu, la gente iba a mirarlos a ellos. Antes era al revés. En Verano a la carta, tratamos de reflejar esa realidad. Estuvo Abreu, que le tiró penales a Jorge Seré, quien participa de nuestro programa. Le atajó dos y metió uno. También estuvieron grabados Lugano y Forlán. Vino Diego Aguirre, Juan Ramón Carrasco...

-Verano a la carta sale todos los días, ¿es un ritmo difícil?

-No, es el sexto año para mí y el octavo de Verano a la carta. Hay un gran equipo por suerte. Tenemos un montón de informes prontos para salir. Si hoy se nos rompen las cámaras tenemos material acumulado como para hacer programas hasta fines de febrero.

-Y se sumó Karina Vignola...

-Sí, Katherine (Miklasewicz) está embarazada y queríamos suplirla con otra mujer que si fuese rubia, mejor. (risas) Coincidió justo, Karina es una gran comunicadora. En 2011, tengo esperanzas de hacer más cosas con ella y con Gaspar, para que no se ponga celoso... (Risas)

-A fin de año sacó el libro Cámara celeste, ¿qué le ha pasado con él?

-Estoy sorprendido. Ya sacamos la tercera edición y vamos rumbo a la cuarta, rumbo a los 10.000 libros, que para Uruguay es mucho. Para mí sería un DVD que va con un libro de regalo. Ahora que están de moda los reality show, se trata de eso. La cámara metida en lugares donde se muestran cosas de Uruguay y del Mundial que no aparecían en las transmisiones oficiales y va acompañada de un diario de viaje mío de los siete partidos. Al final, jugamos siete partidos. También hay algún relato más: la historia del comercial de Schneck y lo que pasó en el recibimiento en el Legislativo.

-Algunos comunicadores se enojaron por el protagonismo que tomó...

-Fue una fiesta organizada por Tenfield. La empresa invitó a algunos comunicadores de otros canales para estar en las cuatro horas previas, pero en los 15 o 20 minutos de premios, Tenfield me pidió a mí la conducción y lo hice. No me pareció bien ni mal. Fue así.

-¿No habló más del tema con los demás conductores?

-Con el único que tuve problemas fue con Humberto de Vargas. Carballo dijo algunas cosas, pero después lo aclaramos. Está todo bien. Y con Maxi (de la Cruz) también.

-Hay otros libros de periodistas deportivos, ¿es una competencia?

-Yo no sabía que venía otros. Yo hice el mío porque me llamó una editorial española (Grupo Z) que a través de la firma uruguaya Ediciones B quería sacar un libro sobre el Mundial. Mientras lo estaba armando surgieron otros. No es mi culpa, tampoco es mi culpa que el mío se venda más que los otros.

-¿Leyó los otros?

-El de Atilio Garrido (Leones celestes) es muy bueno, con unas fotos impresionantes… pero no es competencia. Es una edición de lujo, vale 1.200 pesos. Después está el libro de Alejandro Figueredo (Yo estuve ahí), que lo tengo, aunque no lo leí en profundidad. Está bien escrito, es un buen periodista. Después hay otro libro, pero no es del mundial.

-¿Se refiere a La capacidad de asombro si tiene límites, de Julio Ríos?

-Eso es un fracaso, todo el mundo lo sabe. Tengo entendido que mandaron poner una faja que dice "segunda edición", pero que no es así. Creo que los libros que se centran en hablar mal de los demás, no sirven. Funciona la alegría, la buena onda.

-Ese libro tiene un capítulo con su nombre y dice que no se puede confiar en usted...

-Eso es lo mismo que la nada. Yo ya se lo dije públicamente a Ríos: El día que él deja de decir mentiras sobre mí, yo voy a dejar de decir verdades sobre él.

-Empieza el 7 de febrero con Usted qué opina, ¿cómo será esta nueva etapa?

-Le vamos a incorporar Facebook y Twitter que va a incrementar la interacción. Es un programa al que la gente se comunica libremente y habla conmigo, dice lo que piensa. No hay muchos periodistas deportivos que les guste abrir el teléfono. Los que se dicen cracks no lo abren jamás.

-Cuánto hace que no lo hacía?

-Lo hice por 10 años y fue el más escuchado de Sport 890. Ahora hace tres o cuatro años que lo dejé porque es cansador atender a la gente todos los días, dos horas, por 10 años. Pero hoy siento de nuevo las ganas. Me parece importante la propuesta de la Sport en este 2011, con (Federico) Buysán y (Martín) Charquero como dupla comentaristas, con (Alberto) Sonsol que es un relator espectacular. Con programas para cada uno, con la vuelta de (Alfredo) Etchandy. No hay con qué darle. Me parece que hasta se vio fortalecida la radio con la ida de (Jorge) Da Silveira. Si bien es un referente, le va a costar mucho, desde otro lado, liderar como lideraba en Sport.

-¿Da Silveira va a seguir en La hora de los deportes?

