MARIEL VARELA
Fotos: Américo Plá
Hizo diversos comerciales para el exterior (Movistar, Ancel, HSBC, Blue Cross) pero el modelaje nunca fue su profesión. Le llegó de rebote. La iniciativa partió de un amigo, `vos tenés el perfil para hacer publicidad`. Lo acompañó un día, filmó varias campañas y "así fue como llegué a esto". Cuando dice "esto" se refiere a su personaje (Shizuka) en Bienes gananciales. Hija y nieta de japoneses, Mitsuko Kurioka, se define como una persona sumamente responsable y atribuye esa eficiencia y auto exigencia a la crianza estricta que recibió de su familia. "Cuando surgió esta propuesta dije, `lo quiero hacer bien, voy a estudiar actuación`, pero no me dieron los tiempos, fue todo muy rápido". La llamaron de la agencia, le contaron sobre la propuesta de Canal 10; primero lo dudó pero se arriesgó, hizo tres casting y quedó.
"Cuando era chica vivía en dos mundos, el de los uruguayos y el de los japoneses, que son muy diferentes uno del otro. Por ejemplo, en la familia japonesa quien manda, a quien uno respeta y venera más es a la persona mayor porque tiene más sabiduría y experiencia. En Uruguay es al revés, a quien se cuida más es al niño chico. Los uruguayos son sumamente permisivos con sus hijos: salen a bailar desde los 14 años, van a la casa de sus amigos. Mis padres no me dejaban salir a bailar de chiquita o me decían, `antes de salir a jugar ponete a estudiar o leete un libro entero en japonés`. Entonces vivía en dos mundos, veía que mis amigas tenían terrible libertad y yo no".
Cuando inició la escuela (colegio Pío y después Pastorino) esos universos se entrelazaron. De pequeña, sus padres y abuelos maternos le hablaban en japonés, incluso lo estudió durante seis años en paralelo con el liceo, pero al hacerse amigos uruguayos lo fue perdiendo porque con ellos se comunicaba en español.
Su vida, su entorno, su trabajo (es diseñadora en una textil desde hace tres años y ahora actúa) y sus amigos la vinculan a Uruguay, aunque le tiran los orígenes. "Conozco el Uruguay, vivo acá, me despierto todas las mañanas en Uruguay pero a veces siento que soy un poco diferente al resto en cuanto a la personalidad, como que me llegan raíces de allá. A veces me dicen en el trabajo, `sos demasiado seria, estructurada, querés hacer todo perfecto`", cuenta Mitsuko.
Si bien en su casa son fieles a la tradición oriental, nunca fue a Japón y planea hacerlo junto a su hermana Melisa cuando finalicen las grabaciones de Bienes gananciales y deje de ser Shizuka, la empleada de Gaspar y Karina. La idea es ir a visitar a su abuelo paterno que vive allá y hacer escala en Dubai. "Tengo pila de expectativas, es un país muy nuevo, muy diferente, la tecnología, la cultura, la tradición, la historia que tiene..."
Tradicionalismo. Sus abuelos maternos llegaron a América tras la Segunda Guerra Mundial "cuando el país quedó devastado". En aquel entonces, la mamá de Mitsuko tenía ocho años. Primero vivieron en Brasil, no les convenció, cruzaron la frontera y se instalaron en Uruguay, más precisamente en Peñarol Viejo, una zona rural. Su padre, también japonés, viajaba mucho de Japón a Brasil y en una de esas idas y venidas se topó con la mamá de Mitsuko: "Terrible casualidad. Después se fueron a Japón, se casaron allá y volvieron". Estuvieron un tiempo en Argentina durante la dictadura y eso explica por qué su hermana Marisa es la única en la familia que no lleva nombre japonés: "Nació en Argentina durante la dictadura y no te dejaban poner nombres extranjeros".
En su casa se respetan los ritos culinarios japoneses: "Es tradición acompañar el plato principal con arroz y no con pan como hacen los uruguayos. Otra costumbre bastante diferente es que no comemos postres".
Se anotó en la facultad de agronomía también por seguir la tradición familiar: viven en una zona de chacras y todos se dedican a la tierra. Le restan tres exámenes para recibirse pero "la voy llevando light". También estudió diseño en Tecnimoda y ahí encontró su vocación. "Hice algunas campañas pero no es mi profesión. Lo que más me gusta es el diseño y ahora esto de la actuar me parece espectacular, aunque nunca estudié actuación, sí hice muchos comerciales".
Artista. "Un día estábamos en clase de dibujo y nos hicieron dibujar una hoja de plátano. Se la fui a mostrar al profesor y dijo, `esta es la mejor hoja`, la agarró y se la mostró a todo el mundo. Veía en mí una veta súper detallista. Los demás dibujaban la hoja, las venas y ta, yo hacía las sombras, las puntas. Creo que lo tengo innato porque en Japón se estila mucho el detalle, tienen cierta delicadeza para esas cosas. A mi madre no le gusta pero la he visto dibujar y lo hace espectacular", cuenta a propósito de su relación con el arte.
Se topó con la actuación de casualidad y quedó fascinada. "Es súper divertido armar un personaje, ser alguien que no sos. Todavía no encontré cuál me identifica más pero esto de gritar, ser una loca, histérica, con carácter fuerte creo que me sale bastante bien".
Estudia la letra siempre que tiene un rato libre. Se la aprende el día antes e incluso utiliza la hora del almuerzo para memorizar y repetir. "La primera vez que leí un guión me puse re nerviosa. `¿Todo esto tengo que decir?` Es difícil actuar si no te compenetrás con el personaje y se nota pero lo bueno es que cada vez que terminamos de grabar una escena nos miramos en el monitor y ahí vemos nuestros defectos para ir mejorando, perfeccionando".
Se generó un muy lindo ambiente en el set y Mitsuko lo disfruta mucho. Hace dos meses y medio que graban y revivió una escena que solía repetirse a durante su infancia. "Muy pocos se aprendieron mi nombre. Me ponen sobre nombres. El director me dice Luli, no se acuerdan de mi nombre. Hasta china me dicen. No soy china, les digo. En la escuela a todos les costaba aprenderlo, pronunciarlo. Pero me gusta mi nombre".
Es novata pero le agarró el gustito a la actuación y de un tiempo a esta parte su plan no incluye sólo tener una línea de ropa propia, sino que entre sus proyectos está formarse para poder hacer cine: "Me encantaría, sería espectacular", finaliza.
RECUERDOS
Su abuela le compraba casetes con música japonesa "pero al no estar ella, nunca más escuché".
"El japonés tiene una cultura muy estricta, cerrada, son muy exigentes. De chica no me dejaban mirar tele y si me sacaba una nota baja me rezongaban. `Tenés que sacar mejores notas, vos podés`, me decía mamá".