Los duelos actorales de Nicolás Cabré (25 años) nunca fueron sencillos. Por lo general lo han "enfrentado" con consagrados contendientes y siempre salió bien parado, incluso elogiado por su partenaire de turno, llámese Ricardo Darín, Alfredo Alcón, Ulises Dumont, Darío Grandinetti o Miguel Angel Rodríguez. En los dos últimos años ese lugar lo ha ocupado Adrián Suar, que además de su co-protagonista en "Sin código" es el dueño de la productora que siempre lo convoca para sus principales ficciones. Es así que el joven actor ha sido parte de "Carola Casini", "Gasoleros", "Ilusiones", "Vulnerables" y "Son amores", historias de Pol-ka a las que el año pasado se sumó un capítulo del unitario "Botines" y el giro a la comedia de "Sin código".
"Adrián me llamó y lo hablamos", empieza diciendo Nicolás sobre la idea de transformar lo que en 2004 fue un unitario policial serio en la comedia diaria de la que hoy Canal 10 emite sus últimas semanas (lunes a viernes, 19 horas). "Al principio iban a ser once capítulos, más parecido a lo que fue cuando empezó. Pero después, cuando me dijo de hacer la tira, no lo dudé porque ‘Sin código’ era un recuerdo lindo, yo la había pasado bien con los técnicos, con Adrián. No me generó un gran cambio de decir ‘no, si es tira dejámelo pensar’. Lo acompaño, lo sigo a muerte y sé lo que íbamos a hacer y cómo lo íbamos a hacer. No dudé nada", agrega luego de una mini-siesta en una lluviosa tarde de grabación en el barrio de Colegiales.
Cuando nació "Sin código", el personaje de Nicolás —Axel— era un joven al que le mataban el padre (Antonio Grimau), un padre del que estaba distanciado y que trataba más como hijo a Gabriel Nielsen (Suar), dueño de la empresa de seguridad en la que trabajaba. La muerte de "El Oso" unió a Axel y Gabriel en la búsqueda del asesino, creando entre ellos un profundo lazo de amistad. No había tiempo para el chiste, pero cuando la tensión se fue, apareció la escena que serviría como disparador del viraje a la comedia que el unitario experimentaría al año siguiente: un karaoke con los dos como protagonistas.
"Los libros que veníamos leyendo para el 2005 tenían mucho más de comedia que el año anterior. Lo que se daba al principio del unitario era que nosotros estábamos relacionados con lo que pasaba de policial en la historia. A mi papá lo habían matado, el hermano de Adrián estaba secuestrado, entonces no había mucha chance de joder, para decirlo de alguna manera. Pero el año siguiente, por más que iban a ser sólo once capítulos, tenía muchísimo de comedia", recuerda este incondicional de Pol-ka, una productora a la que define como su casa y realmente lo siente así. Cuando paran para almorzar, Nicolás es el único actor que ese día comparte la mesa con los técnicos y disfruta charlando con ellos. Quizás porque no tiene las responsabilidades de Suar o dos hijos que atender como Nancy Dupláa, pero quizás también porque ese es su ambiente, en el que se siente a gusto desde que tenía 10 años, cuando fue elegido bailarín para "La ola está de fiesta", el infantil de Flavia Palmiero.
BIEN ACOMPAÑADO. Nicolás sabe lo que es compartir escenas con actores de renombre. Claudio García Satur fue su padre en la tira "Son de Diez", con Ricardo Darín y Ana María Picchio hizo en teatro "Algo en común" y ganó el premio ACE como Revelación, con Darío Grandinetti compartió las tablas en "El cartero", con Ulises Dumont la pantalla grande en "Yepeto", Mercedes Morán fue su madre en "Gasoleros", Alfredo Alcón fue su padre en televisión ("Vulnerables") y teatro ("El gran regreso") y Miguel Angel Rodríguez su tío en "Son amores", por sólo nombrar algunos ejemplos.
