El orgullo hispano

Ustedes, queridas y queridos lectores, si escuchan la frase ORGULLO HISPANO, ni fu ni fa.

En cambio yo, acá en los Iunaited Esteits, la Nueva Roma, cuando escucho hablar del orguio hispano, así con una i en vez de la LL, saco el revólver.

Lo de orgullo hispano sirve para condimentar cualquier guiso. La terrajada más espantosa, por ser de origen hispano, méxico puertorriqueño cubano dominicana colombo venezolana, o lo que sea, merece el membrete de orgullo hispano.

Tenemos que estar orgullosos de ser hispanos, cueste lo que cueste, y peor aún, no se sabe por qué tenemos que estar orgullosos, o de qué.

Podemos estar orgullosos, eso sí, de trabajar como locos, en la gran mayoría de los casos, en condiciones de explotación lamentable, para beneficio de la economía de los mismos Iunaited Esteits, que si no fuera por la diferencia entre el valor del trabajo de los millones y millones inmigrantes, y el bajo salario que ganan, hace rato que estaría en la lona.

No creo que los hispanos, en cambio, deban estar orgullosos de venir de países que los expulsan porque no hay forma de ganarse una vida decente para uno y la familia...

Un ejemplo, un mal ejemplo, son la televisión y la radio en español de estos mismos Iunaited Esteits. Hay tres cadenas nacionales en español, Univisión, a la que llamaremos Univicio, Telemundo, a la que llamaremos Teleinmundo, y Gala Visión, también propiedad de Univicio, a la que llamaremos Caca Visión.

Además, ninguna de esas cadenas, ni las cadenas de radio en español, son empresas de hispanos. Son propiedad de corporaciones gringas, con dueños y directorios más blancos que un papel, y a los cuales el orgullo hispano ni fu ni fa, realmente, a no ser como slogan propagandístico.

Te meten 24 horas corridas de basura, onda aquella Kermesse de los Sábados de Les Luthiers, y ENCIMA tenés que estar orgulloso por aquello del orgullo hispano, claro.

Te venden los peores programas de chismes, los peores programas humorísticos, los peores programas de ventilar intimidades sucias, el peor mal gusto, y todo, claro, con la salsa del orgullo hispano.

Acá Tinelli y Carlitos Balá serían como la Comedia Nacional más o menos, con eso les digo todo.

Y las radios... las radios son un chunga chunga, chunga chunga, todo el día. Chunga chunga mexicano, las más, y las menos el chunga chunga merenguero de la más baja estofa musical.

Y las letras, bue. Para que vamos a hablar de las letras, todo es sobre minas fáciles, machos muy machos y cómo hacer guita y llevar vida de fiolo, igualito que el hip hop que consume la mayor parte de la población negra, si vamos al caso.

Hay hip hop con buenas letras, claro, incluso poético, pero lo escuchan algunos jóvenes blancos chetos y aún menos jóvenes negros y chetos. Y NUNCA está en la tele.

Para el caso da lo mismo ser latino o negro, el ideal que venden la tele y la radio es: si eres de sexo masculino, la cosa es convertirte en un fiolo repugnante y adinerado, lleno de colgajos de oro por todos lados, si eres del sexo femenino, no hay salvación, o te convertís en una atorranta complaciente al servicio de esos machitos cogotudos, o sos una aburrida total.

No hay una sola de radio o TV que pase música en español que sea audible.

Shakira o Cristina Aguilera, que no las puedo ver ni en la sopa, son Janis Joplin si las comparamos con lo que domina las cámaras y lo micrófonos.

La verdad, no sé si las queridas lectoras y los queridos lectores están familiarizados con nombres como los de Thalía, Alejandra Guzmán, Paulina Rubio, Ana Bárbara, Ninel Conde, Aline Hernández, Alicia Villareal o Maribel Guardia, para no mencionar a Gloria Trevi.

Les deseo que no.

Lo peor es cuando entes autónomos como la Guzmán, la Trevi, Thalia o la Rubio son calificadas de rockeras. Cualquiera que se sacude un poco en el escenario y tiene un banda que toque medio fuerte, es ROCKERA, aunque haga un pop blanduzco, inmundo.

Otras, como Alicia Villareal, que tiene una voz de pito horrenda y desafina hasta en los discos, son proyectadas por un imperio del mal, como Televisa, la televisora mexicana, a dimensiones de diosa de la canción.

La canción latina, lo siento por los que todavía sueñan con Celia Cruz, o incluso con Gloria Estefan, está dominada por esas conchetas onda bataclana con playback, que no pueden cantar ni para atrás. Con estar medio buenona y tener un productor que te banque, tas hecha. Y sino, que lo diga Gloria Trevi.

A Celia Cruz la iban a ver los cubanos y el público más entendido en salsa, a la Estefan, por lo general la escuchan los gringos y los hispanos que no hablan español.

Para los premios de la MTV latina pusieron de maestra de ceremonias a Paulina Rubio, que canta menos que Shenifer Lopez, aunque para mi gusto, tiene mejor cola que la excesivamente protuberante Jay Lo. Parece que estamos destinados a que las colas latinas sean nuestro máximo motivo de orgullo...

Y justamente a su prominencia posterior recurrió la insulsa intérprete para dejar su marca. Se trabajó un vestidito mini que no tenía espalda, para que se viera lo que no alcanzaba a tapar, más bien lo contrario, una tanguita fio dental de morondanga, y roja.

Como Paulina es latina, y de los latinos se espera que seamos sexys y atrevidos, el escándalo no ha sido tan mayúsculo como todo el circo por la lola mostrada a medias por la imprudente Shanet Shackson, pero igual se habla de una multa y otras ridiculeces. Es que después de la elección, los Tartufos de este país están que les vuela la bata.

Y la Paulina eternamente agradecida, por supuesto. Así nadie se ocupó de su garganta.

La verdad, ni falta que hacía: todo el mundo sabe que canta como el traste.

Por Elbio Rodríguez Barilari

barilari@laraza.com

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