La vida útil

1/1:  20110527 800x505 ()

Por: Mariángel Solomita

Del material discográfico que se vende en Uruguay, el 40 por ciento es de autores nacionales. Mauricio Ubal además de ser uno de los compositores esenciales de la música popular, es el Presidente de la Cámara Uruguaya del Disco, y le parece que esta es una buena cifra "partiendo de la base que acá no existe ningún parámetro que te obligue a pasar determinada cantidad de música uruguaya. Es un viejo problema del Uruguay el tema de la radio. Si vos recorrés los diales, sobre todo de FM, es toda música que no es de acá. En definitiva se está a merced de las compañías que potencian sus productos, sobre todo las compañía internacionales que tienen más poder para difundir, tienen radios incluso. Esto crea códigos en el escucha, que crece escuchando determinado tipo de música.

Por eso, a pesar de todo, que exista la movida que existe en la música uruguaya es un dato importante. Eso habla también del trabajo de las nuevas generaciones, tal vez apoyadas en lo que se hizo antes. Haciendo su propio camino, impulsando y desarrollando, y de ahí su fortaleza, ¿no?"

Entonces aparece Nicolás Guazzone. Tiene 34 años, un disco por grabar y un ciclo que consiguió el apoyo de Rubén Olivera y Mauricio Ubal. "Creo que la parte linda del medio es que todos nos sentimos parte de un grupo común, un grupo que está intentando dar pasos en el lenguaje de la música uruguaya. Precisamos el apoyo de todos: todos somos admiradores, buscadores, orgullosos de nuestro pasado. Si en algún momento nos toca estar al lado, es un alivio hacerlo", dice Olivera.

Y es que además los autores de A redoblar gestionan el sello Ayuí /Tacuabé. "La parte fea", dice Ubal, "la ingrata", es tener que decirle no a esos músicos que no pueden ser editados; "en el fondo todos somos colegas".

"Para el sello siempre el problema es que no edita todo lo que quiere sino lo que puede", explica Olivera. Cada año sacan un máximo de quince discos al mercado, "Pero hay que dar respuesta a la gente que ha grabado con nosotros para tener una continuación de su discografía, a la gente nueva que propone su material, donde entra un montón de variedades, y está la re-edición de materiales de la música uruguaya que no están". "De rescate", apunta Ubal. "Montones de materiales que no puede ser que no existan en el medio, porque sino no hay manera para el público y para los músicos de seguir desarrollando una identidad con fundamentos, basada en algo", y Olivera concluye con una imagen perfecta: "entre eso es que el sello navega."

Hay que subsistir. A veces gracias a los materiales de rescate o re-ediciones de cantores asentados en el público. "Para el sello no hay otros recursos que las ventas de sus materiales, lo fundamental para nosotros es seguir manteniendo una línea activa". Mientras, Ayuí/Tacuabé recibe material nuevo cada día, o día por medio.

Entonces aparecen ciclos como Bi ciclo de música en dos tiempos. La propuesta: ocho noches, dos toques por noche. Integrar músicos consagrados, con discos editados -El Cabra, Mario Villagrán, Mauricio Ubal, Rubén Olivera junto a Diego Kuropatwa-con otros músicos jóvenes, que vienen a ser esas nuevas generaciones que "apoyadas por lo que se hizo antes, hacen su propio camino, impulsando y desarrollando." Muy pocos de ellos con algún disco editado. Todos intentando abrirse paso en un país con muchos músicos y pocos espacios para tocar. Con gran capacidad de renovación, de experimentación pero poco público dispuesto a escucharlos. Muy vitales y productivos, y muchas dificultades para llegar al primer disco.

"El primer disco", dice Ubal, "es el más difícil. Ayuí tiene muchos primeros discos, pero son los más riesgosos, es cuando empezás a hacer sonar un nombre".

Y no alcanza con poner el disco en la vidriera. "Hay un límite para poder trabajar la salida de cada material, hacer un plan de trabajo, estrategia de mercadeo básica y después seguir el desarrollo del artista, apoyarlo en recitales. No podés estar todo el tiempo sacando discos porque no tenés cómo promocionarlo".

