Los negocios de la cábala

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Los números que aciertan en la lotería para el Gordo de Fin de Año o la Revancha de Reyes tienen el poder de un talismán. El apostador los busca con la esperanza de un alivio o empuje significativo a la situación económica. Las agencias de loterías y quinielas, por su lado, se ilusionan con vender la seguidilla de cifras que salga premiada.

"Si la gente sabe que en tal o cual lugar se vendieron los números ganadores, el currículum de tu lugar es otro. El local pasa a ser famoso", explica Sergio Beloso, de la Agencia 5 de Punta del Este. Esa fama puede traducirse en beneficios concretos: mayores ventas.

La 5 tiene cierta experiencia en la enigmática tarea de atraer a la diosa Fortuna. Ahí se vendieron los números que se llevaron la Revancha de Reyes en enero de 2007 y el Gordo de Fin de Año, en diciembre de ese mismo año. Pero también ahí fue que dos personas ganaron sendos pozos revancha del 5 de Oro. En un lugar como Punta del Este los rumores tienen que recorrer un camino mucho menor que lo que deberían en ciudades más pobladas. "Claro. En seguida notamos que se comentaba entre la gente que `en la 5 se vendió la grande`."

Aún así, Beloso no se anima a afirmar que eso necesariamente lleva a un incremento de ventas. "Es que Punta del Este es un lugar muy particular. Pasamos de unas pocas personas en invierno a muchas en verano, gran parte de ellas con alto poder adquisitivo. Casi siempre vendo todos los números que traigo para la agencia".

En Montevideo, el poder de la cábala es algo más palpable. Así lo estima Gabriela Tringolo, de la Agencia 45 en Ciudad Vieja. El local tiene más de un siglo de historia -110 años para ser exactos- y a través de su mostrador se entregaron varios números de la suerte. El año pasado, fue ahí que se vendieron los que a la postre fueron premiados con el Gordo de Fin de Año.

Tringolo calcula que de 2008 a 2009 las ventas de números para las loterías más cuantiosas aumentaron en un 20%. En parte, ella atribuye ese crecimiento al poder de la cábala y a la permanencia del local en el barrio. "Como esta agencia es conocida por haber estado siempre en el mismo lugar y durante tantos años, que el número ganador se haya vendido acá de alguna manera amplifica esa cábala".

Pero también hay razones más prosaicas para el incremento. Según Tringolo, el año que terminó fue uno en el cual se notó que hubo un poder adquisitivo más alto entre la gente.

Si la costumbre de jugar a un determinado número o apostar siempre en el mismo lugar por cábala se mantiene incólume entre muchos, no ocurre lo mismo con un hábito que varios de los que trabajan en estas agencias apreciaban: donar parte del premio al lugar donde se compró el acierto.

"Cada vez se estila menos", comenta Beloso. "Aún hay quedan ganadores que cultivan esa costumbre", como cuando el personal de esta agencia recibió un sobre con dinero cuando se vendieron dos aciertos para los pozos revancha del 5 de Oro. "Pero es algo cada vez más excepcional. Me acuerdo de dos pozos de medio millón de dólares cada uno que vendí en Montevideo. Y no hubo nada".

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