ENTREVISTA
La escritora mexicana, autora del best seller "El señor del Sabbath habla" de su carrera y el ser una referente de la literatura fantástica

Estuvo unos días en Montevideo donde visitó distintos puntos de la ciudad. La joven escritora Mariana Palova también dio una charla en la Embajada de México que tuvo una gran concurrencia. "Fue algo inesperado para mí. Había muchísima gente y no me lo esperaba. Toda la gira ha sido una sorpresa, desde Argentina donde estuve en la Feria del Libro de Buenos Aires hasta acá, ha sido increíble para mí", dijo Palova a Sábado Show.
"Para una autora latina de fantasía, eso es decir mucho. Los únicos que hacen eso son los que vienen de Estados Unidos o Europa. Pero que a una latina le pase, es increíble", comentó.
—Antes de ser escritora eras artista plástica.
—Sí, empecé muy joven, con 15 años empecé como artista y me estuve dedicando a eso durante una década y fui muy prolífica y me fue bastante bien. Estuve exponiendo en Alemania, China, Estados Unidos. Fue una muy buena carrera artística para mi edad pero se terminó hace unos cuantos años y me convertí en escritora.
—¿Por qué cambiar el rumbo?
—Fue algo involuntario. No lo decidí realmente, simplemente un suceso de problemas personales y económicos y de índoles muy fuertes. De repente un día me descubrí a mí misma siendo incapaz de seguir haciendo obras. Fue un día sentarme y darme cuenta que ya no quería pintar, ni hacer fotografías ni nada de eso. Fue como si se hubiera cerrado el telón y dije: ya no quiero hacer más esto. Caí en una depresión importante después de eso y la única forma de salir de ese agujero en el que había entrado, porque toda la identidad que había formado durante una década se había acabado y mis proyecciones a futuro se había terminado, empecé a escribir en un arranque de locura.

—¿Y así surgió El señor del Sabbath?
—Sí, así salió mi primera novela y todo empezó a ir para arriba otra vez. Ha sido todo muy raro, loco y rápido. Calcula, en cuestión de un año ya tenía un contrato editorial.
—Una vez que te decidiste a escribir todo empezó a fluir, pero comenzaste a publicar por las plataformas gratuitas por internet, ¿no?
—Sí, lo publiqué en Amazon por mi cuenta porque no tenía planeado ser escritora ni encontrar una editorial. El libro lo escribí más por una necesidad personal que por el sueño de ser escritora y estar en una librería. Eso vino por añadido y fue increíble porque en muy poco tiempo tenía un contrato con Estados Unidos y con Océano México, y lo demás se fue dando como una bola de nieve, aunque fue muy rápida. Todavía sigo mareada de todos los trancazos de ese momento.
—También has sido prolífica en la literatura, tres libros en pocos años.
—Sí, en cuatro años. Ya terminé el cuarto libro que va a salir este año, y son libros bastante gorditos. El último tiene más de 700 páginas.

—¿Por qué la escritura fantástica?
—Creo que mi obra siempre ha sido fantástica, desde la visual siempre ha habido mucha magia, diversidad, color, misticismo y ocultismo en mi trabajo. Y la fantasía era la única forma en la que podía seguir. Siento que eso es lo que siempre ha sido inamovible en mi vida, el amor por lo fantástico, lo mitológico y surreal. Eso también se ve en mi literatura. Es un género complicado de vender. Cuando eres escritora latina es complicado vender literatura juvenil. Por eso no quise batallar buscando una editorial y me fui por la autopublicación, porque preferí hacerlo por mi cuenta a ver qué pasaba.
—¿Hay un rechazo hacia la literatura fantástica escrita por mujeres?
—Desde mi perspectiva, no. Está rechazada la literatura fantástica escrita por mujeres latinas, con mujeres europeas o de Estados Unido, no. En esos países hace más de 20 años que la literatura fantástica escrita por mujeres es un fenómeno. De hecho son las mujeres las que más venden. Pero la literatura escrita por mujeres latinas, eso es una cuestión completamente diferente. Siento que tenemos muchísimas más trabas que cualquier otro autor que nos venga de fuera.

—Las dos novelas se centran en Elisse y su recorrido por Estados Unidos, mientras que el tercer libro es una historia previa. ¿Cómo fue planear esos dos libros y este tercero?
—Fue un plus. Desde el principio quería que fueran cuatro libros de La nación de las bestias, pero la saga principal, o sea la historia de Elisse. Pero la historia de Hoffman que es el de Un segundo amor, que es una precuela nació por la necesidad de ofrecerles algo diferente a mis lectores, porque mi editor me avisó que en 2021 no íbamos a poder publicar la tercera parte por cuestiones de la pandemia. Y no quería dejar a mis lectores sin un libro que pudieran disfrutar. Me dio mucha ansiedad y pensé en la historia de Salvador Hoffman que es un personaje de La nación de las bestias que es muy querido por los lectores a pesar de que es una persona horrible, es un personaje de lo más desagradable pero todo el mundo lo adora. Quería ofrecerles una historia corta para que pudieran esperar para la tercera parte de La nación de las bestias, pero resultó ser una precuela que se ambienta ocho años antes de El señor del Sabbath, y que se puede leer de forma independiente.