-Sí, tenemos una buena relación. Y yo voy a seguir en El show de la polémica.

-¿En Usted qué opina corta el teléfono cuando lo critican?

-Nunca. Porque me dan palo a mí, jamás. Tenía que cortar cuando le daban a Da Silveira o a otros colegas. Nunca corté por mí. Si es lo que más me divierte. Que me peguen. Si cortara sería como un Jorge Rial que cuando viene una vedette que llora y patalea, él la interrumpiese y pusiera un violinista de música clásica. No. Ese es su juego.

-Y su juego es que lo critiquen...

-Una vez Aldo Silva me invitó a su programa Mirando de cerca (Metrópolis FM) y él me definió como "un provocador". Estoy de acuerdo. Yo provoco cosas en la gente, me gusta ese rol.

-¿No le molestan las críticas?

-Para nada. Aparte, los que me critican son los colegas a quienes les gano. No la gente. Mi trabajo funciona y el público lo quiere. Si no sirviese, no me llamarían de Radio Sport, de Canal 10, de VTV... los programas en los que soy coproductor no funcionarían. Si una editorial saca un libro que escribí, algún valor debe tener. Realmente no siento una crítica de la gente. ¿Qué dicen? Que trabajo en Tenfield, es una verdad, no me parece una crítica. Se fantasea también. Mi único trabajo en Tenfield es Pasión, lo demás lo hago como coproductor y estoy muchas más horas en Buscadores o La hora de los deportes, que no son de Tenfield.

-¿Cuánto le gusta la polémica en los programas deportivos?

-Yo soy un especialista en polemizar. A veces, con amigos o en familia, surgen debates y yo prefiero mantenerme al margen porque siempre gano. No vale si me pongo a debatir con ellos. Pero más allá de ser polemista, he desarrollado otra faceta que me gusta mucho, con esto de la cámara pequeña metida en todos lados. Lo hacía en los primeros años de La hora de los deportes y le llamaba "Los ojos y oídos del hincha". Me parece que la gente quiere ver y sentir eso.

-¿Tiene amigos en el periodismo deportivo?

-Sí. En Sport 890 son todos amigos.

-¿Fuera de ahí no?

-Soy amigo de Ariel Delbono, de Franklin Morales… de varios periodistas. Los que me critican públicamente, por lo general es gente que le molesta que me vaya bien.

-¿Mira televisión?

-Mucho. Lo que más me duele es que los canales uruguayos compiten solo de mañana con productos locales, cuando la gente está trabajando o estudiando. En el horario en que estamos en casa ponen a Tinelli, a Susana Giménez, la telenovela... me parece horrible. Podrían apostar a lo uruguayo. La gente que cree que Tinelli es una superproducción, está equivocada. Es una televisión muy barata, Tinelli hace famosa a gente que no existe para pagarle poco. Caro sería traer Natalia Oreiro o a Francela y no hacer famoso a este productor, Peter, a quien le paga dos pesos. A Showmatch no van los que cuestan plata, van los que no existen, los baratos. Es un genio; monta un show con bajo presupuesto. Y discrepo mucho con él por mentirle a la gente, por hacerle creer que vota y hacerle pagar por votar. O pone en el jurado a alguien que es el marido o el padre de un concursante, lo que está prohibido en cualquier certamen, y lo hace pasar como algo normal.

-Y de los programas uruguayos, ¿con cuál se queda?

-Miro los programas de la mañana. Me parece que Día perfecto es para otro horario. Creo que la gente a la que podría gustarle el programa no está en la casa a esa hora. A veces se nota en las propuestas que consultan sobre temas de pareja o de infidelidad y llama una señora que no está ni cerca del tema, pero es quien está en la casa a esa hora. El 4, con Buen día Uruguay está ahí, un poco consciente de que el horario no da para mucho más. Y el 10, con Omar (Gutiérrez) y (Sergio) Puglia, les gana a todos... esa es la verdad. Después, me gustan mucho Terapia de pareja, Bendita TV. Me parecieron bien los primeros programas de Sonríe (Te estamos grabando), pero tienen que confiar más en el ser humano. Las cosas excesivamente libretadas creo que no funcionan a la larga. Se pierde la frescura.

-La hora de los deportes tiene más de 20 años al aire, ¿cuál es su secreto?

-Eso. No tener libreto, ni producción, ni nada. Depender nada más de la gente que lo integra. Es lo que funciona, estoy convencido.

-¿Sigue otros ciclos deportivos?

-En Pasión y Punto penal también trabajo. Miro La redonda, que lo ponen a las 2:00. Le hacen lo mismo que Terapia de pareja, Código país o a (Gerardo) Sotelo… no sé por qué a los uruguayos los tratan tan mal los canales. Es pasmoso. O los acumulan todos el mismo día porque a Tinelli se va justo a Miami. Eso es horrible, porque así se crea el hábito en la gente de que lo uruguayo es malo, que tiene que ir en horarios laterales o de relleno. Me enoja porque muchas veces es al revés.

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