Entonces, es mirando al pasado que se puede encontrar la actitud más conveniente. "No viene del aire intentar hacer estos ciclos. Yo a muchos de estos músicos -los que integran Bi- los conocí en ciclos que organizaba Rubén, tenía pocas relaciones con músicos de mi generación y de repente se abrió un abanico...ví las estrategias de esos músicos", cuenta Guazzone.

"Es una situación distinta pero también hay cosas en común", agrega Ubal. Es que él conoció a Olivera gracias a Jorge Lazaroff, y luego, así, en ciclos colectivos, fue que conoció a Estela Magnone, a Leo Maslíah, a los músicos de MonTRESvideo (Fernando Cabrera, Daniel Magnone, Gustavo Martínez)..."Lo que pasa es que había otras coordenadas, estabas en dictadura, hoy en día es más difuso, más complejo, pero creo que el espíritu es el mismo, creo que el unitario es la gente que está interesada en hacer un tipo de canción que tenga que ver con las cosas de acá. Siempre sin ponerse ninguna barrera, sí trabajar sobre elementos que son comunes y que ocurren acá, en este lugar".

Le gustó "la intención" del ciclo. Ubal piensa aprovechar el toque para testear dos canciones que están en "la cocina". Que seguramente, junto a otras "cosas" que viene grabando desde hace un tiempo signifiquen un próximo disco. "Es la dificultad de trabajar en un sello", dice. Olivera tocará en dúo, junto a Kuropatwa, y el repertorio coincidirá con el del último disco editado Kuropa Olivera (Ayuí /Tacuabé 2010).

"Más que afirmaciones tengo preguntas desde este lado, en el sentido que uno se pregunta, uno trata de estudiar un poquito la historia y entender cómo fue en distintos momentos, para tener información y saber cómo pararse en este momento. Cómo construir el intercambio, la vida útil de la canción en relación a los otros", Guazzone sigue: " A mí me parece que hay cierta dificultad para generar vínculo con el público, sobre todo si apostás a un tipo de canción que intente pensamiento crítico, que trate de pararse en una línea. Pero hay cierta dificultad, no es que esté cerrado o que no se pueda."

Responde Ubal: "Creo que el hilo común de todo lo que hacemos es el tema de la canción. La canción sigue siendo en Uruguay muy saludable porque de repente hoy hay bandas que las sitúan en lo que sería el casillero del rocanrol o del reggae, como NoTe VaGustar y de repente hacen una canción como Clara, que perfectamente pudo hacer sido una canción de las que nosotros hacíamos en los años `80. Tiene las mismas pautas, las mismas características. El abrevadero sigue siendo el mismo. Las canciones, las haga la banda que las haga, siguen siendo canciones. Creo que esto es característico de la música uruguaya, la diferencia es un poco el lenguaje, lo que estamos diciendo, lo que estamos comunicando, el cómo lo decimos, nosotros le damos más importancia o nos paramos más sobre el tema textual, en cómo decir las cosas, cómo trabajar los versos. Pero es una de las cosas, no solamente hacíamos -hacemos- eso. Sigue esa vieja vertiente que empezó acá en los años `60 o antes, ¿no? Pero paradójicamente para nosotros es muy difícil encasillarla -¿Qué es la música popular?, ¿Qué no es música popular? - Y eso es lo que le da la riqueza".

Bi ciclo de música en dos tiempos es un encuentro gestionado por Nicolás Guazzone. Se realizará cada viernes de junio y julio a las 21.30 horas en el teatro del Museo Torres García. La entrada cuesta $100. "Como un partido de fútbol", cada noche tiene dos tiempos, cada uno con un compositor. La mayoría de ellos se presentarán de forma solista, otros son dúos o grupos con más músicos involucrados. Aquí van los integrantes, en orden de actuación: Ariel Pérez, Rubén Olivera y Diego Kuropatwa. Viviana Ruíz - Clara García y Martín Barea Mattos/ Por hora por día por mes. Carlos Ferret y Tácate. Federico Baccino y El cabra. Yisela Sosa y Mario Villagrán. Lautaro Hourcade y Tiempo y tiempo. Lúcia Bruce e Ismael Collazo. Nico Guazzone + Mudo y Mauricio Ubal.