Algo vinculado a la base de toda sociedad parece estar inspirando los primeros textos de Alejandro Gayvoronsky. En 2006, cuando todavía era estudiante del Instituto de Actuación de Montevideo (IAM), presentó Santa Familia en la Movida Joven y obtuvo dos premios, Mejor Espectáculo y Mejor Dramaturgia. Eso lo animó a lanzarse al circuito comercial y, aunque conseguir una sala le llevó un año, finalmente estrenó su obra en La Candela, bajo la dirección de Pablo Sintes. En 2007 presentó otro texto con personajes también ligados por lazos sanguíneos: Bu! Nadie tiene miedo. Nuevamente, la Movida Joven le dio la bienvenida y lo reconoció como el Mejor Espectáculo y la Mejor Dramaturgia. Pero el recién graduado fue por más, se presentó al llamado del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y obtuvo el premio ¡A escena! Así accedió por segunda vez al circuito comercial, ahora en El Galpón (una de las salas con la que el MEC tiene convenio).
Alejandro Gayvoronsky recién se "asoma" al circuito teatral profesional. No es una impresión errónea ya que en 2005 tuvo su primera experiencia en teatro independiente -actuó en Las tres hermanas bajo la dirección de Nelly Goitiño- y fue a fines de 2006 cuando actuó en Luna Roja, espectáculo escrito por Gabriel Peveroni y dirigido por María Dodera especialmente para la generación que ese año egresaba de la IAM. Su currículum se completa -pero no acaba- con la actuación en Las Troyanas, espectáculo de Marisa Bentancur, nominado a cinco premios Florencio, que el año pasado viajó al Festival de Porto Alegre.
Después de tanta información, la idea general es que estamos ante un actor, pero también dramaturgo. Y todavía nos falta hablar del director, porque es él quien dirige Bu!..., además de haberla escrito e interpretar a un personaje.
-¿Siempre te interesó la dramaturgia o cuando entraste al IAM tenías en mente solamente la actuación?
-Entré para hacer la carrera, obviamente, pero después empecé, solo, a escribir cosas en mi casa, textos muy breves, cuentos más bien. Y cuando comencé con Luna Roja, la que me incentivó con esto de la escritura fue María Dodera. Después hubo maestros, como Marisa (Bentancur) en la escuela. Así que comencé talleres, luego, con Carlos Rehermann, Gabriel Calderón, Mauricio Kartún. Y ta, fue como que de repente, de un día para el otro, empezaron a volar textos para todos lados.
En el presente, Alejandro pule Santa Familia (la rebelión) -una continuación de Santa Familia- y ve el estreno de Obscena, obra que escribió junto a Luciana Lagisquety y Santiago Sanguinetti para que la última generación del IAM presente bajo la dirección general de Gabriel Calderón: "Fue un proceso desde febrero hasta hace un mes atrás. El texto se basaba en tres historias, una violenta que la escribí yo, una escatológica que la escribió Luciana y una pornográfica que la escribió Santiago". Gabriel Calderón fue quien convocó a los tres escritores.
-¿Cómo ves la escena teatral? ¿Hay algo que quieras cambiar o aportar desde tu rol de actor, director o autor?
-Mucha Verdad. Es incómodo ir al teatro y ver a un actor al que no le creés. Verdad. A la escena teatral me parece que también le falta esa cosa de golpear al público, esa cosa de llegar directo al público.
-¿Y qué harías, entonces? ¿Hay un estilo hacia el que te vuelques?
-La estética de Bu!... se basa mucho en el cómic, rompe con lo tradicional, pero me parece que pasa más por la parte escénica que juega el personaje. Acá hay actores que da gusto ver dos, tres veces, porque es increíble lo que hacen, les creo. Ahora, hay otros que vas a ver y decís "impresionante el espectáculo, pero ninguno de los actores me trasmitió nada, no me comí la papa, no lo creí, es decir, me parece fantástico el espectáculo, increíble el texto", pero si vos no trabajás con la verdad... Se consigue con dedicación, responsabilidad. Bueno, acá pasa una cosa y es que en Uruguay uno no puede vivir del teatro, a no ser que seas parte del elenco de la Comedia Nacional.
-¿Y en tu caso, te dedicás solamente al teatro?
-Solamente. Por ahora, puedo. Por suerte, este año pude vivir de esto, el año pasado también con derechos de autor, como actor. Imaginate dedicarle ocho horas de trabajo a esto, sería divino, sería hermoso, perfecto. Tiene que haber muchos más lugares de trabajo donde poder ensayar. Hacen falta salas.
-¿Pero no te parece que hay una cantidad increíble de espectáculos teatrales en la cartelera?
-Sí, los hay y muchos, y la gente tiene que ir a verlos a todos.
-¿Decís que tendrían que elegir el teatro y no el cine, para una salida, por ejemplo?
-Pará, si me das una buena película y una buena obra de teatro, voy a ver una película, toda la vida.
-O sea que, en lo personal, una buena película le gana al teatro.
-No es una cosa de ganar, creo que pasa por la Verdad.
-Hay tanta carencia de Verdad en el teatro?
-No en el espectáculo sino en los actores. Vas a ver espectáculos que son magistrales y hay algo que no te llama la atención, ¿por qué?, porque no les creés. En el 50% de las cosas que hay acá, a los actores no les creés. Nosotros, ahora, en Obscena, estamos trabajando con mucha Verdad.
-¿Cómo te llevás con quienes ya están instalados en el circuito teatral?
-Hay algunos (a los) que me encantaría conocer, por ejemplo, a Roberto Suárez.
-¿Es abierta la gente de teatro para recibir a las nuevas generaciones?
-Sí, claro. Ojo, el teatro también es un medio muy competitivo.
-¿Y cómo lo ves, como alguien que recién está entrando?
-Eso te iba a decir. Viste que hay mucha gente mala, no por decirte que te tira mierda, pero dejemos mala que, por ejemplo, va a ver tus espectáculos y "no me gustó esto, no me gustó lo otro", y en realidad te lo dicen no por hacer una crítica constructiva sino porque te quiere dar un palo enorme y que desaparezcas del mapa.
-¿Te ha pasado?
-No, por ahora no. Me va a pasar. Los hay, hay muchos. Después, están los medios, la crítica. La crítica te tira para adelante o te tira para abajo, pero eso a mí no me influye mucho.
-¿Cómo te llevás hasta ahora con la cobertura periodística de tus espectáculos?
-Bien, me gusta mucho leerlas. Las leo, me divierto, las comparto. Hay actores, dramaturgos y directores que directamente no las quieren leer porque les afecta mucho. En mi caso me gusta leerlas porque pienso que es parte de un trabajo que hacen ellos. Hay críticos muy destructivos y hay críticos muy constructivos, que te ayudan.
-¿Te interesa publicar y difundir tu obra?
-Ahora tengo tres obras que voy a presentar a los premios de Literatura del MEC.
Por su experiencia, confianza en sí mismo no debería faltarle.