"No sea nabo": a 20 años de la nota de Néber a Mujica, el video y qué respuesta pensó (y no dijo) el periodista

Dos décadas atrás, una entrevista en "Agenda confidencial" marcó a sus protagonistas. Aunque el diálogo no fue especialmente tenso, una frase definió un cambio.

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Néber Araújo y José Mujica.
Foto: Captura "Agenda confidencial".

Dos décadas atrás, lo que a priori parecía una entrevista más, se convirtió en un hecho televisivo y político que marcaría a sus protagonistas. Ocurrió en 2003, durante la última temporada del programa Agenda confidencial, cuando el experimentado periodista Néber Araújo recibió en vivo al entonces senador del MPP José Mujica.

Ex tupamaro y preso político, Mujica venía desde el Parlamento marcando diferencias respecto a sus pares de la política: se rehusaba al uso de traje, acudía en moto al Palacio Legislativo y a la hora de comunicar, apelaba a giros dialécticos del habla popular y a una postura campechana.

Lo que nadie imaginó es lo que pasaría en el aire de Agenda confidencial en aquel viernes 10 de octubre de 2003. Ante una pregunta de Néber Araújo sobre la visión del Frente Amplio respecto al agro, Mujica le dijo: “No sea nabo”. Nunca ningún político había hablado así en televisión, ni ante un periodista o incluso debatiendo con un par. Araújo, fiel a su estilo caballeroso, acusó recibo con serenidad y le dijo: “Se lo tolero porque tiene más canas que yo”.

Antes y después hubo otros “chisporroteos” (al decir del propio Mujica en el cierre de la entrevista) pero el diálogo se mantuvo en niveles de cordialidad durante los 50 minutos de entrevista. De hecho, se despidieron con un choque de copas de agua y la promesa de Néber: “Lo voy a invitar muchas veces, porque lo respeto mucho”.

Sin embargo, la invitación no se repitió. A finales de ese 2003, Araújo llegó a un acuerdo de salida con Teledoce, vendió la emisora Setiembre FM y prácticamente desapareció de los medios. Hoy, a los 85 años, lleva una vida de bajísimo perfil dedicado a su familia.

Mujica continuó una carrera ascendente en la política e irreverente en sus contactos con los medios de prensa hasta resultar electo presidente en 2009.

Sobre el programa, aquella noche continuó con un debate entre Juan Raúl Ferreira (entonces presidente del Banco de Seguros del Estado) y el sindicalista Hugo Pío. Se cerró con una mesa de análisis. Todo normal: testigos que estuvieron en el estudio ese día relataron a Sábado Show que nadie vivió la entrevista con Mujica como algo especialmente tenso.

Pero la frase (”no sea nabo”) prendió en la memoria popular. En Carnaval fue repetida hasta el cansancio, primero por Zíngaros (2004) y luego por Agarrate Catalina (2005). Tan reiterada que se deformó: Mujica no dijo “no sea nabo, Néber”. El agregado del nombre, como reafirmación, ha sido un condimento posterior.

¿Qué fue lo que dijo exactamente Mujica y ante qué contexto? Sábado Show accedió al video para reconstruir el diálogo.

Néber Araújo abrió la entrevista con Mujica con referencias históricas a la lucha armada de los años ‘60: mencionó la muerte de Ernesto “Che” Guevara y un nuevo aniversario del intento de toma de Pando.

“Cuando el movimiento tupamaro tomó las armas, querían el poder. Hoy por las vías de las urnas, ustedes quieren el poder. No me tome por ingenuo”, le dijo Araújo.

“¿Qué va ser ingenuo, usted?”, respondió Mujica para luego añadir el primer comentario picante de la noche: “Usted fuma adentro de una garrafa”. Pero esta vez, más allá de una mirada de desconcierto del experimentado comunicador, la nota siguió su curso normal.

Cuando el diálogo se centró en la campaña de cara al referéndum por la ley de Ancap, que sería en diciembre de 2003. Araújo consignó que el Frente Amplio había cambiado de posición respecto a la ley y Mujica respondió que el problema del costo de los combustibles no era responsabilidad de Ancap, sino de la carga impositiva. “El problema no es Ancap. El problema es del Estado uruguayo”, dijo el senador.

“Pero ustedes quieren Estado”, intervino Araújo. “Yo soy anarquista, usted sabe”, respondió el senador.

A partir de allí, el periodista generó la pregunta que desataría el clímax de la nota. Dijo lo siguiente: “El Frente Amplio tiene una consigna estatista. Por lo menos se la imputan. ¿O es privatizador el Frente Amplio? Claro, (Mariano) Arana está haciendo muchas concesiones... Esas cosas que se le reprocha al gobierno central cuando las hace. ¿Qué son ustedes? ¿Qué es el Frente Amplio? ¿Quiere más Estado? ¿Va a privatizar? ¿Va a asociarse con capital privado y lo va a dejar sacar rubro porque si no, no entra? ¿Se va a modernizar el país por ahí? ¿Cómo lo van a hacer? ¿Cómo va a hacer con la vaquita, la lanita y unos granos?”

“Si es lo único que está creciendo”, respondió Mujica. “No desprecie, que lo único que camina es eso. ¡No sea nabo! Eso es lo que marcha”.

Néber Araújo recogió el guante y habló señalándolo: “Escúcheme, se lo tolero porque tiene más canas que yo. Pero le voy a decir una cosa: los primeros que odiaron las vacas fue la gente de izquierda. Aquí había la exposición del Prado y eran los galerudos y los botudos que venían (a Montevideo). La izquierda los acusaba de eso. Yo vengo del campo, no repugno de eso”.

