Sorprendió a todos cantando junto a Valeria Lynch en el programa de Susana Giménez. Se presentó junto a su cantante favorita varias veces en el Gran Rex y conquistó a los productores de la película Sin hijos a pesar de no saber actuar.
Tras un intenso mes de preparación, estaba pronta para transformarse en Sofía, la simpática hija de Diego Peretti en el film en el que el personaje de éste, para conquistar al de la española Maribel Verdú, finge no ser padre. Con apenas 10 años, Guadalupe Manent se presenta como “cantante, compositora, actriz y pianista”, rubros todos para los que se está preparando con una firme convicción: “con humildad se llega”. A pocos días del estreno en Uruguay de su primera película, habló de todo esto con Sábado Show.
"Me costó sacar la canción porque el director me la hizo hacer en estilo Sofía, que no es una nena que cantó con Valeria Lynch y ya tiene cancha; es una nena que es la primera vez que canta en el colegio, en un teatrito chiquito. Sofía estaba nerviosa. Al final, pasa del estilo Sofía al estilo Guadalupe, que es de gestos, de moverse, más con el rock que es bien potente". Así explica Guadalupe Manent (10 años) cómo fue el rodaje de una de las escenas de Sin hijos, película en la que su personaje, Sofía, aparece junto a su padre cantando Seguir viviendo sin tu amor, de Alberto Spinetta.
Ese cambio de la niña tímida y medida a la explosiva y carismática también se dio en este diálogo telefónico que Sábado Show mantuvo con la flamante actriz, pocos días después del estreno de Sin hijos en Argentina. Guadalupe comenzó contestando con frases cortas, como quizás lo haría su personaje, Sofía, pero a medida que la conversación fue avanzando y los temas la fueron entusiasmando, apareció esa niña que con apenas 9 años deslumbró a todos cantando junto a Valeria Lynch en la televisión.
"Valeria me llevó a cantar con ella a Susana Giménez. Ahí me vio una chica de la productora Patagonik y empecé a hacer castings con escenas de la peli", recuerda Guadalupe de lo que fue el puntapié de un proceso bastante complejo. ¿Por qué? Porque del video que Carola Jalife -la productora que menciona la niña- le mostró a Ariel Winograd director del film-, a lo que Guadalupe exhibió en el casting, hubo un gran abismo. Según cuenta el realizador en una entrevista, el casting "resultó desastroso". Le pidieron que cantara algo y eso le dio una nueva chance. La sometieron a un entrenamiento intensivo con la coach de chicos, María Laura Berch, que trabajó en Wakolda, y la hicieron grabar durante una semana. Al ver los videos y compararlos con los de las otras dos finalistas, no tuvieron dudas: Guadalupe era Sofía.
¿Y quién es Sofía? Es la hija de Gabriel (Diego Peretti), dueño de una casa de venta de instrumentos musicales que se reencuentra con Vicky (Maribel Verdú), la mujer que lo enamoró hace diez años, cuando él estaba casado y esperando precisamente a Sofía. Ahora, divorciado, tiene la oportunidad de iniciar una relación con Vicky, pero hay un pequeño detalle: a ella no le gustan los niños y no quiere tener hijos. Por un malentendido, Vicky cree que Gabriel no tiene hijos y él no se anima a aclarar las cosas para no entorpecer el vínculo. Eso lo hará llevar adelante una doble vida: él y su apartamento son unos cuando está con Vicky, pero se transforman totalmente cuando recibe a Sofía.
Intensa preparación.
Con un mes por delante, director y productores se propusieron que Guadalupe aprendiera a actuar. Recuerdan que los primeros días hubo que indicarle absolutamente todo, al punto que Winograd confiesa que éste fue uno de sus rodajes más difíciles. Y eso marcó los dos objetivos que se fijó con Sin hijos: el primero tenía que ver con hacer su primera película sin la producción de su esposa Nathalie Cabiron y como director para Patagonik Films, intentando que fuera lo más personal posible; el segundo, "que la nena actuara bien".
