Opinan las comunicadoras Verónica Piñeyrúa, Andrea Menache, Catalina Ferrand y Patricia Wolf.
Verónica Piñeyrúa (comunicadora)
No me gusta que me regalen flores ni esos adornos al pedo que no sirven para nada y no sabés dónde meterlos. Esos regalos me embolan, salvo que sean hechos por mis hijos en la escuela porque ahí toman un valor sentimental. El regalo más lindo que tuve fue de mi hija, cuando me hizo un cuadrito con un poema. No hay ningún regalo que venga de un hijo que pueda no gustar; que un hijo te haga un regalo es lo más lindo que hay.
Andrea Menache (comunicadora)
Recuerdo una anécdota divertida con mi hermana Soledad, en un día de la madre hace un tiempo. Se nos ocurrió hacerle una broma a nuestra mamá y le regalamos un sobre con un folleto de una casa para la tercera edad. Ella lo tomó con mucho humor y celebró la ingeniosa idea agradeciéndonos y resaltando que era una residencia cinco estrellas. Un humor dudoso para algunos pero ella siempre se acuerda de eso de manera divertida. Al margen de ese chiste, en casa no somos de hacer regalos los “días de...”. Esos días los usamos como excusas para juntarnos y disfrutar de una buena mesa familiar. Los besos, abrazos y los “te amo mamá” son los regalos más codiciados.
Catalina Ferrand (comunicadora)
Es imperdonable regalar productos de limpieza o cualquier cosa que deje la puerta abierta a un trabajo en el hogar. Tampoco se puede regalar algo que sea para la familia, como una tostadora. Los regalos tienen que ser para uso y placer totalmente personal, como ropa, un día de spa, o cualquier cosa que remita al placer, la belleza, el desenchufe. Justamente como a las madres siempre nos gusta hacernos cargo de las cosas de nuestros hijos, el regalo tiene que ser algo que vaya en la dirección opuesta, que sea una de esas cosas que las madres dejamos para último momento porque siempre sentimos que hay otra prioridad antes.
Patricia Wolf (comunicadora)
Creo que no está bueno que regalen ningún electrodoméstico ni nada que sirva para hacer tareas domésticas. Prefiero que me den una flor; o sino un dibujo, una carta, o algo hecho por los propios hijos cuando son niños.
YO DIGO