La noche en que Milei volvió a ser rockstar, una ex Tinelli y el futuro en juego para el presidente argentino

En dos semanas eligen diputados y senadores en el país vecino y el presidente se juega mucho. El cronista argentino Alejandro Seselovsky lo fue a ver tocar al Movistar Arena y cuenta que tras la elección se sabrá si Milei logra levantar o sigue en caída.

Javier Milei
El presidente argentino canta junto a Ana Tamagno, en el concierto en el Movistar Arena, donde además presentó su nuevo libro.
Foto: AFP.

En Buenos Aires
La última vez que escribí sobre Javier Milei para el diario El País, su gobierno no había caído 13 puntos en el índice de popularidad ni había tocado el piso histórico de su descrédito según lo afirman estudios realizados por, por ejemplo, la Universidad Torcuato Di Tella, a quien nadie se atrevería a llamar institución Kuka. No había, tampoco, estallado en sus narices un criptoescándolo como el caso $LIBRA, después de que el presidente, en su cuenta de X, respaldara un activo digital que rápidamente se desplomó, provocando pérdidas millonarias en los inversores que confiaron en la palabra del primer mandatario. Milei fue acusado entonces de tráfico de influencias, abuso de autoridad y estafa. La causa está abierta.

La última vez que escribí sobre Javier Milei en las páginas de El País, nadie había escuchado todavía los audios de Diego Spagnuolo, titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, amigo personal de Milei, funcionario con 38 visitas registradas a la Quinta de Olivos y 48 a Casa Rosada. En los audios Spagnuolo dice: “Hablé con el presidente y le dije: ‘Están choreando, te podés hacer el boludo, pero no me tiren a mí este fardo. Llega a haber algún quilombo y no me cuidan, tengo todos los WhatsApp de Karina”. Karina es Karina Milei, secretaria general de la presidencia y hermana del señor presidente.

José Luis Espert junto a Javier y Karina Milei
José Luis Espert junto a Javier y Karina Mileli.
Foto: AFP.

El gobierno de Javier no había perdido por 14 puntos las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires, la última vez que escribí sobre él en esta sección. Ni había sido derrotado por la oposición ocho veces en dos días dentro del Congreso nacional: el martes 8 y el miércoles 10 de julio de 2025, cuando perdió las votaciones por emergencia en pediatría, presupuesto universitario, bono para jubilados, moratoria previsional, emergencia en discapacidad, fondos extra para Bahía Blanca, reparto de los ATN (Aportes del Tesoro Nacional a la provincias) y Tasa Vial.

La última vez que le conté al Uruguay cómo iban las cosas en la Argentina de Javier Milei, el presidente no había tenido que bajar de la lista a su primer candidato en el primer distrito electoral del país. Ahí quedará para siempre José Luis Espert en una mesa de A24 balbuceando la ausencia de una respuesta clara cuando el conductor Pablo Rossi le preguntó si había recibido 200.000 dólares del narcotráfico para beneficio de su campaña electoral de 2019. No voy a prestarme a este juego”, dijo Espert. “No me estás contestando la pregunta”, le dijo Rossi. Una, dos, tres veces se repitió este peloteo y Espert salió de los estudios del canal sin dar respuesta. Unos días después admitió que había recibido el dinero e inmediatamente dejó de ser el candidato del oficialismo en el crucial territorio bonaerense para las elecciones del próximo 26 de octubre.

Estábamos en el estadio Luna Park, Milei presentaba su libro Capitalismo, Socialismo y la trampa neoclásica, era mayo de 2024, su popularidad seguía perforando el techo de los 50 puntos, y todo era optimismo y esperanza. Yo escribía la crónica de aquel día para este diario ¿Cuánto pasó? Año y medio. ¿Qué crónica corresponde escribir hoy? ¿La de su caída? ¿La de sus ansias de recuperación?

Por lo pronto, en este lunes 6 de octubre me estoy yendo al Movistar Arena porque tengo entradas para ver a la Banda Presidencial.

