Fabián Doman sobre Lacalle Pou: "No se complica y lo veo trabajador"

Fabian Doman
Fabian Doman, periodista, comunicador de Argentina, personalidad de la television en Punta del Este, foto Ricardo Figueredo, corresponsal Maldonado, Archivo El Pais, 20220103

ENTREVISTA

El periodista argentino se tomó unos días en Punta del Este, donde anunció su regreso a la TV tras su salida de "Intratables". También dio su visión sobre el momento político de su país y de Uruguay.

—El año pasado sorprendiste con la decisión de dejar Intratables, ¿cuál fue el factor determinante para dar ese paso?

—Tuvo que ver con una oferta laboral muy importante en el rubro de la comunicación empresarial, que después derivó en la candidatura a presidente de uno de los clubes más importantes del mundo que es Independiente. Mucha gente me dice que era el mejor momento de mi carrera. Capaz que otro en mi lugar se hubiera quedado a vivir ahí toda la vida o esperando que un día te digan “no vas más”. Tengo que agradecer la cantidad de gente en la calle que me pregunta cuándo vuelvo a la televisión. Me sorprendió el público en Uruguay. Yo sabía que América era muy visto en Uruguay, pero me llamó la atención la cantidad de gente que me lo comentó acá.

—¿Seguiste mirando el programa después de tu salida?

—Sí, miro, leo y escucho todo aunque esté alejado de los medios.

—¿Quién te gusta más en la conducción de Intratables?, ¿Guillermo Andino o Alejandro Fantino?

—Soy amigo de los dos, aunque Andino es de Racing. Con Ale (Fantino) me une que al principio cuando en El Trece a mí no me iba bien, él hizo declaraciones públicas bancándome. Y cuando en Intratables yo no daba pie con bola, Alejandro me llamaba en privado y me daba aliento. Siento que tengo una deuda en ese sentido.

—¿Volverías en un futuro al programa?

Intratables es un programa que amaré toda la vida y el formato que mejor me queda, pero no volvería a hacerlo. Primero porque es un programa que ya tiene conductor, y segundo porque es un capítulo que yo mismo tengo que cerrar para no quedar encasillado.

Fabián Doman.
Fabián Doman. Foto: Ricardo Figueredo.

—¿Volvés a la televisión este año?

—Sí. Voy a volver por canal 13, donde trabajé por cinco años y me siento muy cómodo. Tengo muchos amigos ahí. Arrancamos en febrero con una programa de actualidad en la tarde, con un buen panel y móviles en vivo, sin perder la buena onda y el humor. El programa se va a llamar Momento D.

Intratables se convirtió en una especie de fenómeno que multiplicó los programas de debates en la televisión, ¿cuál es la lectura que hacés de todo lo que se generó en torno al ciclo?

—Inclusive en Europa se ha copiado el modelo. Yo se lo dije a los dueños de América: hay dos programas que no pueden salir nunca del aire que son Intrusos e Intratables. Son clásicos de la televisión que están por encima de quién los conduzca.

—Eso de que están por “encima de quién los conduzca” es algo que se puede decir a posteriori, porque en su momento no debe haber sido fácil ocupar el lugar que había dejado Santiago Del Moro con su particular impronta...

—Yo ni siquiera estaba en la lista de los que tenían pensados conducir el programa. Antes de que me llamaran a mí tenían 20 nombres más, pero al final terminé siendo yo. Las primeras semanas fueron durísimas. Mis principios siempre fueron difíciles, pero siempre llegué a la meta.

—¿Cómo era para vos manejar semejantes momentos de tensión al aire?

—A mí me gusta sorprenderme al aire, me pongo en el lugar del público en ese sentido. Hay que darle sorpresas al televidente. Yo no funciono grabado, siempre hago programas en vivo, y me gusta que se sepa cómo empiezan pero no cómo van a terminar. Y a mí me encanta que se debata. He promovido los debates porque en los argumentos de los debates es cuando aparecen las verdades. Por otra parte reivindico a la escuela de Mauro Viale y Chiche Gelblung, aun con diferencias en algunas cosas, soy hijo de esa escuela de televisión. Nosotros hacíamos un show, no dábamos una clase de la academia de periodismo.

