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El "Pato Celeste" festejó que recuperó la libertad y contó "el 99%" de su verdad

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Festejo de cumpleaños de Gustavo "El Pato" Torena

UNA CELEBRACIÓN PARTICULAR

Gustavo Torena, conocido como el “Pato Celeste”, celebró con sus amigos después de haber estado seis meses preso. Allí dio un discurso en el que contó su versión de por qué fue procesado y se refirió a sus negocios con Venezuela. Entre tango y candombe, dijo que no volverá a votar al Frente Amplio.

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Gustavo Torena carga un vaso de whisky en una mano y dos platos de sánguches en la otra. Son las 11 de la mañana de uno de los días más especiales de su vida, asegura, porque por fin podrá reencontrarse con amigos que no ve hace mucho tiempo. Por eso envió un audio por Whatsapp días atrás, en el que con su clásico “vamo’ arruca” invitaba a todos sus conocidos a un asado en un parador de Buceo. Quería festejar que había recuperado la libertad.

También hay otro motivo para celebrar: esta semana cumplió 57 años. Algunos amigos llegan con regalos y se los entregan antes de fundirse en un largo abrazo. Pueden estar 10, 20 y hasta 30 segundos apretados y sin moverse. Entonces el Pato Celeste —el hombre que se hizo conocido por ser la mascota no oficial de la selección uruguaya, que fue señalado por la oposición por hacer “negocios turbios” con Venezuela, que fue procesado por violencia privada luego de haber invitado a pelear al periodista Julio Ríos, y que es acusado de haber utilizado sus vínculos políticos para enriquecerse— se pone a llorar.

En ese momento saca una servilleta arrugada del bolsillo y se seca las lágrimas. “Nunca festejé un cumpleaños así. Me ha tocado estar de viaje el día de mi cumpleaños, o lo que sea, pero hoy quiero dirigirme a todos ustedes. Con esto les quiero decir que yo quizás, hace mucho tiempo o poco tiempo, capaz que en mi mente organicé esto. Es un gusto muy especial para mí”, les dice a sus invitados.

Torena siente que esta es la oportunidad de reencontrarse con los suyos y contarles su “verdad”. Reconoce que sus amigos han sido “víctimas de historias tergiversadas”, que les han dicho que el Pato es “esto y aquello”, aunque él asegura que es “solo la mitad” de todo lo que se habla. “De repente en algún mostrador, en algún boliche, les han dicho cosas a mis amigos sobre mí. Y yo me pregunto: ¿por qué yo me tengo que ir de este mundo y que ellos —que no sé ni quiénes son— hablen mal de mí?”, cuestiona. Mientras Torena da su discurso, en el auditorio improvisado solo se escucha el silencio. Este es el momento más esperado de la tarde.

Luego vienen los tangos de Sergio Durán. El cantante cuenta que viajó con el Pato a Venezuela hace algunos años —no recuerda cuántos—, aun teniendo los documentos vencidos. “No es problema”, le dijo su amigo, y en pocas horas le consiguió el pasaporte que faltaba. Al otro día estaban en el club de uruguayos en Caracas. Enseguida explota la platea. “¡Claaaro que sí!”, grita uno. Pero de un momento al otro, las anécdotas abren paso al repertorio. Entonces las risas callan en señal de respeto, porque Durán le va a dedicar a Torena la canción “A mis amigos”, del músico argentino Alberto Cortez.

A mis amigos les adeudo la ternura,
las palabras de aliento y el abrazo,
el compartir con todos ellos la factura
que nos presenta la vida, paso a paso.

El Pato se larga a llorar otra vez. Se saca los lentes, los apoya sobre la mesa y canta algunas estrofas. Mira a Durán, mira a los demás y contempla una escena que parece haber esperado durante mucho tiempo. Hace un mes que salió de la cárcel y desde entonces estuvo planificando este festejo. La servilleta arrugada vuelve a escena, mientras el anfitrión —sentado en primera fila— le tira besos al intérprete. También se apoya la mano en el corazón y mueve los labios diciéndole gracias.

El resto de los invitados respeta este momento tan especial. Hasta el grupo más ruidoso, el que está cerca de la parrilla custodiando los chorizos y las hamburguesas, hace silencio. Solo dos mujeres caminan entre las mesas de plástico, sirviendo sánguches y pebetes. No son mozas ni fueron contratadas; se nota que están dándole una mano al Pato con su festejo. Ellas también ofrecen panchos cortados, queso y aceitunas.

