El misterio de la vida

Los lectores integrados, como diría Ruben Castillo, respondieron con una andanada de e-mails a la más reciente incursión en los terrenos de la ciencia, "El Universo en dos Patadas".

Salvo un reclamante que me recomienda que no me haga el Stephen Hawking, y una Sra. descontenta porque en el recuento de los orígenes del universo me olvido de Dios, el resto fue altamente laudatorio.

Entre los múltiples comentarios el nombre de Stephen Hawking apareció como reiterada referencia. Debo decir, sin desmedro de semejante hombre de ciencia, que mis fuentes son más bien trabajos en revistas científicas, charlas con los físicos del Fermilab, uno de los dos aceleradores de partículas atómicas más poderosos del mundo, ubicado cerca de Chicago, y los trabajos del físico Brian Greene.

A los interesados les recomiendo dos libros de Green, "The Elegant Universe" y "The Fabric of the Cosmos", ignoro si ya se encuentran traducidos a la lengua de Cervantes y de Alberto Kesman.

Cierto amable lector me sugiere, o incita, más bien, a ocuparme del origen de la vida. Ya que hemos tocado el nacimiento del universo que conocemos, y la evolución de las especies, dice el lector, metete, Barilari, a explicar cómo surge la vida.

Bue, lo que llama poderosamente la atención es lo RAPIDO que surge, apenas la Tierra se enfría un poco. Hasta hace 3900 millones de años, la superficie de la Tierra ni siquiera era sólida. Pero hace 3500 millones, ZAS, ya pululaban los primeros compuestos orgánicos.

El escenario donde surge la vida no es ningún paraíso terrenal, por el contrario, es un planeta inhóspito, caliente, eruptivo, lleno de emanaciones sulfúricas y otras que serían venenosas para la vida como la conocemos actualmente.

En realidad, en vez de pensar lo DIFICIL que es que se den las condiciones químicas para que surja la vida, parecería que hay que pensarlo de la otra manera: es como que la vida está esperando para surgir, y surge, nomás, apenas se dan unas condiciones mínimas. Más bien parece que la vida es una manifestación INEVITABLE de la materia.

Bacterias anaeróbicas encontradas en las fuentes termales, altamente sulfúricas y súper calientes del parque de Yellowstone, demuestran que ese tipo de vida sería posible quizás hasta bajo las condiciones del remoto y poco tentador Plutón.

La vida, aunque sea un forma muy elemental de vida, parece ser mucho más resistente al calor, al frío y a otras circunstancias incómodas de lo que hasta hace poco se creía.

Hace uno 3500 millones de años, la Tierra disfrutaba de muy poco oxígeno, más o menos como la actual paupérrima atmósfera marciana. El cielo, siempre nublado y lleno de relámpagos, se parecía más bien al de Venus.

El secreto es que, bajo esas condiciones climáticas, con una atmósfera cargada de electricidad, diversas substancias se combinan espontáneamente, produciendo aminoácidos, azúcares y otros compuestos orgánicos. Y eso se ha comprobado EXPERIMENTALMENTE.

Claro que un compuesto orgánico todavía no es VIDA. Para eso se necesitan las proteinas, que son aminoácidos combinados, miles de aminoácidos, para obtener un tipo de proteina. Y hay millones de proteinas diferentes.

Pero también había mucho tiempo para que esas reacciones ocurrieran, miles de millones de años, en cuyo transcurso no solamente las proteinas surgieron, sino que además aprendieron a reproducirse mediante el famoso ADN.

La proteina y el ADN son como el cuento del gallo y la gallina, no hay ADN sin proteina, pero la proteina no puede reproducirse sin el ADN. Pero, con proteina y ADN, ya tenemos los materiales para que surja la CELULA, o sea, la vida.

Entre aquel caldo primigenio y el primer organismo unicelular hay un montón de estados de transición. Es fascinante, por ejemplo, como esos primeros organismos ayudaron a cambiar la atmósfera de la Tierra hacia una situación más rica en oxígeno, que a su vez permitió formas superiores de vida. De ahí a Einstein y a Tinelli, no hubo más que un paso. La Evolución tiene esas cosas.

Los famosos protozoarios, las famosas celulas eucariotas, que nos enseñaron en la escuela, seres unicelulares y nuestros más remotos abuelos, ahora han ascendido de categoria, y se llaman, PROTISTS. Porque protozoario significa pre animal, y puede ser un poco ofensivo para estos verdaderos, auténticos bichitos.

El más arcaico, el mas venerable de los organismos, el decano de los seres actualmente vivientes, son los ESTROMATOLITOS que habitan en Shark Bay, en las aguas al noroeste de Australia. Son un poco como los corales, pero mucho, mucho más rudimentarios y con forma de repollo, o de columnas que asoman fuera de la superficie, para deleite de turistas y fotógrafos de National Geographic. Pero son mucho mas vetustos que el primer coral. Los estromatolitos están festejando sus primeros 3000 millones de años de vida, y ahí siguen, sin sentir ninguna necesidad de evolucionar, ni siquiera han desarrollado una simple antena.

Con lo que hay para ver en la tele, creo que tienen toda la razón del mundo.

Por Elbio Rodríguez Barilari

barilari@laraza.com

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