—¿Recordás alguna situación de tensión que te haya complicado especialmente al aire?

—No que me haya complicado, pero recuerdo una vez que tuve que hacer un gesto para que vinieran los de seguridad por si se llegaban a agredir físicamente. Fue en una discusión muy larga y difícil entre Javier Milei y Nito Artaza. En un momento yo ya tenía decidido sacar del estudio a los dos. No recuerdo cómo hice que se calmen, pero les cortamos los micrófonos. Siempre supuse que entre ellos había una historia previa que yo no conocía, porque al aire fue tremendo.

Fabián Doman.
Fabián Doman. Foto: Ricardo Figueredo.

—Javier Milei fue la gran sorpresa de las últimas elecciones legislativas después de haber alcanzado la popularidad de la mano de Intratables, ¿cómo viste su incursión en la política?

Intratables generó muchas figuras: Caro Losada, José Luis Espert, Milei. Su caso me toca de cerca por ideología: yo soy liberal en el sentido íntegro de la palabra. No es que soy liberal en lo económico, pero no en lo político. Siento que el liberal tiene que serlo de forma integral, no puede estar a favor del tipo de cambio libre pero en contra de que una mujer tenga derecho a interrumpir su embarazo. Siento que a veces en Argentina el liberalismo está más pegado al conservadurismo que al propio liberalismo. En eso me hace ruido Javier. Lo creía más liberal y algunas posturas suyas me sorprendieron. Lo que sí hay que reconocerle es que con su discurso en muy poco tiempo movió el tablero. Javier y Espert le dieron un refresh al cuadro político argentino que está bien. Tienen que pasar esas cosas. Hay partidos que tienen cinco o seis diputados pero mueven el tablero.

—Hay quienes dicen que su discurso combativo le hace mal a la política...

—No, mal a la política le hacen los tipos que llegaron al poder y lo ejercen de manera autoritaria. Javier tiene un discurso que a veces en las formas uno puede no coincidir, pero a mí me gusta que aparezca gente así. Me gusta también que haya partidos de izquierda trotskistas y marxistas. Los partidos tradicionales están para representar lo políticamente correcto, y para que el sistema funcione tiene que haber gente a los costados que mueva el tablero. En el periodismo pasa lo mismo: es necesario que haya gente que rompa la cabeza y diga cosas que a veces no son posibles pero generan una duda o una idea.

—¿Te dio lástima no haber estado trabajando en los medios durante esta última campaña electoral?

—No. La campaña me pareció muy chata. En algunos momentos pensaba “menos mal que no estoy, qué campaña más mediocre”. Fue pobre de ideas y de debate. Había mucha distancia entre los temas de la campaña y lo que hablaba la gente. En la calle nadie te habla del acuerdo con el FMI, y el gobierno no habla de otro tema. Además, es un error de comunicación porque no hay otra sigla que caiga peor en Argentina que “FMI”.

—Más allá de la campaña, ¿la derrota del gobierno no fue relevante en términos simbólicos?

—Sí, fue relevante. Pero a la oposición no le pareció relevante. Hicieron el gol y no lo festejaron. Me parece rarísimo lo de la oposición. Pierden una votación en el Congreso por una diputada que se va a Disney y otro a las Islas Maldivas a los 10 días de asumir. Hacer eso es de irresponsabilidad profesional e institucional. ¿No sabían que en diciembre se va a trabajar?

—¿Falta oposición en Argentina?

—Faltan las dos cosas: oficialismo y oposición. El oficialismo deambula. No se sabe si el oficialismo es el presidente, Cristina, Sergio Massa o la vecina de enfrente. No se sabe cuál es el plan de gobierno. Frente a ese no oficialismo hay una no oposición.

