José Carlos Álvarez de Ron sobre el poder en el fútbol: "Es mejor la grieta que el monopolio"

José Carlos Álvarez de Ron

ENTREVISTA

El periodista cumple 30 años en Teledoce. De Santa Lucía, curioso y estudioso, le pone sello lírico a la información deportiva y se la juega con la opinión. "Me han querido bajar", dice.

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—De adolescente tuviste una revista deportiva en Santa Lucía. ¿Siempre tuviste claro que querías ser periodista?

—Mi mamá decía que desde chico fui curioso y preguntón. Con unos amigos sacamos ese boletín deportivo que se llamaba Gol del sur. Lo que hacíamos era un reporte de lo que pasaba en la localidad en materia deportiva, no solo fútbol, sino básquetbol, ciclismo, bochas… Lo vendíamos puerta a puerta como forma, en mi caso, de solventar los estudios. El pueblo te empuja: comprando, poniendo avisos nos ayudaba porque sabíamos que lo hacíamos para estudiar.

—Te formaste en comunicación cuando la carrera era bastante joven

—Sí, entré en 1988 y me recibí en 1992 en la Facultad de Ciencias de la Comunicación.

—¿Cómo llegó la oportunidad de ingresar a Teledoce?

—Yo trabajaba en las transmisiones de Radio Universal con Alberto Kesman, que fue quien me dio muchas oportunidades a nivel laboral. En 1992, Juan Gallardo se iba a los Juegos Olímpicos de Barcelona y como él quedaba solo, buscaba alguien que lo ayudara con Telemundo y el Polideportivo. Enrique Yannuzzi me recomendó y así entré. Fui un poco arriesgado porque me preguntaron si sabía de “deportes menores” y yo respondí: “Es lo mío”. Se portaron muy bien en el Comité Olímpico en ese momento porque apenas tuve la oportunidad en el canal, me dieron todos los videos y libros disponibles de cada disciplina. Hice un curso acelerado.

—¿Llegaste a practicar deporte de manera profesional?

—No profesionalmente, pero jugué mucho al fútbol. A los 15 años tuve un problema de columna y dejé. Jugaba en Wanderers de Santa Lucía, el equipo del que fui, soy y seguiré siendo hincha.

—¿No tuviste afinidad por ninguno de los grandes, Peñarol o Nacional?

—No. Soy hincha de Wanderers de Santa Lucía. Me crié con esa pasión y no hay vuelta. Podrán creerme o no, pero nunca tuve otra simpatía.

José Carlos Álvarez de Ron
José Carlos Álvarez de Ron. Foto: Leo Mainé.

—Recientemente terminaste una maestría en Derecho, Economía y Gestión deportiva. ¿Te motiva seguir estudiando?

—Sí. Ese ha sido el motor de todo. Mi madre era maestra y nos inculcó eso de chico. Mis inquietudes siempre pasan por ahí, desarrollarme y tener más conocimientos.

—Desarrollaste un estilo muy particular con los informes deportivos, que apelan habitualmente a cierta poética en el lenguaje. ¿Cómo nació esa particularidad?

—Este país es muy triste, la realidad política, social, deportiva… por lo general es triste, a veces terriblemente triste. Entonces yo intento, en la forma de comunicar dentro de un noticiero, hacer un guiño, un detalle de lo que llamamos “color”. Es un riesgo, también, porque entre el humor y el absurdo hay una delgada línea. Pero me parece que vale la pena la apuesta, para lograr que el televidente se quede con una sonrisa. Uno es lo que es y anda siempre con lo puesto, como decía Joan Manuel Serrat. No puedo impostar otra cosa.

—Además, junto a Mario Bardanca, están al frente del programa radial Derechos exclusivos (Radio Uruguay)…

—Sí, yo amo la radio. Es el medio que más disfruto. Ojalá pudiera vivir solo de la radio. Por lo demás, trabajar con Mario también es un orgullo: es un referente para mi carrera y mi vida.

—Este fin de semana se define el Torneo Apertura, con varios equipos con chance; ¿cuál te parece que será el campeón?

—Liverpool tiene la gran chance, aunque le tengo mucho respeto a Fénix. Y Nacional está fuerte también. No sé quién saldrá campeón porque los partidos hay que jugarlos, pero es un final lindo, emocionante.

