El mundial que se convertirá en película

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Por: Mariángel Solomita

Daniel Baldi es un deportista atípico: además de jugar al fútbol escribe novelas. Mi mundial, su séptima publicación, se convirtió en el libro más vendido del año en un 2010 mundialista que quedará marcado en la historia. Eduardo Galeano lo felicitó por su trabajo y le pidió que siguiera este camino, que habrá un antes y un después en los niños de este país gracias a él. Oscar Tabárez le escribió una carta diciéndole que se había emocionado con la historia y que invitaba a niños y padres a sumarse a su lectura. Lucía Gaviglio lo llamó para pedirle los derechos para llevar la historia al cine y él pensó que era una broma. "Más cosas no podían pasar, la recepción fue espectacular. Los niños elegían a fin de año interpretar una obra de teatro sobre "Tito" Torres. Me han llamado de otros países, Paraguay pidió los permisos para incluir Mi mundial como material en las escuelas", dice Baldi del otro lado del teléfono, incrédulo todavía. También cuenta que cuando lo citan de las escuelas para que visite a los alumnos, los niños lo reciben como si fuera una estrella. Su intención es bajar a tierra la visión que un niño puede hacerse sobre el fútbol como una carrera en la que todo es triunfos y dinero.

-Entre tus dos profesiones, ¿alguna está pesando más?

-Hoy está pesando más la literatura. Ya tengo 29 años, mi carrera en el fútbol ya está hecha, la otra recién está comenzando. Y me están pasando cosas muy lindas, la ilusión está puesta en los libros. Ya estoy viendo que no me queda tanto rollo con el fútbol.

Baldi es jugador del Bella Vista y en sus canchas fue que se grabó el spot en el que también participó su amigo Diego Lugano. El capitán de la selección fue el encargado de escribir el prólogo de esta obra. Reconoció que se sintió identificado con el personaje adolescente, que le trajo recuerdos y que es fundamental estudiar. Le pide reiteradamente a los lectores pequeños que el estudio sea igual de importante que la vocación futbolística, y como reconoce el autor, "son muchos los compañeros que dejé en el camino, que luego van quedando fuera de la profesión". A ellos les dedicó su libro.

"Diego también escribió el prólogo del segundo libro de la saga La Botella Fútbol Club. Sé que él defiende la misma bandera que yo, porque los dos pensamos de la misma manera respecto al fútbol. Que él apoyara este proyecto a meses de empezar el Mundial para mí era importantísimo".

Lucía Gaviglio es integrante de la productora Coral, que ya ha realizado los documentales La Matinée (2006), Cachila (2008) y recientemente estrenó Mundialito (2010). También es la gestora de la plataforma de exhibición itinerante Efecto Cine. Este es su primer proyecto como productora de un largometraje de ficción. Llegó al libro a raíz del concurso Animate que organizó la gira infantil de Efecto Cine, uno de los premios era justamente esta novela. Por otro lado, las maestras de la escuela de su hija le recomendaron el libro, y le comentaron el éxito que tiene entre los estudiantes. Desde que lo leyó se imaginó visualmente la historia.

Mi mundial cuenta, en primera persona -"un desafío"- un año en la vida de Fernando "Tito" Torres, un niño de 13 años que nació en un barrio humilde Colonia del Sacramento y de un día para otro es descubierto por un representante. Tito vive en una casa precaria junto a otros cuatro hermanos y sus padres. La situación económica no es buena, sobre todo desde que nace la menor de las niñas, con síndrome de Down. Pese a las largas jornadas laborales de su padre, la situación no mejora y "Tito" descubre un refugio en la pelota Penalty que encontró abandonada en una calle. No tiene amigos, hasta que conoce a Flor. Una niña un año mayor que él, argentina, que se ensaña en lograr que preste más atención a la escuela para que, el día en que triunfe con la pelota, pueda defenderse mejor. Baldi comienza entonces a narrar la dinámica de este niño, ejemplo de otro ciento de uruguayos que son absorbidos por clubes en la capital y que deben dejar su lugar, convertirse en el sostén económico de la familia y lidiar con presiones que muchas veces dejan al juego de lado. Y la soledad que esto conlleva: el personaje repite una y otra vez que a él nadie le preguntó lo que quería hacer, o si estaba de acuerdo, o si era feliz.

-¿Hasta dónde te interesaría involucrarte con la película?

-D.B.: Si bien cedí los derechos y está en manos de los productores, les pedí que por favor se asemejara lo más posible con la historia original, porque es una historia muy sentida, se manejan sentimientos muy importantes. Me gustaría que los personajes comiencen la película en Colonia y se respeten sus características. Esto creo que fue entendido y aceptado, aunque son ellos quienes tendrán la última palabra.

Gaviglio comenta que Baldi se ha comportado como un compañero en esta primera etapa. Interesado, al tanto de las novedades y que hasta llevó a los primeros implicados en el equipo de realización a conocer Colonia y los lugares que él imaginó en que se desarrollaba la historia, "para que se empaparan con el lugar y con el personaje", explica Baldi.

El cachet de los derechos se pactó con un pago fijo que se está cubriendo a medida que el proyecto se va financiando, y un porcentaje de la ganancia de la película. Este film está pensado para un público infantil y adolescente, "aunque también nos interesa atraer a los padres. El tema de las presiones y cómo las expectativas dejan de pertenecer a los niños para ser de los padres...Me parece que el rol de los padres es fundamental en este proceso y va a ser un gran desafío poder hablar de esto. La idea es profundizar aún más en los personajes". Agrega Baldi: "invito a los adultos a que intenten apoyarme, porque son ellos los que deben cambiar esto". El proyecto cuenta con el respaldo de la Fundación Celeste.

En un primer momento la productora planteó el proyecto a Adrián Caetano. El director establecido en Argentina se interesó, pero finalmente razones económica y visiones distintas sobre la historia no lo hizo compatible con la película. Luego Gaviglio se enteró de los intereses por probarse en la dirección de Pedro Luque, reconocido director de fotografía, que ha ocupado este rol desde la primera cinta realizada por Coral. "Es muy inteligente y labura mucho para llegar a donde quiere. Además es fanático del fútbol así que esa sensibilidad la tiene cubierta". Sin embargo debutar en una película protagonizada por niños es tarea difícil. Esto llevó a plantear una co-dirección con Sebastián Bednarik, quien se inició en el teatro, fue el director de actores de La espera (Aldo Garay, 2002) y director de todas las piezas de Coral. Bednarik y Luque están adaptando el guión, probablemente se sume a esta tarea uno de los miembros de una productora argentina que Gaviglio contactó en el Ventana Sur (mercado de cine más importante de la región), y que estarían interesados en participar como co-productores. La financiación piensa sortearse al menos en un 40% a través de sponsors, ya que el arte mismo de la película exige la presencia de marcas en las locaciones más frecuentes.

Dos certezas saltaron a la vista de Gaviglio desde la primera lectura: en la ficción el personaje no puede jugar en un cuadro grande -en el libro juega en Peñarol- y el elenco deberá ser buscado imitando la experiencia -favorable- de Miss Tacuarembó, según un casting online. La razón es simple:sería muy difícil encontrar niños crack en el fútbol que además presenten talento para la actuación de otra manera.

El rodaje se prevé para el próximo verano. El spot que rodaron Baldi y Lugano busca impulsar a los niños a presentarse al casting. Comenzará a emitirse unos cuatro meses antes de la instancia de grabación.Los ansiosos pueden esperar con calma hasta marzo, "el novelista" publicará su última obra. El súper Maxi del gol se centra en la compleja vida de un astro del fútbol y en su relación con su hijo de 10 años.

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