—Si bien tenés una amplia trayectoria como periodista, la masividad te llegó por medio de tu mediático divorcio de tu colega Evelyn Von Brocke, ¿cómo recordás aquella situación?

—Yo tengo una carrera de periodista que arrancó hace más de 30 años, pero me hice conocido por ese episodio puntual. Me dio una masividad muy grande. Después de eso me contrató Canal 13 por cinco años, después me fui a América y al programa le fue muy bien.

-—¿Te preocupaba que esa situación te afectara negativamente en lo profesional?

—Había dudas sobre lo que iba a pasar. Lo que terminó pasando fue que el rating se duplicó. Mañanas Argentinas (C5N) pasó a ser el noticiero más visto de la mañana.

—¿Dirías que te sirvió profesionalmente, entonces?

-No porque no fue buscado. Nosotros nos divorciamos en enero, y la noticia se supo en agosto. No hay explicación de lo que pasó con eso. Creo que representábamos dos modelos de personas que después de 19 años de casados se divorciaban y eso sorprendía. La gente elige casamientos y divorcios para seguir como una novela. Con Evelyn nunca nos agredimos durante toda esa locura mediática, pero por alguna razón el tema sigue generando rating. Lo que yo rescato y subrayo es que ella es una madre excepcional y maravillosa.

—¿Cómo fue volverte a enamorar este último año de Viviana, tu actual pareja?

—Muy lindo. No me lo esperaba para nada. De repente me separé, y después conocí a Vivi. Fue por casualidad. Fui a firmar un documento y ella trabaja en la oficina que hizo la operación. Pedí su teléfono, me lo dieron y la invité a tomar algo por primera vez el 20 de junio. Empezamos muy lentamente. Al mes y medio nos sacaron una foto, y a la semana Ángel De Brito me escribió y se lo confirmé. Ha resultado una compañera formidable.

—Sos candidato a la presidencia de Independiente, ¿en qué está la situación después de la suspensión de las elecciones en diciembre?

—Estamos a la espera de que la Justicia habilite nuestra lista. Había una elección convocada para el 19 de diciembre. Nosotros nos presentamos en la Justicia pidiendo la postergación hasta que se resuelva nuestra participación. Eso está a decidirse en la Justicia civil. Nuestra lista está prohibida en Independiente por formalismos que no pide el estatuto del club. Esto es particularmente por Hugo Moyano (actual presidente), y ojalá se pueda arreglar lo antes posible. Me encantaría sentarme en una mesa de diálogo, pero es imposible. 

—¿Es compatible la presidencia de Indepediente con tu vuelta a los medios?

—Es absolutamente compatible. De hecho todos los dirigentes del fútbol tienen naturalmente un trabajo por fuera del fútbol, salvo los casos rentados a nivel internacional. La pregunta sería al revés: porque el Presidente no va a trabajar en lo suyo y sino lo hace de que va a vivir ? En mi caso lo novedoso si se quiere es mu profesion es la televisión y entonces el trabajo es público. Lo malo seria que siendo dirigente no tuviera trabajo. Sería sospechoso. Lo que no puede pasar es que el Presidente de un club como Independiente tenga actividades con una carga horaria incompatible con el ejercicio del cargo como pasa ahora

—¿Cuál es tu visión de la gestión del presidente uruguayo Luis Lacalle Pou, que es bien vista, en general, desde Argentina?

—En Intratables pusimos un video de Lacalle Pou donde hablaba de la propiedad privada y la defensa de la inversión. Lo destacamos mucho. Por esa razón me lo presentaron cuando coincidimos en un evento en Punta del Este. Me parece un presidente sencillo y simple en el buen sentido de las dos palabras. No se complica y lo veo trabajador. Lo veo a la distancia. Desde afuera todo es lindo; uno tiene que vivir en el país para hablar cabalmente de un presidente. Pero me parece que ha logrado atraer la mirada y el interés de muchos argentinos en Uruguay. Es un gran mérito de él.

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