Por: Elbio Rodríguez Barilari
Este nuevo CeDe de Ruben Rada, arranca con Eduardo Mateo y Hoy te vi, con piano onda Beatles y comienzo que evoca a Bob Marley. Hay un lindo solo de melódica a cargo del tecladista Gustavo Montemurro y hasta coros, antes de que el versátil Matías Rada (hijo de tigre), se eleve en un solo de viola eléctrica saturada de distorsión y lirismo.
"Oie Cabrera, vente pal Caribe, dejate de joder con el Prado", dice Rada, con acento cubano y como preámbulo a una versión candombero-salsera de Punto Muerto, ese gran tema de Fernando.
Hugo y Osvaldo Fattoruso están representados con dos temas. Siempre tú, de la época de Los Shakers, la hacen en inglés, por supuesto, con la descacharrante participación de Osvaldo en voz y un chiste musical que no voy a quemar. La otra es la fantástica Corre Niña, uno de los temas más interesantes de Opa. Candombe a mil por hora, el gran Urbano Moraes en el bajo, Nicolás Ibarburu con Matías Rada en las violas y, en mi opinión, el mejor momento de Montemurro en este disco.
No podía faltar Jorge Galemire. Y mejor aún, en dupla autoral con el entrañable Campitos. Palabras Cruzadas es uno de los momentos más logrados de todo el candombe-beat en cuanto a combinación de letra y música. Rada se queda en su registro grave y al final proyecta uno de sus tararareos en contrapunto con el saxo de Santiago Gutiérrez.
El aporte de Eduardo Useta como compositor y guitarrista fue fundamental en la experiencia de Tótem. Se incluye Mañana, de Useta y Rada, de los más recordados, con un gancho bárbaro en el estribillo.
Mandrake Wolf debe estar en la gloria. Yo estaría, si Rada hubiera grabado uno de mis temas, y a este nivel. El tema es Cococho, y la onda es algo que estoy tentado de llamar "samba-candombe". Y Rada la hace de goma.
El Manual para encontrar canciones, compuesto por Urbano y el lamentado Corto Buscaglia, constituye un perfecto marco para el histrionismo de Rada. Que se pone a cantar en español con acento inglés, como si fuera Matt Monro y después mete una brasilerada en falsete onda Gal Costa. Gozadera total.
Orejas, como Don Pascual, es otra de esas deliciosas aguafuertes montevideanas, obra del enorme Chichito Cabral. Acá no sé a quién se le ocurrió hacerla en onda música disco, muy retro, pero funciona fenómeno. Casi me hace llorar de nostalgia la imagen del Chiche Cabral subiéndose a la Velosolex seguido de Orejas… Ahora, el divague que el Negro se trabaja después me hizo llorar, pero de la risa.
El único tema propio es Cantar de la tierra mía. Este estreno muy en la onda cabreriana de Con el Viento en la Cara, da cuenta de la fertilidad y la frescura creativa que mantiene Rada, este gigante de la música, que además de haber hecho un monumental aporte histórico, sigue manteniendo un diálogo con sus colegas de las siguientes generaciones.
Cuando cruza el charco, Rada le presta al rock argentino esa cuota de raíz que ellos no tienen, y que a nosotros nos sobra. El tema de Fito Páez intitulado Fue Amor, se convierte en un candombe ambientadísimo. Algo por el estilo ocurre con el tema Será que la canción llego hasta el sol, de Luis Alberto Spinetta.
El estilo paródico de Rada funciona a las mil maravillas en temas livianones como Mil horas, de Calamaro, y No voy en tren, de Charly García. En la segunda destacaría un solo retro onda Os Mutantes, que no alcanzo a darme cuenta si es guitarra con wah-wah o un viejo Vocoder.
Con músicos más serios, como Spinetta y Litto Nebbia, Rada opta por su lado más lírico y tierno, destacando la letra, diciendo como nadie, sin dejar de lado ni el candombe ni los detalles inteligentes.
Pensar en nada, de León Gieco, es una elección curiosa. No es de los temas que uno mencionaría primero, creo. Pero la versión, ácida, electrónica y sarcástica, acentúa el tono crítico de la canción.
Y… Rada es Rada.
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