El menú incluye whisky importado y cerveza. También hay refrescos, pero no previeron que hubiera agua. La torta, con merengue por fuera, está puesta con cuidado en una mesa dentro del salón. Las velitas indican que Torena cumple 53, cuatro años menos que su edad real.

“Miro para todos lados acá y pienso: fua, ¡qué tribuna! Mis amigos, mis hermanos, mis amigos del carnaval, mi hijo Gabi. ¡Están casi todos!”, dice el cumpleañero.

Entre ellos está Reina, una de las mujeres más especiales en su vida. No pudo verlo desde que entró a la cárcel y hoy se vuelven a encontrar. Cuando Torena se da cuenta de que llegó, deja colgada la conversación anterior y corre a abrazarla. Se conocen desde 1984, cuando salían con la murga La Censurada, el primer contacto que el Pato tuvo con el carnaval.

“Reina tiene estos gestos”, dice él y muestra el aromatizador de ambientes que ella le regaló. “Es útil para todas las casas”, remata la mujer. Cuenta que ha tenido que defenderlo en varias oportunidades, en especial cuando unos conocidos le dijeron que debía dejar de ser su amiga porque él era un delincuente. Pero lo que más le dolió fue ver “las barbaridades que decían los medios” sobre él y asegura: “Es todo mentira”.

“Dicen un montón de cosas del Pato y no lo conocen. Nadie sabe cómo es él, el corazón que tiene. Te puedo asegurar que a muchos de los que estamos acá nos ha ayudado. Si yo tengo un problema, no importa cuál, sé que puedo llamarlo y él me va a ayudar. Es un hombre muy noble y muy leal”, agrega.

Torena vuelve a derramar lágrimas mientras conversa con Reina. Se emociona porque haya podido ir, ya que el marido de ella estuvo muchos días internado. Su amiga lo consuela diciéndole que lo ve “bien, más flaco y contento”.

Cambalache

Otro tema que canta Durán es Cambalache, del argentino Enrique Santos Discépolo.

Hoy resulta que es lo mismo
ser derecho que traidor,
ignorante, sabio, chorro,
generoso o estafador.

A él se suma el percusionista Fernando “Lobo” Núnez, quien se sienta con sus dos tambores y empieza a tocar. Entonces Torena, vaso de whisky en mano, saca a bailar a la vedette de carnaval Yessy López. Entre las mesas se forma una pista improvisada, que se mueve al son de las palmas del resto de los invitados.

Gustavo Torena y Yessy López
La vedette de carnaval Yessy López fue una de las invitadas más especiales. Foto: Miguel Bardesio
los invitados

Un evento repleto de figuras conocidas

El cumpleaños de Gustavo “El Pato” Torena fue el sábado 19. Lo festejó en un parador de la rambla de Buceo, al que concurrieron diversas figuras públicas. El más esperado por los invitados fue Richard “El Chengue” Morales, quien asistió junto con su pareja, la actriz porno Mía Echeverría, y la hija de ambos. También estaban el percusionista Fernando “El Lobo” Núñez y la vedette de carnaval Yessy López, quienes compartieron mesa. Otros invitados de ese ambiente fueron Carlos “Cachito” De León, líder de los humoristas “Los Carlitos”, y el letrista Miguel Villalba. También asistió el cantante de cumbia Martín Quiroga, quien recibió un disparo a fines del año pasado, y los intérpretes Sergio Durán y Mario Ríos. Además de Enrique “Quique” Saravia, expresidente de la Mutual de Fútbol, estaban el periodista deportivo Rodolfo Pereyra y el presidente de la Asociación de Prensa Uruguaya (APU), Fabián Cardozo.

El Pato les aclara a sus agasajados que ese día solo contará “el 99%” de todo lo que sabe. Una amiga le llama la atención y le pide que se controle, ya que “hay periodistas” en el salón. “Sí, ya sé, el 1% me lo voy a guardar para mí. No te preocupes. Si no, va a ser un escándalo esto antes de las elecciones”, le responde él.

Torena dice que va a ser breve, que hablará solo “tres o cuatro minutos para contar tres o cuatro verdades”, pero termina disertando durante una hora. Quiere aclarar dos puntos: su último procesamiento y los negocios con Venezuela.

“Hace unos años que me parece que esto no es justo. Porque si yo me siento en la mesa de todos ustedes, cualquier día y a cualquier hora, y a ustedes les viven diciendo: ‘El Pato es homosexual, el Pato es homosexual, el Pato es homosexual’; y yo voy a la casa de ustedes, comparto la mesa y no digo nada, ustedes van a decir: ‘El Pato es homosexual’. Y yo no soy homosexual ni nada de todas las cosas que les han dicho”, empieza.

