La vuelta de Rodolfo Pereyra, los orígenes de la grieta por Tenfield y otro perfil: "Ya no quiero pelearme con nadie"

El periodista viene de un proceso de conversión: luego de tres años sin pantalla, vuelve como invitado a varios programas con nuevo peinado y un look más a la moda.

Rodolfo Pereyra.
Rodolfo Pereyra.
Foto: Estefanía Leal

Redacción El País
El periodista deportivo Rodolfo Pereyra está de regreso: luego de prácticamente tres años sin pantalla, ha reaparecido como invitado en Rumbo a la cancha (VTV) y La noche del fútbol, que va por NSTV de Nuevo Siglo y en redes. Es apenas el comienzo de un volver a empezar para el comunicador, que apuesta por un renovado look de pelo y ropa y un perfil menos confrontativo.

“Esa es la intención, capaz que después de esta nota armo dos o tres líos. A mí lo que me subleva es la injusticia”, comenta en un café montevideano, los lentes grandes y una voz pausada.

Pereyra se inició en los medios en la década del 80. Junto a Juan Carlos Laurenzo, Enrique Yannuzzi y Mario Bardanca, entre otros, integró el equipo de Deporte total. La marca liderada por Carlos Muñoz hacía punta en la información y la opinión deportiva desde Radio Carve y Canal 10. Eran tiempos intensos y productivos, pero que Pereyra recuerda con ambigüedad por la mala relación en la que terminó con Muñoz, enfrentado en un juicio laboral. “No pagaba”, dice Pereyra.

“Una vez me quebré un brazo y fui a la mutualista y me dijeron que no tenía sociedad, y yo llevaba años aportando. Terminé en el (hospital de) Clínicas, donde me pusieron un yeso que parecía Robocop”, complementa.

Pero a lo pasado, pisado. En el presente, Pereyra se alegra por Diego Muñoz. “Lo veo comentando fútbol (en ESPN) y lo veo bien. El otro día le mandé un mensaje felicitándolo”, asegura. Tiene motivos para sentirse orgulloso: “Diego se formó con nosotros y fui yo uno de los que le insistió para que estudiara”, dice.

Luego de la etapa de Deporte total, Pereyra fue parte de los comienzos de Punto penal, una pantalla -la de Canal 10- que debió dejar porque en ese momento pasó un período crítico de ataques de ansiedad. “Se prendía la cámara y sentía que me moría”, rememora. Tratamiento y ejercicios de respiración mediante, pudo superarlo.

Estuvo un año sin trabajo hasta que golpeó las puertas de Tenfield. “No me da vergüenza: fui yo a pedir laburo”, dice. Ingresó a la productora y estuvo al aire hasta comienzos de 2020, cuando Tenfield resolvió dar de baja el programa Sin límite, donde el periodista deportivo prestaba su análisis y opinión. En ese momento, empezó su conversión.

Parate.

La pandemia mandó al fútbol mundial a sus casas. Jugadores, dirigentes, entrenadores... y periodistas deportivos se quedaron abruptamente sin actividad. Rodolfo Pereyra no desesperó. Como buen reportero, centró su actividad en informar desde sus redes sociales (Facebook principalmente) sobre el día a día con el COVID-19 a nivel nacional e internacional.

“Me pasé cinco meses todos los días dando información. Había un montón de gente, muchos de ellos mayores, que me seguían y se informaban por mí”, recuerda.

Después, Pereyra mismo se dio cuenta de que el mundo de la comunicación y del deporte que volvería tras la pandemia iba a ser diferente. “Miraba a muchos youtubers y empecé a estudiar: hice cursos de redes sociales y de informática. Me puse a escuchar a los jóvenes más que nunca”, asegura. Aunque no descarta volver con una propuesta como youtuber, a priori se metió en ese mundo de las nuevas tecnologías de comunicación para entenderlo. “Menos que el futuro, es el presente”, comenta.

Este Rodolfo Pereyra de 2023 casi no mira televisión ni consume radio. “Me informo por redes”, dice.

En el proceso también hubo tiempo para la autocrítica, por su perfil batallador en los medios de comunicación. “Me cansé un poco de eso y creo que también la gente se cansó de mí. Por eso este respiro nos viene bien”.

Grieta.

Gran parte de los “líos” recientes en los que se vio involucrado Rodolfo Pereyra están atravesados por la división política del fútbol uruguayo, de la que él ha sido un actor y testigo privilegiado. Califica a Paco Casal como un “amigo” y suele defender a Tenfield de los ataques que considera injustos.