—¿El problema de la violencia en parte de sus hinchadas es el principal problema de Peñarol y Nacional?

—Es un problema muy serio. Creo que el fútbol ocupa el lugar que en algún momento ocupó la oposición de ideales políticos. Quiero decir: a nadie hoy lo matan por ser del blanco, del Frente Amplio o colorado, pero sí te pueden matar por ser de Peñarol o Nacional. Es un tema cultural y la sociedad toda tiene que actuar, empezando por el fútbol. El fútbol tiene que hacerse cargo y señalar, no contemplar. La contemplación es lo peor que se puede hacer en este caso.

—Uruguay clasificó al mundial con un nuevo entrenador. Ha sido pública tu opinión favorable a Tabárez. ¿Crees que debió haber seguido como director técnico?

—Más allá de si debió o no debió seguir, lo que hay que evaluar y contemplar es lo que hizo. Yo me crié con una selección donde no te hablaban, donde estaban los repatriados y los otros, había enfrentamientos, desorganización. Había un monopolio económico que mandaba en todo: la televisión, los jugadores, la selección. Tabárez ordenó la casa y sentó en la misma mesa a jugadores muy diferentes como Lugano, Abreu, Forlán o Suárez. Actuó como un maestro de escuela. Fomentó la unión de un grupo y puso a Uruguay nuevamente a competir. Antes, la selección no competía: miraba para atrás, a lo que había hecho en los mundiales del 50 y el 30. Para un país chico como el nuestro, competir en el fútbol actual es una proeza. Pregúntenle a Peñarol o Nacional cómo les va cuando salen a jugar afuera. Entonces, lo que hizo Tabárez fue monumental. Yo digo un poco en broma que 18 de julio tendría que haber cambiado de nombre por el de “Maestro Oscar Tabárez”.

José Carlos Álvarez de Ron. Foto: Leo Mainé.
José Carlos Álvarez de Ron. Foto: Leo Mainé.

—¿No viste ese reconocimiento en el momento en que fue cesado?

—Para nada. No lo vi. Al maestro no se lo respetó. El calendario no lo ayudó, los resultados no se dieron y pasó lo que pasó. Pero el éxito y el fracaso son dos grandes embusteros. Lo importante es todo lo que pasó y tenerlo presente. Porque no hay peor cosa que no tener memoria, en el fútbol y en la vida.

—A nivel político y económico, el fútbol atraviesa una especie de grieta entre Tenfield y los llamados grupos de interés, con los jugadores de la selección como principales exponentes de este movimiento. ¿Dónde te posicionás en este escenario?

—Desde mi punto de vista, lo peor que hay en cualquier ámbito de la vida es el monopolio. Y acá, durante muchos años hubo un tipo que hizo y deshizo todo lo que se le antojó. Hoy hay otros intereses, lo que me parece coherente para que uno pueda elegir. Yo soy periodista, soy la piedra en el zapato. Pero ser valiente sale caro. Tengo la fortuna de haber estado en empresas que toleraron lo que yo pienso y que me defendieron. Pero nunca me gustó el sistema monopólico y menos andar a lo pesado.

—¿Ha tenido costos esa posición?

—Sí. Me consta que han querido bajarme pero insisto en que me ha tocado trabajar en lugares donde respetaron mi independencia y mis opiniones.

—¿Hoy está más equilibrado el poder en el fútbol?

—Hoy hay grieta muy grande porque los jugadores se separaron de Tenfield. De todos modos, yo no hablo de buenos y malos. Tampoco soy amigo de ningún jugador. Pero supongo que la grieta es más beneficiosa que el monopolio.

Polideportivo
El equipo del nuevo Polideportivo.

—¿Qué pasó que no estás en el nuevo Polideportivo cuando en principio se mencionaba tu nombre?

—Yo tenía un acuerdo para estar. Pero en el estreno del programa coincidió que estaba en seguro de paro y después no acordamos. No se dio pero estoy agradecido. De verdad lo miro todos los domingos, me parece un gran programa y no tengo nada que reclamar.

—Se viene Catar 2022, ¿cuál va a ser tu rol?

—Voy a estar siguiendo a Uruguay. Estamos preparando una cobertura muy intensa, como caracteriza a Canal 12, con un equipazo. Ojalá le vaya muy bien a Uruguay.

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