Más cerca de las baladas y los sintes y más lejos de los vientos y las canciones para el agite, este cuarto disco de No Te Va Gustar es, aunque no lo parezca en principio, un paso adelante en cuanto a la evolución musical de la banda. Eso puede verse en las primeras canciones del disco, cuyo común denominador es la fuerza que transmiten. En particular, la potencia eléctrica del bajo en En la cara y el power ska de Fuera de control abren camino a una de las incorporaciones más interesantes de NTVG en este trabajo: los versos de hip hop que L. Mental, ex cantante de Peyote Asesino, escupe en El oficial, aumentan el efecto de los versos de Emiliano Brancciari, cuya calidad también parece haber aumentado. El diálogo entre el bajo de Mateo Moreno y Pablo Abdala, ambos músicos ya fuera de la banda, aparece tanto o más fluido que en los discos anteriores.
La predominancia de las composiciones baladescas comienza a verificarse con Una triste melodía y siguen con Eskimal, dos hermosas canciones donde, en el caso de la última, vuelve a aparecer el puño de Moreno como una alternativa interesante.
El corte de difusión Pensar es sin duda la canción más llamativa del disco y que ilustra en buena medida los nuevos caminos que busca la banda: experimentación electrónica bailable que hace que la pachanga tenga más que ver con la discoteca que con el rock de estadios, si bien la letra de esta canción tiene poco de ambiente festivo. Dicho juego de contradicciones ya se ha dado muchas veces en la historia de la música internacional pero no por eso resulta un detalle insignificante.
Luego de Pensar, el ritmo del disco disminuye en intensidad con una nueva balada para que luego sea el momento del previsible dub y la llegada de la marcha camión de Tirano con la colaboración de Ruben Rada. Poco es una nueva transición rockera para el final con De nada sirve y unos versos de Mario Benedetti que cierran un disco en el que NTVG vuelve a elevar su propio listón, ahora con un escenario que trasciende fronteras.
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Sebastián Auyanet
Bizarro
Este nuevo disco de Claudio Taddei documenta la alegría del músico por haber superado la adversidad y su nostalgia por Uruguay (hace ya algunos años que vive en Suiza, donde aún sigue tratándose de su enfermedad). Sin que esto implique nada negativo, tanta algarabía y saudade parecen anular su búsqueda musical, esa que tan ricas hizo a otras obras suyas como la anterior Para el Sur el Norte está lejos, donde terminó de consolidarse como uno de los músicos más talentosos (aunque todavía subestimados) de nuestro país. De entre los candombes, guitarreadas, ritmos tropicales y alguna que otra marcha camión de los que Taddei se sirve, destaca El Trueque, un candombe "salseado" con una oringinal letra.
Vecina, ¡prepare la ropa interior porque Sandro de América está de vuelta! El pseudo Elvis argentino, ya un ícono para toda la música de la vecina orilla, vuelve al ruedo con un disco de poesías que él mismo recita, con música de fondo. "Te enseñaré a decir... te amo, como nunca lo dijiste en tu vida" o "Tengo tus ojos, devuélveme los míos, el cambio no me ha sido favorable, tus ojos llenos de luz me enceguecieron", dicen algunas de las empalagosas líneas que el poeta lanza, mientras cuela alguna de sus características risas y carcajadas. Un disco que genera sensaciones diametralmente opuestas, según la generación a la que pertenezca quien escucha.
Es cierto. Quizá este nuevo disco de El Fuerte... no sea ni por asomo el más ambicioso, musicalmente hablando. Quizá tampoco sea uno de los llamados "discos de despegue" con el cual van a afirmar su lugar dentro del panorama rockero nacional, ni les abra la puerta de los grandes eventos del género. Pero aún así, no se trata de un disco malo, ni mucho menos. Incluso el efecto negativo al escuchar por primera vez Pienso en vos (que toma la base melódica de Thinking about you de Radiohead), no rechina tanto después de algunas escuchas. Por lo demás, si bien el disco se cae pasada la mitad, canciones como Muy tarde o Desde el aire son aciertos.