A su juicio, la guerra comenzó en la década del 90, cuando gran parte del periodismo nacional se plantó en contra de “los repatriados”, aquellos jugadores (Enzo Francescoli, Nelson Gutiérrez, Ruben Sosa, Daniel Fonseca) que jugaban en el exterior y eran representados por Paco Casal.

Aquella disputa se arregló con un acuerdo entre el cada vez más poderoso empresario y los canales privados de TV. Pereyra recuerda un asado en las instalaciones de Canal 10 al que asistieron muchos de los periodistas de aquella generación. En cierto momento, Paco Casal les habló a todos. “Acá va a haber un nuevo formato (en relación a lo que sería Tenfield) y están todos invitados a participar”, dijo el empresario, pero luego se dirigió a Enrique Yannuzzi. “Yo no quiero enfrentamiento con nadie, pero lo único que quiero decir es que a vos, Yannuzzi, no te puedo mirar a los ojos. Porque lo que hiciste no estuvo bien”, habría expresado Casal en referencia a la actitud que habría tomado el periodista en las transmisiones del fútbol italiano. Según Casal, Yannuzzi evitaba nombrar a los jugadores que estaban en el Calcio en aquel momento al relatar los partidos para Canal 10.

Para Pereyra, aquella noche marcó toda la división siguiente en el periodismo deportivo. El capítulo posterior en la guerra ocurrió en el año 2000, con el famoso charter de la selección uruguaya, al que no subieron Yannuzzi ni Mario Bardanca.

El (ex) hermano.

Rodolfo Pereyra y Mario Bardanca cultivaron por muchos años una gran amistad. “Es mi hermano de la vida”, asegura el periodista. Pero en lo periodístico, la grieta del fútbol los atravesó y hoy han perdido el contacto.

Si bien Bardanca era parte del grupo de Deporte total, lo que incluía reuniones amistosas con Paco Casal en la famosa pizzería Venecia en los 90, luego fue tomando un camino discordante. “El problema de Mario no fue con Paco. Si eran amigos. La diferencia por el charter fue con (el argentino Daniel) Passarella y con Gutiérrez. Casal no estaba en ese momento”, rememora.

Pereyra niega que Casal haya tenido influencia en la salida de Bardanca de Canal 10, ocurrida en 2002. De acuerdo al periodista, fueron diferencias con la dirección de Saeta las que determinaron esta desvinculación.

“Después entró a Estadio Uno y se empezó a dar cuenta de que daba rédito ir contra Tenfield”, añade Pereyra. Luego afirma que es consciente que, en un “duelo de credibilidad”, seguramente la mayoría le creará a Bardanca y no a él. “Mario es muy carismático y muy convincente, pero también es muy pillo”, califica a su viejo amigo.

No recuerda cuándo fue la última vez que hablaron. “Me cansó un poco. Hace 15 años que está con un discurso y yo sé cuál es la verdad. A mí no me la puede dibujar”, añade.

Sobre el actual escenario de enfrentamiento, que involucra también a jugadores referentes de la selección, a la Conmebol y a otros medios, Pereyra asegura: “Acá el tema es de plata. No hay otro misterio. Cuando aparezca otro que ponga dinero, se verá. Por ahora yo no lo vi”.

De todos modos, se alegra de que haya otras opciones laborales para los comunicadores. “Me alegra que haya colegas trabajando en AUF TV y en otros medios. Significa que hay más laburo”.

Sobre su propio futuro, es consciente de que Tenfield se ha volcado a la transmisión de eventos en vivo (fútbol de diversas ligas locales, básquetbol, carnaval) aunque aguarda que regrese con algún programa.

“Espero que vuelva con algo bueno”, se esperanza.

No descarta una vinculación entre la ausencia de programas y la coyuntura política del enfrentamiento. “A lo mejor se preguntaron: ¿para qué van a hacer programas si nos matan a insultos a los que salen al aire y a los que no?”, se preguntó.

Añade que hace mucho tiempo que no habla con Paco Casal. “La última vez me llamó fue porque yo me solidaricé con los muchachos que se quedaron sin trabajo cuando cerró la operativa de Gol TV en Uruguay (2018). Me llamó en ese momento y me dio las explicaciones empresariales del caso”, revela.

Respecto al fútbol actual, su principal preocupación es que “no se ve a jugadores felices en la cancha”. “Los observo cuando salen a la cancha (la mayoría de las veces, tarde) y veo que tienen cara triste”, comenta.

La contratación de Marcelo Bielsa le hace recordar a la llegada de Daniel Passarella en 1999. “Lo traen porque los jugadores tienen mucho poder y no pueden con ellos. Se necesita un técnico con espalda”, comenta. “Espero que esta vez salga mejor que con Passarella, que se fue por la puerta de atrás”.

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