Es sabido que en las comedias románticas no importa el final, que por lo general adivinamos de antemano, sino cómo se llega a él. En Cartas... esto es muy claro: en los primeros 20 minutos ya sabemos cómo va a terminar, pero eso no invalida que la comedia invite a ser disfrutada. Sophie, investigadora de datos que los escritores vuelcan en sus libros, está por casarse con el dueño de un restaurante (Gael García Bernal). Como pre Luna de Miel viajan a Italia, pero mientras él se entusiasma con vinos, quesos y aceites, ella se aburre. Por azar tropieza con un grupo de mujeres que responden las cartas que otras mujeres con problemas amorosos le dejan a Julieta, el personaje de Shakespeare, en su casa de Verona. Sophie descubre una carta de hace 50 años, de una inglesa que se enamoró de un italiano y no sabía si dejarlo todo por él. La contesta y la señora de hoy 65 años se aparece en Verona con su nieto. Empieza la aventura de buscar a Lorenzo, aventura en la que la Toscana se luce en todo su esplendor, Amanda Seyfried se afianza como actriz romántica, y Vanesa Redgrave sólo tiene que desplegar oficio y mirar embelesada a su pareja de la vida real (Franco Nero). Para románticos perdidos y para los que no les importa que el happy end esté cantado.