Lo primero que cuenta es su verdad acerca de lo que pasó con el periodista deportivo Julio Ríos. Hace dos años, el relator denunció que el Pato irrumpió en medio del programa “Las voces del fútbol”, de la emisora 1010 AM, y lo amenazó para que le otorgara un espacio en la radio a cambio de dinero. Un video de lo que ocurrió se terminó viralizando y muestra cómo se metió en el estudio a prepo.

Durante el proceso, Torena tuvo prohibido salir del país. Pero él siguió haciendo negocios con el gobierno de Venezuela y obtuvo en tres oportunidades un permiso de la Justicia que le autorizaba los viajes. La cuarta vez, según él, se tomó el avión el último día habilitado por el oficio anterior y volvió seis días después. Fue en setiembre de 2017.

Unas semanas más tarde, el ministro de Alimentación venezolano le concedió una reunión “de apuro” y Torena asegura que “no había tiempo” para volver a tramitar una autorización. Entonces viajó sin permiso: “Es como si quisieras que Tabaré Vázquez te atendiera de un minuto para otro. Si te dice que sí, no podés faltar”, se justifica.

Esos dos viajes —el del permiso a punto de vencer y el siguiente— le implicaron un requerimiento judicial. Además, la Fiscalía argumenta que el Pato presentó dos certificados apócrifos ante la oficina de Migraciones en el aeropuerto, por lo que le imputaron un delito de falsificación de documento público. Él lo niega, dice que esos papeles fueron “plantados”.

Toda la situación se agravó cuando Torena se fugó. La Justicia lo requirió en julio de 2018 y hasta febrero de este año no se presentó. En entrevista con El País, unos días después de su festejo, responde: “Estaba en Uruguay, ¿a dónde iba a ir? Estuve acá y tampoco vamos a decir que andaba prófugo porque me buscaran por un delito mayor. Aparte estuve muy mal, tuve serios problemas a nivel económico y sentimental”.

Según él, había llegado a un arreglo con la Fiscalía en el que indemnizaría a Ríos por la agresión y le darían seis meses de libertad vigilada. Pero los presuntos certificados falsos y la fuga cambiaron los planes, y a Torena lo metieron preso. Estuvo 14 días en la exCárcel Central y luego 180 más en Campanero, en Lavalleja.

Su defensa pidió en reiteradas ocasiones que le otorgaran la libertad anticipada, informó El Observador en su momento. Esto no ocurrió hasta mediados de setiembre, cuando pagó US$ 20.000 de fianza y se comprometió a fijar domicilio tres veces por semana en la comisaría de Piriápolis, el balneario donde vive.

Al Frente nunca más

“¡No me voy a callar, hijo de remil putas! A este me lo mandó el enemigo”, grita Torena señalando al cielo. Acaba de pasar un parapente a motor, de esos que hacen mucho ruido, y tuvo que detener su discurso.

Gustavo Morena y Chengue Morales
Richard “El Chengue” Morales y Mía Echeverría fueron al singular festejo. Foto: Miguel Bardesio

De nuevo en silencio, el siguiente tema que quiere abordar son sus negocios con Venezuela. Dice que todo empezó en 2007, cuando organizó un partido en ese país junto con Enrique “Quique” Saravia, íntimo amigo suyo y el entonces presidente de la Mutual de Fútbol.

En entrevista con El País, dice: “Ahí hice muchísimos contactos, en esa delegación fue (José) Mujica cuando todavía no era presidente. Pero hay que dejar algo en claro: Mujica no me dijo que yo era su hombre de confianza. Los que tenían el teléfono rojo eran (Omar) Alaniz y (Daniel) Placeres, esos eran los que intermediaban con el comandante (Hugo) Chávez y (Nicolás) Maduro, que era canciller”.

Alaniz, junto con Carlos Decia (jefe del Fondo Raúl Sendic), eran titulares de Aire Fresco, la empresa que fue intermediaria en varios negocios con Venezuela durante el gobierno del expresidente Mujica. Ambos se vincularon con el Movimiento de Participación Popular (MPP), ya que el primero había sido tupamaro y el segundo fue director de aquel fondo creado por esa fuerza política.

