Las 10 mejores películas del 2011

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1) EN UN MUNDO MEJOR. Ganó el Oscar a Film Extranjero como representante de Dinamarca. Entre este país y el africano Sudán transcurre esta historia de dos familias, en la que dos pre-adolescentes son los principales protagonistas. La directora Susanne Bier va de la miserable realidad de un campo de refugiados africano, hasta lo que ocurre en las afueras de Dinamarca, con un niño que usa su rabia interior por la muerte de su madre, para proteger a su nuevo amigo. Detrás de ellos, sus padres, con comportamientos bien diferentes. Se abordan temas tan universales como la violencia, el abuso, la inoperancia, la frustración por no hacer nada ante las injusticias, la discriminación. Una muy cuidada puesta en escena, elenco de gran nivel (Mikael Persbrandt, Trine Dyrholm, Ulrich Thomsen, y los jóvenes William Johnk Nielsen y Markus Rygaard), y un guión que, si bien en algún momento se pasa de correcto, conmueve, hacen de esta película la Mejor de 2011.

2) LÍBANO. La primera imagen es un campo de girasoles. En la siguiente, el cuarto soldado israelí completa el equipo de un tanque de guerra que será su habitat en la Guerra del Líbano (1982). De ahí en más, todo lo que el espectador verá y vivirá será desde la óptica de los que están dentro de esa estructura de hierro. 93 minutos viendo la realidad recortada, pero tan dura como si se la observara en su totalidad. El director Samuel Maoz, ex combatiente de esa guerra, presenta un relato duro, desesperante, lleno de nerviosismo, pero para nada gratuito a pesar de la violencia en muchos pasajes. Un film que confirma cuán cierta es la leyenda que luce al interior del arma bélica: "El hombre es de acero, el tanque es sólo hierro".

3) EL ENCANTO DEL ERIZO. Paloma, de 11 años, se va a suicidar a los 12 porque no quiere terminar como pez en una pecera, que es a lo que cree conduce la vida adulta. Mientras, filma todo lo que ocurre con las personas que convive: su padre, exitoso político; su madre, mujer de clase alta que vive en una burbuja, y su hermana, sólo preocupada por su novio. Dueña de un poder de análisis y agudeza nada propio de su edad, empieza a conocer más a la portera de su edificio (Josiane Balasko), una mujer hosca pero de gran riqueza interior que hace que Paloma la defina como un erizo: púas por fuera, fineza y elegancia por dentro. La directora Mona Achache presenta la metamorfosis de la portera según la mirada punzante de una niña escéptica, a la que Garance Le Guillermie interpreta de manera magistral. Una historia delicada, dulce y esperanzadora a pesar de que su consigna inicial sea la muerte.

4) HABEMUS PAPA. El Papa ha muerto y los cardenales eligen a su sucesor. El problema es que, a la hora de asumir, éste entra en crisis, lo que hace que El Vaticano convoque a un psicoanalista. Nanni Moretti, quien además de dirigir encarna al terapeuta, nos entrega una sátira en la que con mucha agudeza contrapone psicoanálisis con religión, racionalidad con espiritualidad, mundo real con mundo del poder o del confort. Michel Piccoli compone un Papa desopilante, demostrando cúan humano se puede ser a pesar de estar tan cerca de Dios. Desde un divertido y lleno de humor político partido de voleibol, hasta una especie de videoclip en el que varias realidades se mezclan unidas por la canción Cambia, todo cambia, de Mercedes Sosa, sirven para que Moretti, una vez más, apunte y acierte con mucha, mucha gracia.

5) DE DIOSES Y HOMBRES. En este caso, religión y situación sociopolítica son abordadas con seriedad. Xavier Beauvois cuenta algo que ocurrió realmente: en 1996, ocho monjes franceses del Monasterio del Atlas (Argelia), debieron decidir entre seguir adelante con su misión o volver a Francia, amenazados por quedar en el medio entre un grupo fundamentalista islámico y el gobierno corrupto del país africano. Un cine que se va digiriendo de a poco, con paciencia; en el que las rutinas de los sacerdotes dominan las primeras escenas, pero con el correr de los minutos dejan lugar a los debates. Profundos debates, que muchas veces no se construirán con palabras, sino con actitudes, gestos y muestras de distintas personalidades. Debates que invitan al análisis y la discusión.

6) RANGO. La animación tuvo muchos ejemplos de muy buen nivel este año, pero si hay que elegir uno, nos quedamos con esta aventura de una lagartija "doméstica" que se pierde en medio del desierto, donde se topa con un típico pueblo del Lejano Oeste. Un western con todas las características del género y al nivel de los mejores. Tiene todo lo que tienen "las de cowboys", y encima trae muchos guiños y humor del bueno, para que grandes y chicos encuentren su propio espacio de diversión.

7) UNE AFFAIRE D`AMOUR. Desde una cálida escena familiar hasta un cumpleaños infantil lleno de tensiones, todo a lo que Stéphane Brizé recurre para hablar de un triángulo amoroso en un pueblo francés hace que uno sienta que no está ante una historia más de infidelidad. Lo ayudan tres grandes actores -Vincent Lindon (marido), Sabrine Kiberlain (maestra del hijo) y Aure Atika (esposa)- y la música, clave porque la maestra toca el violín. Una apuesta al minimalismo que deja la sensación de que se vio mucho y bueno.

8) HARRY POTTER Y LAS RELIQUIAS DE LA MUERTE - 2. La batalla final contra Lord Voldemort. David Yates logra que la despedida quede entre lo mejor del año. Por su gran despliegue de acción, porque varios personajes de los siete films previos tienen su momento, porque hay muchos y bien empleados efectos visuales, y porque el guión no se resiente nunca. Un adiós a la altura del fenómeno.

9) EL DISCURSO DEL REY. Colin Firth y Geoffrey Rush protagonizan un duelo actoral de esos que valen la pena, como el rey Jorge VI de Inglaterra y el terapeuta que lo ayudó a superar su tartamudez para dar el discurso más importante de su vida. El director Tom Hooper logra un film muy inglés por su prolijidad y corrección. Ganadora de varios Oscar (y otros premios), uno muy merecido para Firth.

10) SI LA COSA FUNCIONA. Se estrenaron tres films de Woody Allen y, si bien Medianoche en París fue más destacado por crítica y público, elegimos éste en el que el realizador vuelve a colocar a un alter ego como protagonista para dar su visión tan particular del hombre y sus relaciones. Allen dice muchas y ácidas cosas en diálogos y situaciones propios de sus mejores tiempos.