En Buenos Aires Bernadette Laitano
Difícil no conocer la historia de Peter Pan. Primero, de la mano de su autor, el inglés James Matthew Barrie, quien escribió el cuento en 1904. Después, y seguramente la más masiva, gracias a Disney y la creación de uno de sus clásicos para cine. Ahora, y por primera vez, la historia de Peter Pan, Wendy y sus hermanos es trasladada al patinaje de la mano de Holiday On Ice. Seguramente una manera diferente de revivir el clásico para niños.
Así y todo, quizá haya alguien a quien la historia de Peter Pan le "suene" poco. Para ellos, las siguientes líneas. Después, todo lo que sucede detrás de escena en el espectáculo que ofrece Holiday On Ice, al que SÁBADO SHOW tuvo acceso durante el estreno en Buenos Aires y que próximamente estará llegando a Montevideo.
el cuento. Todo empieza cuando Peter Pan pierde su sombra en la habitación de Wendy, Michael y John. La búsqueda y los intentos para atraparla despiertan a Wendy, quien lejos de espantarse por la presencia del extraño, le ofrece su ayuda para que nunca más vuelva a sucederle algo parecido. La solución: coserla.
El mundo de las aventuras, con seres fantásticos y magia, es lo que más entretiene a Wendy y sus hermanos. Pero cuando Peter menciona a Campanita,el hada, la niña pone en duda tal afirmación. Poco faltará para que aparezca el ser alado y los tres chicos viajen al mundo de Nunca Jamás, donde conocerán a los Niños Perdidos y tendrán un sinfín de aventuras.
Pero antes de emprender el viaje, los tres hermanos tienen que poder volar. ¿Difícil? No para Peter Pan: solamente hay que tener pensamientos hermosos y el cuerpo comienza a elevarse. Nada de impulsos extraños hacia arriba y adelante.
Con la llegada al mundo de Nunca Jamás, Wendy se convierte en la madre de los Niños Perdidos. En medio de las tareas y los celos de Campanita, la chica se acuerda de sus hermanos, a quienes perdió de vista desde su arribo al nuevo mundo. Cuando los recuerda, pide ayuda a Peter Pan para localizarlos. A partir de entonces sí empieza la aventura.
¿Dónde están Michael y John? Son prisioneros del Capitán Garfio, el peor de los piratas y archienemigo de nuestro personaje principal.
Como es de suponer, quien triunfa es el favorito de los chicos. Aunque la alegría parece desaparecer cuando Wendy informa a Peter Pan acerca de sus planes: es hora de volver a casa y los Niños Perdidos pueden ir con ellos. La idea no agrada en absoluto al muchacho y la despedida no es la mejor. Pero no se apure, que aquí no termina la historia.
En el camino de vuelta, los chicos son capturados, nuevamente, por Garfio. Ahora, serán carnada para derrotar a Peter Pan.
¿Es necesario contar el final? Se supone que no. Y, si no lo conoce, mejor. Es hora de que lea el libro, vea la película o, como es de suponer en esta nota, que vaya a ver el espectáculo de Holiday On Ice.
PETER SOBRE HIELO. SÁBADO SHOW llega a Costa Salguero, el estadio en el que Peter Pan, además de volar, patinará. Faltan alrededor de diez minutos para que empiece la función, hay personas ubicadas en sus asientos y otras que llegan, sonrientes, mirando la pista de hielo. La sucesión de personas entrando se extenderá, incluso, durante los primeros diez y quince minutos de comenzada la función. Esos, los que se pierden a Peter Pan cubriendo la pista para atrapar a su sombra, también se pierden de las mariposas y corazones que algunas chicas, con galera fucsia en la cabeza, maquillan en los rostros de los más chicos, aunque si los grandes quieren, también pueden colorearse. Incluso se perderán la compra de alas rosadas y blancas, con luces intermitentes (ideales para posteriores fiestas de la escuela).
Todo eso no importa ahora. Campanita y Wendy no congenian desde el principio y, aún así, Peter insiste en que los tres hermanos viajen con él a la tierra de Nunca Jamás. Lo que tardan en decidirse es poco y mejor así porque puede darse inicio a lo que seguramente es lo más esperado por el público: el vuelo.
Entre padres que insisten en que sus hijos se sorprendan, niños que se sorprenden por sí solos y grandes que intentan descubrir el facilmente visible truco, Peter Pan, Wendy, Michael y John, vuelan. Ahora, el público se divide en dos, o en tres: los que ven volar a los personajes (los niños), los que miran la estructura que sostiene en el aire a los artistas (adultos) y los que se dan cuenta de todo, pero aún así quieren ver la magia (periodistas de espectáculos, quizá).
