"Los golpes siempre me dejan enseñanza"

Como si un gran mago con un simple chasquido de dedos la hubiese hecho desaparecer de todas las pantallas, de todos los escenarios y de la vida misma, la espléndida Millie Stegmann dejó la exposición y se refugió en su silencio, en un rabioso perfil bajo que la tuvo más de un año guardada en la distancia. Y justamente allí fue donde la fuimos a buscar cuando empieza a ensayar la obra que la hará reaparecer en teatro después de tantas ausencias, junto a Araceli González y Victoria Onetto con la obra "Chicas católicas" y la preparación de un programa que la reflotará como conductora televisiva. La charla con Millie.

—Te encontramos fantástica.

—Lo estoy porque soy una persona con una gran vida interior. Me he golpeado mucho en la vida y en mi carrera y cuando muchos creyeron que estaba destruída, ahí aparecía Millie como si nada hubiese pasado y empujando como si fuera la primera vez. Eso sí, los golpes siempre me dejan enseñanzas.

—¿Te dolió mucho el abrupto final del ciclo "Las Millie y una"?

—Fue muy fuerte porque yo había puesto mucho de mí en el proyecto y era la cara del producto. Es feo que te señalen como responsable de cosas de las que no lo sos. Pero ya está, no soy de las que levantan el dedo y señalan culpables, hago mi vida y me preocupo de mí. Los que se equivocaron sabrán lo que hicieron y por qué. Yo aprendí.

—¿Te arrepentís de tu paso como conductora?

—¡Pero por favor! "Las Millie y una" fue un buen programa que dejaron a la deriva y en el que me sentí muy cómoda en la conducción. Las críticas, incluso, fueron muy buenas, los problemas pasaron por otro lado. Fijate que después de aquella experiencia del verano del 2004 me ofrecieron la conducción de otros programas y recién ahora, para el próximo invierno, puede ser que recién acepte algo.

—¿Qué sería?

—Con producción de Ernesto Medela estamos preparando un programa muy ingenioso que se está negociando con dos canales, pero no quiero adelantar más por miedo a los robos. Hay mucho vivo dando vueltas. Antes, voy a estrenar en teatro.

—¿Qué?

—La obra se llama "Chicas católicas", la estrenaremos en el teatro Picadilly en junio y vamos a estar con Araceli González, Victoria Onetto, Miguel Habud, gran elenco y la dirección de Alicia Zanca. Es una buena propuesta, antes de regresar a la tele.

—¿Estás en pareja, Millie?

—No, no. Estoy sola, que es una manera de decir, porque nunca estás sola.

—Hace unas semanas te vieron cenando con el productor Víctor Tebbah, tu ex novio (mano de derecha de Suar en Pol-Ka) y eso dio que pensar.

—Sí, es cierto, con Víctor nos juntamos de vez en cuando para cambiar opiniones, hablar de tele, de teatro. Es gente de opinión profesional que a mí me interesa.

—Pero no es común que la gente se junte con un "ex" para hablar de trabajo.

—Es posible, pero la verdad yo no ando por la vida mirando qué hace el vecino, para decidir cuál debe ser mi camino. Con Víctor quedamos amigos, nos vemos cuando tenemos ganas y no tengo que rendirle cuentas a nadie.

—Como Susana Giménez, que dice que está soltera y sale con uno y con otro. Hace unos días la vieron cenando con Luis Scalella, el director de cine, que hace tiempo fuera pareja tuya.

—Supongo que no esperarás que yo hable de eso, Luis, me conocés. Yo entiendo tu trabajo, pero conmigo, no.

—Estás muy linda.

—Gracias. Trato de estarlo. Como muy sano, no dejo de hacer gimnasia, correr, andar en bicicleta. Me gusta verme bien porque el cuerpo es el reflejo del alma y yo trato de estar saludable por adentro y por afuera.

Fotos: Carlos Ventura

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