El casi medio millón de espectadores que lleva Sin hijos en Argentina y la gran actuación que consigue Guadalupe, permiten afirmar que Winograd alcanzó su metas.
"Durante el rodaje la vimos crecer y ya en las dos últimas semanas era un relojito", dijo el director de su joven actriz, quien cariñosamente lo llama "Wino". "Wino es un genio. Me pareció un genio como hizo quedar la película. La primera vez que la vi quedé alucinada, dije ¡guau! No lo puedo creer, ¡qué bien que quedó!. Me encantó", recuerda Guadalupe de lo que sintió al verse por primera vez en la pantalla grande.
A sus compañeros de reparto los conocía de verlos en la tele. "A todos menos a Maribel Verdú, que en España es refamosa. Y a Diego lo conocía, pero no lo veía en las novelas que hacía", aclara. "A Marina Bellati y Pablo Rago los miraba en la novela Noche y día", señala sobre quienes hacen de su madre y de su nuevo novio en el film. "Los actores son todos muy macanudos, muy divinos, todos muy humildes… la verdad que me enseñaron un montón de cosas que yo no sabía. Yo no entendía mucho de cine".
Si bien Sofía no es tan extrovertida como Guadalupe, sí se anima a teñirse el pelo de colores y a ir al colegio maquillada, cosa que Guadalupe no puede hacer aunque le encantaría. "En la escuela no me dejan, además voy a un colegio Católico, en San Miguel, que se llama Divina Pastora. Nunca me había teñido el pelo así, pero es como mi estilo porque yo soy una chica que me gusta mucho producirme, maquillarme. Estaría buenísimo tener el pelo como mi personaje", apunta.
Seguramente por estos días Guadalupe es muy popular en la vecina orilla. El éxito de taquilla de Sin hijos y las posteriores entrevistas la han hecho un personaje cada vez más conocido, algo que recién empezaba a pasar cuando hablamos con ella. Recuerda como anécdota lo que le pasó en el estreno del film. "Una chica estaba sentada al lado mío, me mira y me dice: vos sos la nena de la película. Y empieza a gritar: ¡Acá está la nena de la película! y se armó todo un revuelo".
Lo que Guadalupe sí ya tenía era la fama de haber hecho varios Gran Rex junto a su ídola, Valeria Lynch. "Me gusta mucho que la gente en el teatro me aplauda y en el cine también, me da placer. No he firmado tantos autógrafos, porque cuando los mostrás no te creen; te creen cuando te sacás una foto. El autógrafo ya pasó de moda. Me piden fotos, eso sí", explica con gracia.
Ser cantante.
La pequeña artista cuenta que canta desde los 2 años y desde los 7 va a la Academia de Comedia Musical de Valeria Lynch. "Estoy en Pre-Adolescentes 2. Todos los años son las mismas materias: Danza, Teatro y Canto. Creo que este año va a haber tap. A mí me gusta la comedia musical. Soy muy dura para danza, eso sí… o sea, no soy tan dura, ahora ya estoy mejor porque mi mamá es bailarina y me enseña algunas técnicas de danza. Para cantar no tengo problema", apunta quien también ama cantar tangos y lo hace muy bien. "Me gusta mucho el tango por mi abuelo Julio. Me los aprendo sola".
Claro está que a la hora de elegir, primero están las canciones de Valeria Lynch, como Mentira o Río revuelto. "Siempre fui fanática de ella… en realidad no, no te voy a mentir. De chiquita me gustaba Julieta Venegas (risas). Pero a los cinco años empecé a escuchar a Valeria y me fascinó. Tenía un disco de ella y lo rayé, no podía ni escucharlo de lo rayado que estaba. Cuando fue a la Academia, yo estaba como en shock. No puede ser que esté Valeria Lynch, decía. No lo podía creer".