En pocos minutos, se produce un cambio de escena. Nada de cortinados. Las camas de los tres hermanos son desplazadas y cambiadas, casi en simultáneo, por los propios artistas. Son las mismas estructuras simples que vio SÁBADO SHOW al entrar, por atrás, al Costa Salguero. El acceso a la utilería "en frío" produce una impresión distinta detrás y delante de escena. Durante el espectáculo, el juego de luces hace que todo cobre otra dimensión. Así, unas maderas verdes que ¿serán barcos? son, gracias a las luces, las poderosas embarcaciones de los piratas.
Luces y sonido son el punto fuerte de la magia de Peter Pan On Ice. Al respecto, Aldo San Martín, manager de la compañía para América Latina, menciona que a diferencia de otros años en los que la inversión se volcaba a vestuario, lo que ocurre en los últimos espectáculos es la apuesta fuerte a un buen despliegue técnico, con las luces en el primer lugar. Esto no significa que el vestuario sea de mala calidad, sino que quienes han visto anteriores muestras de Holiday On Ice apreciarán la falta del despliegue textil que se robaba la atención. Como una jugada irónica de la industria, San Martín también comenta que algunos de los trajes que a simple vista son más sencillos, resultan ser los más caros y a la inversa.
El mejor ejemplo para apreciar el juego de luces y vestuario en simultáneo se da en la escena de las calaveras, cuando los hermanos de Wendy están atrapados y los piratas (no los artistas) se permiten un desliz alcohólico. La famosa luz negra juega con el blanco de los huesos dibujados en los trajes. Eso, sumado a la coreografía de los patinadores es de los mejores números. Incluso se puede arriesgar que el público uruguayo lo apreciará mejor que el argentino por razones que corresponden a la sala (un gran portón del Costa Salguero permaneció abierto, entorpeciendo el efecto que se pretendía). Otro número, igualmente válido, es en el que Peter Pan y Wendy consultan a las sirenas. De nuevo: vestuario y luces, unidos, generan la magia del ambiente. El plus, para entonces, está dado por las burbujas que expulsan dos máquinas desde el fondo del escenario.
En lo que compete al patinaje en sí, Peter Pan On Ice recurre a los giros con saltos incorporados o sobre el eje del artista, y varios juegos de acrobacias entre dos, tres o hasta la totalidad de los artistas en escena.
Pero también merece un espacio el sonido. ¿Hay canciones? Sí. ¿Hay voces narrativas? Sí. ¿Hay parlamentos? También. Funciona de la siguiente manera: una voz femenina narra la historia como quien lee un cuento e interactúa con los niños. Pero hay espacio para que los personajes hablen y, luego, para que haya números musicales. Todo es en español y, claro, todo está grabado de antemano porque sería difícil para los artistas aprender a decir correctamente la misma obra en diferentes idiomas y adecuarla, así, a cada uno de los países que comprenden la gira.
Para América Latina, la solución fue grabar todo en español neutro, pero para la voz de Peter Pan se seleccionó al cantante argentino, Luciano Pereyra (tranquilos, primero porque él no es porteño y, segundo, porque también es neutro en su hablar). El artista no sólo interpreta las canciones, que ya se sabe es su fuerte, sino que también se hace cargo del parlamento de Peter Pan. Hay que escucharlo para aplaudirlo. Incluso hay algo de infantil en su tono que lo hace ser uno de los artistas famosos candidatos para el papel (lejos de esta nota está la discusión sobre su elección, que obedecía, en principio, a cuestiones de promoción de su figura). Para los que disfrutan con más datos: el otro candidato para el mismo papel era Diego Torres. Para grabarlas, se optó por la captura, por separado, de cada voz. Después, todas las grabaciones se editaron en Holanda.
el material humano. Si Holiday On Ice es una compañía que realiza giras alrededor del mundo, llevando a diferentes países el mismo espectáculo, entonces es justo decir que Peter Pan On Ice no está formado solamente por los patinadores. Estos son, sin duda, las estrellas y se llevan los aplausos del público. Pero hay, detrás de ellos, otro equipo, precisamente el que se encarga de las luces y el sonido anteriormente mencionados.
En total, 58 personas, entre artistas y técnicos, son los que trabajan en este espectáculo. Todos provienen de diferentes países, reuniendo un total de 22 nacionalidades, ni qué decir de los idiomas, donde el inglés es el favorito para comunicarse, aunque no todos lo hablen bien y lo aprendieron "sobre la marcha".
