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Alberto Pérez, fue mozo y guardia de seguridad y hoy triunfa como periodista jugado de "Las voces del fútbol"

El comunicador destaca por su estilo frontal y sin medias tintas. Es el "número 2” de Julio Ríos y toma su lugar en la conducción del programa ante la ausencia del conductor.

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Alberto Pérez en Las voces del fútbol, de Canal 5.

—Llevás 20 años en Las voces del fútbol (Radio Fénix y Canal 5), ¿cómo fueron tus comienzos en el periodismo deportivo?

—Empecé un poco tarde en el periodismo, cerca de los 30 años. Había hecho cursos de periodismo deportivo con Jorge Pasculi y trabajé en medios. Hice pasantías en el diario La República y también con Ruben Yismiyan, en su programa de salsa. Luego dejé un poco la actividad hasta que escuché que Julio (Ríos) hacía un llamado para incorporar periodistas. Hice la prueba y quedé. Empecé mirando el programa y de a poco fui tomando algunos roles y saliendo al aire. Era una época cruda del programa. Me acuerdo que cuando entré se armó aquella gran polémica por el cheque que le dio Peñarol a Defensor y que fue confirmado en el programa por el golero Fernando Baleato. La polémica fue enorme. A mí siempre me gustó el estilo de Julio y del programa, de ir al frente con la opinión y jugado con la información. Él había venido del exterior y trajo un nuevo estilo: en aquel momento no era común que los programas llamaran a los jugadores, los entrenadores, los dirigentes para hacerles notas y notas jugosas. Ese sistema de llamar, llamar lo empezamos nosotros.

—Ese estilo se mantiene el programa…

—Sí, a nosotros nos gusta trabajar a fondo. Por mucho tiempo hacía móviles, algo que me gustaba mucho y me acuerdo que andada por los juzgados. Un día me sacaron del piso 14 del Hospital de Clínicas cuando estaba haciendo una nota en el CTI, porque un juez estaba internado luego de una agresión. Terminé en la seccional 9na. y se armó un lío bárbaro. Tres veces estuve a punto de que me llevaron a juicio. Hoy yo trabajo mucho en producción junto a Valentín Fletcher. Julio es la cabeza del programa pero nosotros estamos ahí y desde hace tiempo. Si me preguntás cuál es el secreto del programa, quizás sea que hace mucho tiempo que llevamos trabajando juntos. Fletcher es el último que entró y lleva 9 años el programa. Hay una enorme sintonía de trabajo y por el tipo de programa que hacemos. Nos conocemos mucho y hay un gran respeto por más que a veces al aire nos decimos cualquier cosa.

—Mucho antes de tu ingreso a Las voces del fútbol, tuviste un encuentro con Julio Rïos en la feria de Piedras Blancas. ¿Cómo se dio?

—Fue algo casual. Yo lo conocía como oyente: él había desembarcado con toda su impronta personal en 1987 en Radio Oriental, tenía un estilo de relato muy parecido a Víctor Hugo Morales que me gustaba mucho. Yo estaba recorriendo la feria y me lo cruzo. Estaba enojadísimo porque le habían robado las tazas del auto y las buscaba. Yo lo paré, me presenté, le dije que se calmara porque no era fácil encontrar las tazas y mucho menos que se la devolvieran así nomás. Mucho tiempo después nos acordamos de esa anécdota.

—Desde el año pasado, el programa pasó a emitirse por You Tube y además, se hace la versión televisiva por Canal 5. ¿Cambió la visibilidad?

—Totalmente. Lo noto en la calle. Todos los días me paran 3 o 4 personas para saludarme o hacerme algún comentario sobre el programa, cosa que antes no pasaba. Es un reconocimiento a los años de trabajo y nadie en la calle nunca me dijo nada malo, no me increpó ni gritó.

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Alberto Pérez.

—En el programa suelen dar información comprometida. ¿Cuál es el límite?

—Yo digo todo salvo algunas excepciones vinculados a la salud o aspectos de la intimidad, digo todo lo que puedo chequear y lo que los informantes me dicen. Las fuentes nos pasan información y al mismo tiempo, disfrutan de cómo lo decimos, cómo presentamos las noticias. Buscamos darle un producto a la gente que sea informativo, pero también entretenido.

—El año pasado te la jugaste con el dato de que “Suárez no venía a Nacional”. ¿Te la cobraron esa?

—Sí, hasta me pasaron en pantalla gigante en el Parque Central como un ejemplo de que era prácticamente imposible que viniera. El caso es que yo tenía el contacto con una persona que es amiga de alguien del círculo íntimo de Suárez y esa persona me sostenía que no había ninguna chance de que llegara a Nacional. Después se dio toda una movida que ni el propio Suárez esperaba y se alinearon los planetas. Se dio que podía venir por un período corto y vino pero en la previa ni el propio Suárez pensaba que vendría. Eso lo sostengo.

—A la inversa, sostenías que Pablo Repetto iba a salir campeón con Nacional, cuando no había empezado bien.

—Claro. Es tremenda persona y gran profesional. Yo lo conozco bastante bien y me la jugué por él. Es más, un día dije en televisión: “Pablo, salí campeón y andate”. Y así fue. Aunque no esté 100% seguro me gusta jugármela y creo que la gente lo valora. De otra forma no sos ni frío ni caliente; quedás como un periodista tibio. Con argumentos, yo me la juego gane o pierda.

—¿Te gusta Marcelo Bielsa para la selección?

—Me gusta Bielsa como técnico, pero no sé si calza con el fútbol uruguayo. Tampoco ha conquistado muchos títulos pero al parecer logra cosas desde el punto de vista de la motivación de los grupos y en lo futbolístico. Habría que ver si nuestros jugadores se adaptan, porque más allá de que la mayoría están jugando en el ámbito internacional no tienen tanta movilidad como exigiría el estilo Bielsa.

—Peñarol está en un reclamo en contra de los jueces. ¿Crees que tiene asidero? ¿Que está siendo perjudicado por una especie de campaña?

—Hay un contexto político en el que se inscribe todo esto. En este momento, Peñarol está alejado del Ejecutivo, entonces cada vez que hay un fallo arbitral discutible, el presidente Ignacio Ruglio sale con sus estados. Creo que es parte de una estrategia política más allá de que algunas resoluciones de los jueces son difíciles de explicar. En este momento los árbitros son parte del Ejecutivo y yo no sé si inconsciente, en algún caso, los lleva a actuar de determinada forma, sin contar que el nivel de los jueces en este momento es bastante bajo.

—Decías que empezaste tarde en el periodismo deportivo, cerca de los 30 años. ¿Te dedicaste a otra actividad?

—Sí. Trabajé 10 años en La Pasiva de Punta Carretas, donde fui mozo e hice de todo. También trabajé para una empresa de seguridad. Fui guardia y me desempeñaba en los camiones de recaudación. Como a todos en Uruguay me costó ir haciendo camino hasta que en cierto momento dejé La Pasiva para apostar al periodismo. Afortunadamente hoy vivo de mi pasión que es el periodismo.

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