Y menos lo podía creer cuando Valeria Lynch la invitó a cantar con ella en el Gran Rex no una, sino varias veces. "Me dio un poquito de miedo al principio. Mi primer show… ay, fue una cosa… nadie sabía que iba a estar yo, era como una sorpresa. Temblaba de miedo. Después ya se alivianó, ya no tenía tanto miedo. En los siguientes dos años, era como ir a cantar a la esquina, más fácil. Tampoco es que pasaron dos años y ya está, no. Aunque tengas el nivel máximo, aunque estés allá arriba, siempre vas a tener nervios, más en el Gran Rex", remarca. Allí conoció a Maxi De la Cruz. "Es un genio como actúa. Detrás de escena nos matábamos de la risa. Baila rebien. Me encantó haber trabajado con él. Es rebuena onda, rehumilde y eso es lo que hace grande a un artista".
También participó del programa de TV, Soñando por cantar, "pero como algo especial. Me vieron en el camarín, porque fui a saludar a Valeria. Me vio Mariano Iúdica, me hicieron subir al escenario y canté Mentira".
Metas.
Guadalupe, quien cursa quinto año de escuela, se define como "cantante, compositora, actriz y pianista". Como cantante y compositora, le gustaría grabar un disco. "Me gusta componer y cantar canciones de otros, pero quisiera hacer un estilo propio, no tanto cantar canciones de otros artistas. Me gusta componer, a veces me siento y me pongo a componer letras, me gusta mucho escribir. Me encanta leer, leo muchos libros para sacar letras, cosas, todavía hay palabras que yo no descubro, que todavía no sé. No tengo un libro en especial, me gusta leer de todo, cosas de Dios, La Biblia. Ahora estoy leyendo un libro para chicos. Compongo canciones de todo, me gusta mucho de amor en general: de la familia, de una relación, amor a la música, a la naturaleza".
Como actriz, sueña con seguir haciendo cosas. "Yo no digo quiero actuar con este actor, me da igual. Todos los actores que trabajan en la tele y en el cine son un privilegio. Ahora me gusta mucho Lali Espósito. Me encantaría actuar en Esperanza mía y conocerla".
Y como pianista, su compositor preferido es Astor Piazolla. "Toco Libertango, Adiós Nonino y Los paraguas de Buenos Aires".
Pensando a más largo plazo, expresa que quiere "hacer comedia musical y me gusta mucho Veterinaria. En realidad no puedo ser veterinaria porque veo un poquito de sangre y ya exagero. Lo que me gustaría, cuando sea más grande, es hacer como una fundación para nenes oncológicos y también para perros… animales que están en la calle. Me gustaría ayudar a los perros y a los niños, que son lo más sagrado que hay en el mundo".
A la hora de hablar de su familia, cuenta que vive con su mamá. "Por favor poné que se llama Silvana, porque en otra revista pusieron Susana", pide. "No tengo hermanos, pero tengo un pequeño hermano llamado Tobi… es un perro, un mini maltés. Lo tengo hace tres años. A veces se porta un poco mal y hace pis en la cama, igual es muy bueno. Mi abuelo Julio y mi abuela Mirta siempre me van a ver. Lo que más me gusta de mi familia es que siempre me apoya en lo que hago y eso es muy importante", destaca.
Tan importante como lo que una vez le enseñó Valeria Lynch como aspectos claves para su carrera: hay que cantar, perfeccionarse y ser muy humilde. "Es lo más importante del artista", afirma la orgullosa alumna. "O sea, es importante el talento, pero si uno no tiene humildad, no puede llegar a nada. Si vos tenés talento y humildad, mejor. No es que tenés que tener talento para llegar. Si sos humilde, llegás".
Sin hijos.
Desde que se separó, el centro de la vida de Gabriel es Sofía, su hija de ocho años. Pero reaparece Vicky, amor platónico de adolescente, transformada en una mujer independiente, desenfadada y sin intenciones de tener hijos. Por un malentendido, Gabriel le hace creer que no los tiene, con lo que empieza a llevar una doble vida: vive y arregla su casa de una manera cuando está con Sofía, y cambia todo al recibir a Vicky.

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