La capital catalana sabe como reinventarse a sí misma. Capital cultural por excelencia, cada uno de los eventos supo marcarla a nivel urbanístico. Sin embargo, el principal motor que impulsa a Barcelona hacia la modernidad permanente es su gente. Modas y tendencias signan el comportamiento de los ciudadanos casi definiendo su idiosincracia.
A continuación, un pantallazo de lo que está más en onda en Barcelona…y que mañana pasará a la historia.
Ir a las playas de Bogatell y la Barceloneta los fines de semana de sol. Desde que las olimpíadas del 92 legaran a la ciudad las playas y el Paseo Marítimo, la costa es un espacio que los catalanes han aprovechado hasta el hartazgo. Tal vez en un intento por amortizar la millonaria inversión –cuya mayor parte desembolsaron los ciudadanos a través de los impuestos- los habitantes de Barcelona no pierden oportunidad de armar un picadito o entregarse al placer del dolce far niente en las arenas de la Barceloneta y la cerna Platja de Bogatell. Mientras caliente el sol…
El Born. Vecino al barrio gótico, el Born es el barrio del momento. Sus angostas callecitas y edificios de época albergan cafés, restaurantes, las mejores casas de diseño, florerías y locales de los mejores diseñadores de moda nacional e internacional. Muchos de los habitantes del gótico, cansados de protestar infructuosamente con carteles colgados de sus balcones donde piden silencio, ya han huido al barrio vecino. Hoy en día,el lema parece ser: si está de moda, está en el Born. A esto se suna un atractivo cultural recientemente descubierto: mientras se realizaban excavaciones en el antiguo mercado del Born se encontraron vestigios arqueológicos de la Barcelona del siglo XVIII. La excavación está abierta al público hasta el 31 de diciembre, los sábados y domingos de 10 a 15hs.
Por las noches:
Danzatoria Tibidabo. Una casona de dimensiones impresionantes recientemente reinauguarda luego de algunas reformas brinda 4 espacios distintos para el dancing y las copas. En laPlanta Baja, un bar bien neat muy iluminado da la bienvenida e invita al descanso luego del dancing. En el primer subsuelo, la música electrónica es la consigna, mientras que en el segundo, originalísimas decoraciones en plástico, vidrio y hule ambientan un espacio de chill out. En verano, un deck en desnivel concentra la mayor parte de la concurrencia.
Danzarama. Inaugurado hace menos de un mes este local en esquina de Gracia y Gran Vía reune a lo más selecto de la movida catalana. Música electrónica en general y ambient y chill out en particular buscan traer el espíritu de Ibiza al invierno catalán.
Catwalk. Ex Danzatoria, es "el" boliche bailable del Passeig Maritim.
Cenar en Club 13 o en Camper foodball. El primero queda en un semi piso que balconea a las galerías de la Plaza Real, en las Ramblas. La comida se sirve sobre una enorme bandeja estilo marroquí apoyada en una inmensa cama donde se sientan los comensales. En el ingreso, un bar abierto a la plaza sirve los mejores tragos. A preparar la billetera: una cena allí no baja de 60 euros por persona. El Camper Foodball, por su parte, es un emprendimiento de la firma de calzado Camper. Un local donde se combinan la comida ligera, natural y de temporada en un ambiente funcional diseñado por el artista Martí Guixé. El precio medio ronda los 6 euros por persona y queda en Elisabets, 9.
Almorzar los domingos en las masías del Tibidabo o en los restós ubicados en la base del funicular, con las mejores panorámicas de la ciudad. Menú obligado: patatas bravas, rabas, pan con salsa de tomate, todo regado con cerveza o vino rioja. En las masías: paella valenciana o paella negra.
Sobrevolar Barcelona en helicóptero. Por 70 euros por persona se puede contemplar durante 10 minutos las mejores vistas de la ciudad. Tel: 932 240 710.