El idioma español está representado por un mexicano y una española, pero es uno de los patinadores rusos (es uno de los piratas) quien se entusiasma con la posibilidad de practicarlo y aprenderlo. El resto del elenco aventura un "gracias" y dos o tres palabras más correspondientes a lo más protocolar del idioma. Como sea, ante tal confusión de idiomas (durante las presentaciones con la prensa se llegó a hablar en español, inglés, ruso y francés al mismo tiempo) resultó normal que dos hispano-parlantes acabaran interactuando en inglés.
El grupo resulta un gran laboratorio viviente para cualquier sociólogo o aficionado en la materia. Y no sólo por el idioma o las edades, que tienen un promedio de 25 años pero pueden superar los 40 o ser, incluso, más cercanas a los 20.
La gira de Peter Pan On Ice comenzó en noviembre de 2005, lleva realizadas más de 300 funciones, de más de una hora de duración, y todavía faltan muchas más para que se separen hasta el armado de un nuevo show. Ante estas cifras, lo primero que se cuestiona es el físico y su cuidado. Todos los artistas se iniciaron en el patinaje artístico antes que en la actuación. Es más, muchos no tienen siquiera una formación en dicha área. De todas formas, esa primera escuela que es el patinaje les inculcó el cuidado del cuerpo. Se puede decir, sí, que hay quienes se permiten muchos gustos, al tiempo que hay otros que lo hacen por hábito adquirido: "Para mí no es ningún sacrificio comer sano. Lo incorporé gracias al patinaje, pero también porque me gusta la comida sana. Lo disfruto", asegura Carla Wood, quien interpreta a Wendy
Wood, de 24 años, habla con alegría de su personaje, aunque no acepta el término "inocente" para describirlo, sino todo lo contrario: "Creo que es confiable y aventurera. Al final, es ella quien besa a Peter en la historia".
Con formación en patinaje artístico desde los 5 años, la llamaron específicamente de la compañía para que interpretara a Wendy y le agrada a tal punto de mostrarse renuente a dedicarse a otro, ni siquiera Campanita.
Reconoce que extraña a su familia y amigos, aunque habla con su madre todos los días. "Ellos saben que esto es lo que me gusta y lo que quiero hacer", dice y agrega para sacar cualquier duda al respecto: "El día que no pueda patinar más, me gustaría dedicarme a trabajar con las coreografías", lo que implicaría más giras por el mundo, claro. De todas formas, si debe elegir un lugar al que haya ido con la obra, ese sería España "porque es un lugar hermoso, por la gente y por el clima. Es que en Londres llueve mucho".
Quien más parece estar acorde con su personaje es Buttenham, el malvado Capitán Garfio. Lo de la concordancia va por el lado de los niños y el rechazo que siente, tanto Garfio como él, hacia ellos. "¡Porque sos malo!", le grita un espectador infantil al líder de los piratas cuando se cuestiona el porqué de su soledad. Y Buttenham, al saberlo, se ríe, aunque reconoce el mutuo rechazo y la ironía por estar patinando para niños: "Lo que a mí me gusta es patinar", se limita a explicar.
Más extraña, aún, es su respuesta a cómo vive el estar yendo y viniendo constantemente de un país a otro: "Lo que se extraña es la cocina. Es genial comer en restaurantes todo el tiempo y que alguien más lave los platos por ti, pero de vez en cuando también es agradable comer algo casero, prepararlo uno mismo. En mi casa, por ejemplo, cada quien tiene su lugar en la mesa y mi madre es quien cocina. Eso es lo que más extraño. Por lo demás, es genial, somos como una gran familia".
Mientras era el estreno en Buenos Aires, parte del equipo técnico viajaba a Rosario para acondicionar otra pista y dejarla pronta para el 10 de abril. Después sí, a Montevideo a partir del 18 y hasta el 22 de abril, con 11 funciones confirmadas en el Palacio Peñarol.
Números de Peter Pan on Ice
Un total de 16 containers trasladan todo lo necesario para presentar el espectáculo a donde vayan, incluyendo oficinas.
La pista de hielo funciona de manera similar al congelador de una heladera vieja, pero con frío húmedo. Son bloques de hielo con una profundidad de 7 cm y una temperatura de -8°C.
Entre ocho y diez horas demanda el armado de la estructura, que incluye un conjunto de cañerías por las que circula glicol, un refrigerante que a temperatura ambiente es líquido y, en caso de pérdida, es de detección fácil porque es verde y viscoso.
Luego comienza el proceso de congelamiento, que tarda alrededor de 36 horas para asegurar 5 cm de hielo.
Por esta exigencia de tiempo y para cumplir a tiempo con los espectáculos programados, las pistas de patinaje en la gira son dos: mientras una está en uso, la otra está viajando al próximo lugar de destino, para empezar con los preparativos.
Para desarmarla, se aumenta el frío hasta obtener un hielo más quebradizo. Es en ese estado que se golpea y se extrae en bloques.