Aire Fresco empezó a ser investigada a partir de una denuncia que presentaron los diputados nacionalistas Rodrigo Goñi y Jaime Trobo, y el exlegislador oficialista Gonzalo Mujica —ahora integrante del Partido Nacional— por presuntos beneficios que los empresarios habrían obtenido de parte del gobierno a partir de estos negocios. Sin embargo, el fiscal de Crimen Organizado, Luis Pacheco, archivó el caso en mayo del año pasado. Según el funcionario, no se “advirtieron hechos con apariencia delictiva”.

Torena también se desempeñaba como intermediario, pero él asegura que no estaba relacionado con Aire Fresco. Uno de los negocios que mantuvo fue con el laboratorio veterinario Microsules, pero al final no se concretó. “La empresa fue perjudicada porque tenía todo coordinado para la venta y por la culpa del charlatán barato de Daniel Placeres no se pudo concretar. Se hicieron los medicamentos y tuvieron que destruirlos, porque Placeres anduvo hablando mal de mí en Venezuela con los jerarcas”, recuerda.

Los legisladores denunciantes manejaban el dato de que Torena había cobrado US$ 150.000 de comisión a pesar de que el negocio se había caído, pero el Pato lo niega: “¿A cuenta de qué iba a cobrar si la transacción no prosperó?”.

Para él, Placeres lo critica “por envidia” y hace hincapié en que no le debe nada al exlegislador: “Capaz es él quien me debe algún favor, algún pasaje o alguna noche de hotel. Él hablaba mal de mí por celos y porque no tiene capacidad de hacer negocios”, agrega.

Las críticas de Placeres a Torena fueron el puntapié para que el Pato rompiera relaciones con el MPP. De hecho, desde entonces no tuvo más contacto con él ni con ninguna autoridad del sector. A mediados de setiembre, cuando salió de la cárcel, pidió una entrevista con Mujica para aclarar la situación. El exmandatario le respondió que no tenía tiempo debido a la campaña y quedaron en encontrarse cuando pasaran las elecciones.

Otro motivo para vincularlo con Aire Fresco fue que hubiera lanzado, en los comicios anteriores, una lista junto con Enrique Saravia dentro del MPP. Ahora aduce que su “pecado” fue haber conseguido materiales durante la campaña y haber aportado “algún manguito”, aunque decide no revelar cuánto. Es parte de ese 1% que prefiere reservarse.

Torena está convencido de que en el MPP le tendieron “una trampa” y se define como un “preso político”. En su agasajo, ante sus invitados, denuncia los “malos tratos” que recibió en prisión, asegura que le dieron más días de aislamiento de los que le tocaban y también cuenta que se enviaba mensajes con el entonces director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Alberto Gadea.

CONTRA EL MINISTERIO DEL INTERIOR

Denuncia por "malos tratos" en la cárcel de Lavalleja

Gustavo Torena presentó en octubre una denuncia contra el Ministerio del Interior, informó El Observador. El motivo de la demanda fueron los presuntos “malos tratos” que habría recibido en la cárcel de Campanero, en Lavalleja. Cuatro meses antes, a través de su abogado, había denunciado ante la Fiscalía que un médico del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) lo había humillado, que había sido maltratado por algunos de sus compañeros y que había iniciado una huelga de hambre en la que había perdido 12 kilos. Este episodio ocurrió luego de que se viralizara un video de Torena, que había sido filmado con un celular y en el que mostraba la chacra en la que estaba recluido. “El que quiera venir ya sabe: tiene que (traer) colita de cuadril, chorizos, morcilla, ¿condimentos se pueden traer, che? Ajo, perejil... Y también se puede tomar algún... No, no se puede tomar nada. Este video es viral después y dicen: ‘Mirá, el Pato está tomando vino’”, se burlaba.

Además, dice que su hijo fue a hablar con Susana Pereyra, diputada del MPP y esposa del ministro del Interior, Eduardo Bonomi, quien le habría recomendado al joven que hiciera “pasar por loco” a su padre para que lo sacaran de la cárcel y lo internaran en el Hospital Vilardebó. En este relato, Torena vuelve a ponerse a llorar: “Fue con ella porque hacía poco habían estado comiendo un asado y tomando mate en casa”, cuenta.

Ahora que ya está de nuevo en Piriápolis, el Pato planea continuar con “la empresita de las cabañitas” —un complejo vacacional que inauguró en Punta Colorada— y con los negocios en Venezuela. Dice que aún le falta cobrar las comisiones de cuatro transacciones, porque el país caribeño todavía no las pagó.

Y por más que tiene que ir a fijar domicilio a la comisaría del balneario, podrá votar este domingo en las elecciones. No quiere revelar qué lista pondrá en el sobre, pero sí accede a dar una pista: “Al Frente no lo voto nunca más”.

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