Los mockers 1965-1967
pop-rock | (perro andaluz))
El sello discográfico Perro Andaluz lanza una memorable colección de temas de Los Mockers, grabados entre 1965 y 1967, e incluye también material inédito. Así como Los Shakers fueron el fiel reflejo del sonido beat en el Río de la Plata, allá por los sesentas, Los Mockers lo fueron del stone. Por desgracia (o no), esta banda uruguaya se perdió en el olvido. Recién hace relativamente poco se comenzó a desempolvar y apreciar su legado en diversos países. La inclusión de algunas canciones suyas en la película 25 watts contribuyó a reflotar a estos jóvenes eternos que supieron aprovechar, como pocos grupos de estos lados, las matrices melódicas de la "invasión británica". Además de los Stones (y los Beatles, claro), hay similitudes con la primer época de The Who. I Wanna Go asoma con un riff que parece evocar a My Generation.
Por aquellos años, artistas de todos lados del mundo se alistaban a un lado u otro: Beatles-Rollings. Los Mockers optaron por los segundos: encontraron en ellos la maqueta perfecta para desarrollar su marca. La voz jaggeriana y frenética de Polo rodeada de guitarras nerviosas, y melodías pegadizas y originales. Los stones uruguayos no fueron meros imitadores; la fórmula de los británicos les gustó, iba con sus intereses musicales, la interpretaron como pocos y les sirvió de semilla. Sus temas propios valen por sí mismos. What A Life, Don´t Go Away, Empty Harem, Sad...Resulta costoso decantarse por alguna. Conforme pasan las canciones surge la pregunta: ¿cómo será la próxima? Igual o mejor.
Esta reunión de temas recupera la inocencia y frescura de una de las grandes e influyentes épocas de la historia de la música. Época que catapultó a unos y veló a otros. A los uruguayos la suerte les jugó mal en el corto plazo. Quizá, el hecho de naufragar en el anonimato por cierto tiempo hizo que la banda posea ahora un encanto particular. Que se eleven a grupo de culto, a leyenda extraviada, a tesoro de coleccionistas. Que ahora se valoren más, y con razón y justicia. A pesar de ese traspié del tiempo, ahora se puede redescubrir y escuchar a una de las mejores bandas uruguayas de todos los tiempos. Sí.
Challenges
The new pornographers (ultrapop)
A veces, los discos tan redondos y sobre arreglados no terminan por convencer o gustar. Challenges se enmarca en lo primero y se salva de lo segundo. Porque The New Pornographers adopta la complejidad compositiva más como recurso expresivo que como pretensión caprichosa. En su cuarto álbum, los canadienses elaboran un trabajo de cuidadas melodías, cargado de múltiples instrumentos, y armónicas voces. Rasgueos tranquilos que desembocan en enérgicos "ascensos", proyectados por robustos arreglos de violines y violas, y alternancia de voces masculinas y femeninas. Muy parecidos a The Magic Numbers, pero más refinados y con canciones que se infiltran en la mente por largo tiempo.
The bedlam in goliatH
The mars volta (universal)
A los seguidores de esta banda, The Bedlam In Goliat no va a defraudar. Distorsiones alocadas, infinitas gamas de sonidos, guitarras que se "derriten", pasajes tenebrosos de ecos egipcios y arrestos desenfrenados. Eso y mucho más contiene el cuarto álbum de estudio de Mars Volta, en formato conceptual, y que cuenta con la infalible participación de John Frusciante a las guitarras. Los estadounidenses disparan su arsenal sonoro esquizofrénico, exhiben su virtuosismo, y confeccionan un trabajo experimental inmerso en el rock progresivo pero que parece forzado, como si se tratara de una búsqueda casi consciente de delirio sonoro. Eso parece.
Greatest hits
Morrissey (emi)
Acertada recopilación de lo mejor de Steven Patrick Morrissey. En cada tema se palpa el espíritu musical de The Smiths, la influyente banda que lideró el británico en la década del ochenta. Algunas versiones remixadas, que no lesionan las originales y dos temas nuevos para nada prescindibles se destacan. Esta compilación recorre, en general, lo más reciente del artista: salvo cuatro canciones, las demás pertenecen al repertorio de 2000´. Sin embargo, la cadencia es ochentosa: a la voz sombría de Morrissey la envuelven baterías latosas y bajos corpulentos, bien de la década. El pop oscuro y melancólico del ex Smiths a través de quince temas que valen la pena tener.