“No”, lo interrumpió Mujica. “Usted viene de Melo. A ver las manos... Usted nunca cruzó un alambre”.

“Usted privatizó su chacra, usted la dio en concesión”, fue la respuesta del periodista para cerrar con humor el altercado.

¿Qué respuesta pensó Néber Araújo y no dio durante la entrevista?

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Néber Araújo y José Mujica.
Foto: Captura "Agenda confidencial".

Desde su salida de los medios a finales de aquel año 2003, Araujo ha tenido contadas apariciones públicas. En una entrevista que dio a Magdalena Herrera para El País en 2009 (previo a las elecciones que coronarían a Mujica) el periodista hizo referencia a los términos de la nota de Agenda confidencial.

"Me asombra que gente que tiene una larga trayectoria, conceda decir cosas groseras al aire. Bueno, eso está en los medios, como también en el ámbito político. En primer lugar, la responsabilidad es de los gobernantes y luego del sistema político, incluyendo senadores, diputados, ediles, candidatos, gente que se promociona a la política. Primero deben ser educadores de la gente, y no mal formadores como ocurre muchas veces. Hay uno de los más conspicuos precandidatos que es una escatología andante”, dijo en referencia a Mujica.

Consultado explícitamente sobre el comentario “no sea nabo”, Neber Araujo reconoció que en ese momento pensó en una respuesta que no dio. “Cuando me preparé para esa entrevista tenía en cuenta que la táctica de Mujica, cuando estaba apretado, era tratar de descalificar al periodista. Lo había hecho antes y lo siguió haciendo después,y ahora con sus adversarios políticos también. Me preparé para una eventual situación de esas, pero cuando me lo dijo pensé que si le respondía ‘usted es un viejo coprófago’ (que come excremento) como había pensado, estaría a su altura. Un periodista no debe perder la perspectiva de que, tratándose de un político, representa a una porción de nuestra soberanía que lo votó. Y yo debía respetar a esa porción de la soberanía, aunque él no fuera consciente de la responsabilidad que tiene por representarla y de cómo debe dirigirse a los otros”.

"Usted lo tiene que respetar al pueblo uruguayo"

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Néber Araújo y José Mujica.
Foto: Captura "Agenda confidencial".

Aquella noche de 2003, la nota se cerró con un nuevo cuestionamiento de Mujica a Neber Araújo. Luego de que el periodista mencionara el pasado guerrillero de Mujica y la falta de autocrítica tupamara, el senador le espetó: “Usted tiene que aprender una lección del pueblo uruguayo, como yo la aprendí. Lo tiene que respetar al pueblo uruguayo”.

El periodista salió al cruce: “¿Está sugiriendo que yo no lo respeto?”. Pero el otro continuó: “ Lo tiene que respetar no en la pose, en la profundidad. Porque usted es un hombre inteligente y por momentos con pizcas de brillante. Pero usted tiene una responsabilidad porque está al final del partido como periodista. Yo soy un loco de las chapas. Pero hay un caudal de gente que me respeta. Por alguna cuestión será. Usted se da cuenta de la generosidad que tiene ese pueblo. Capaz que ese pueblo me juzga y me condena por una cantidad de cosas del pasado y me apoya por el hoy. Porque no es contradictorio*, reafirmó.

Una vez más, Araujo recogió el guante con altura. “En el elogio había una espada afilada. Yo le quiero decir esto Mujica. usted representa a una porción de soberanía muy importante del país. Y yo ante la soberanía del país me inclino siempre. De manera que si hubo algo esta noche que le pareció irrespetuoso, le pido disculpas. Yo no lo siento así”, dijo.

La despedida fue cordial: estrecharon las copas mientras Mujica agradecía la invitación y Araujo reiteró que lo llamaría “muchas veces” al programa “porque lo respeto mucho”.

Más allá de la entrevista en sí, lo que se dijo y lo que no, aquella jornada del 10 de octubre de 2003 quedó en el imaginario como un choque de trenes en cuanto al estilo de comunicación. Los comentarios sin protocolo de Mujica fueron exaltados por sus simpatizantes y perdonados mayoritariamente en la “gracia” del personaje político que crecía en encuestas y votos.

Allegados al periodista reportaron que Néber Araújo, en su fuero íntimo, esperaba una condena o una defensa de sus colegas por cómo había sido tratado por el senador. Pero no hubo ningún comunicado de los periodistas, ni otro cuestionamiento público. Algo había cambiado.

En 2005, el Frente Amplio llegó al gobierno con la asunción de Tabaré Vázquez. Mujica fue nombrado ministro de Ganadería y el peso electoral del MPP siguió creciendo al punto de que el ex tupamaro se quedó con las internas de 2009. En aquel momento de la carrera electoral, Araujo declaró sobre este ascenso: “Si me pregunta si me es agradable, aceptable, que esta figura que tiene un pasado delictivo claramente, pero que pagó sus culpas en la cárcel, sea nuestro presidente, me parece que Uruguay no se merece una figura así en la Presidencia. Sobre todo si, como lo sigue siendo, no adquiere la majestad de quien está aspirando a eso, ni en el lenguaje ni en la intención de mejorar la condición intelectual de sus ciudadanos. Su apuesta es a esa cultura del pobrismo, de que los que están abajo son buenos y los que están arriba son malos. Crea ese antinomio. Además es un ser muy contradictorio. Lo escuché decir que al Uruguay le faltaba más capitalismo y hoy habla de una revolución socialista. No sé lo que es Mujica, y eso me desconcierta”.

20 años después, el resto de la historia se sigue escribiendo.

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