En "Sin código" las exigencias no bajaron porque tanto Adrián Suar como Nancy Dupláa se lucieron en los papeles que les tocó en suerte en esta comedia con momentos bastante bizarros. Para Gabriel (Suar), Axel (Cabré) era "la culebra"; para Antonia López (Dupláa), "la criatura". Los tres se potenciaron siendo parte de las más alocadas misiones, en las que también tuvo mucho que ver la línea de secundarios. "El elenco es un elencazo. Que se hayan incorporado Nancy, Marcela (Kloosterboer), Favio (Posca), Alfredo (Casero)... son muchas personas que se sumaron para sumar mucho. Esta buenísimo", destaca el actor con sinceridad.
La felicidad del momento no lo deja pensar más allá... mejor dicho, él no se permite pensar más allá todavía. "Estoy con esto y voy a estar con esto todo lo que dure", afirmaba cuando la tira aún no había terminado. Y cuando se le preguntaba por el 2006, apenas respondía: "ya veré, hay un par de cosas, pero prefiero ir despacio y disfrutar lo que estoy haciendo y después ver lo que hago. A lo mejor hago televisión, a lo mejor no".
LOS DE AFUERA... Nicolás es conocido por ser cultor del bajo perfil y eso incluye tanto su vida privada —actualmente está de novio con Florencia Torrente, la hija de Araceli González—como su disposición para dar notas a la prensa. Tampoco es de los que se persiguen si el rating no los acompaña, claro está que eso es algo que casi no le ha sucedido. "Está bueno que a la tira le vaya bien, pero no me preocupa en lo más mínimo. No es algo que me tenga nervioso, ni preocupado, ni nada", decía cuando se le hablaba de la competencia feroz del horario de las 21, cuando "Sin código" debió medirse con "ShowMatch" y "Susana Giménez".
Las andanzas de los encargados de Nielsen Security encontraron un público dispuesto a seguirlos y a mejorar, así, el rating de Canal 13 en esa franja horaria. Ese triunfo no fue vivido por el actor como la llegada a una meta fijada para sí mismo, sino simplemente como la recompensa por hacer lo que siempre le gustó: actuar. "Yo no estoy buscando nada, estoy buscando hacer un programa que sea divertido, que salga bien. Después, que vaya bien o no, ya no es problema mío...", responde como primera reacción, pero enseguida se da cuenta que si a "Sin código" le va bien, él algo tiene que ver. "Bueno, de alguna manera es mi problema. Si lo ve mucha gente, mejor; pero tampoco me preocupa. No depende de mí que el programa sea visto o no, depende de mí que el programa esté bien hecho", sentencia antes de despedirse porque ya no hay más tiempo ni para siestas ni para charlas.
Actor en tres frentes
Nicolás Cabré nació y se crió en Mataderos, junto su padre taxista, su madre auxiliar de escuela y su hermano Duilio. Cuando decidió irse a vivir sólo, eligió un departamento a tres cuadras de su casa familiar.
No terminó el Secundario ni estudió nunca teatro, pero jamás le faltaron ofertas laborales y de las buenas. Atendiendo a sus reclamos, cuando tenía 10 años su madre lo inscribió en una agencia de publicidad de donde lo seleccionaron para ser uno de los bailarines de "La ola está de fiesta", programa infantil conducido por Flavia Palmiero. Fue su entrada a la televisión y el comienzo de una seguidilla de programas que incluiría a "Son de Diez", "El club de los baby sitter", "Nueve lunas", "Carola Casini" (su primer producto Pol-ka), "Gasoleros", "Vulnerables", "Ilusiones", "Son amores", "Sin código" y "Botines".
En 1995 recibió el premio ACE como revelación por "Algo en común", obra de teatro protagonizada por Ana María Picchio y Ricardo Darín. Además, junto a Darío Grandinetti realizó una versión teatral de "Ardiente paciencia" de Antonio Skármeta titulada "El cartero".
En cine protagonizó "Fuga de cerebros", "Yepeto", "Déjala correr" y "Ciudad del sol".
Es amante de los deportes extremos, el snowboard y los autos. Llegó a tener su propio bar en Palermo Viejo, "Dubal", nombre de la ciudad africana con la ola artificial más grande del mundo.
En Buenos Aires: Analía Filosi