Toca Milei

Esta noche Javier Milei presenta su nuevo libro, La construcción del milagro. Desde temprano lo vimos, vivo de Instagram mediante, haciendo las pruebas de sonido, probando luces y también un juego de grandes lenguas de fuego que salen desde el frente del escenario. Fue verlo y saber: no veremos a un señor titular del poder ejecutivo disertando, sino a un frontman, un cantante, un rockstar presunto listo para dar un show, un recital, un concierto. Estoy yendo al estadio en el barrio de Villa Crespo como podría estar yendo a ver a Babasónicos. Pero no. Con entrada gratuita inscripción web previa y financiación del evento no del todo explicada, hoy toca el presidente Milei.

Javier Milei
El presidente argentino Javier Mieli en pleno show de el Movistar Arena en Buenos Aires.
Foto: AFP.

La diputada nacional Lilia Lemoine estará en los coros. El diputado nacional Bertie Benegas Lynch, en la batería. Su hermano Joaquín, candidato a senador por la provincia de Entre Ríos, en la primera guitarra. Llego a Plaza Los Andes con la captura del mail que me enviaron después de inscribirme y voy, como me fue indicado, a la esquina de Corrientes y Concepción Arenal, pero nadie está entregando entradas allí. Voy al mástil, punto de referencia del parque, pero tampoco. Voy hasta donde forman marcialmente los chicos de Las Fuerzas del Cielo, agrupación juvenil con fuerte anclaje digital y de redes, que llevan remeras color granate, bordó, con escudos dorados y estandartes de exhalación romana, más precisamente de la Roma imperial. Ellos tampoco tienen entradas, no para mí.

Comprendo que la organización de un país federal con 45 millones de habitantes debe resultar una tarea compleja, pero la de un Movistar Arena para 15.000 personas no lo debería ser tanto. Cierto caos, de todos modos, se expande en las afueras del estadio. Todo se complica cuando llegan las columnas de izquierda con las banderas del Che Guevara que deben ser rodeadas por un doble cinturón policial para que esto no se desmadre. Por arriba de los cascos vuelan botellitas de agua y el magma de una vocería agresiva y más o menos previsible: un zurdo le grita narco a un libertario. El libertario lo manda a comer polenta. Adentro, en los pasillos, se venden nachos con cheddar y gaseosas. Está prohibida la venta de cerveza. Y como siempre, como cada vez que fui a un acto de Milei (cancha de El Porvenir, lanzamiento de campaña presidencial, junio 2022 / en La Tablada, avenida Crovara al fondo, lanzamiento de la candidatura de David Martínez alias El Dipy a la intendencia de La Matanza, junio 2023 / Luna Park, Milei presenta libro, mayo de 2024), acá no-hay-chetos. Hoy tampoco.

Básicamente, esta noche acá hay pibes. Básicamente, esos pibes son morochos. Básicamente esos morochos son de las periferias conurbanas. Y básicamente esas periferias conurbanas alojan un sujeto que hoy en la Argentina ha pasado a llamarse el marrón.

Familias de José C. Paz, de Merlo, de Moreno, de Casanova. Gente que no conoce el andamiaje teórico de la escuela de Austria, pero que todavía cree en el sujeto político que tal vez, solo tal vez, habrá que esperar a las elecciones del 26 de octubre para corroborarlo, haya empezado a desarmarse después de un descenso abrupto en el campo de la política y una sensación de que esto no despega en el campo de la economía.

Libro de Javier Milei.
El presidente argentino presentó su nuevo libro, La construcción del milagro, el lunes pasado.
Foto: AFP.

El voto duro de Milei, el del centro del centro de su composición social, está formado por clases populares olvidadas en estos últimos veinte años de progresía multilingüe. La operación fundante del kirchnerismo fue organizarle a los progresismos, que pedían pista después de diez años de indulto a genocidas y menemato, un lugar en el centro del poder real de la Nación. Entonces, desde el año 2003 para acá, pasando incluso por el gobierno de textura filoprogre de Mauricio Macri y Juntos por el Cambio, el progresismo fue poder en la Argentina. Esos chicos de los bordes quedaron excluidos de la consideración política y su sistema de representación, y quisieron ir contra algo conforme fue avanzando el empobrecimiento estructural.

Milei los encontró con ganas de meterle un bife al jefe del call center, ganas de tirar al Riachuelo para ver cómo se hunde en la mierda la mochila del Rappi. Son pibes que reman en leche condensada, hijos de padres que reman en leche condensada. Y hoy están acá, a punto de ver un show en el nuevo palacio del espectáculo porteño. Suena entre las gradas, un rato antes de que todo comience, la canción “Milei, el último punk”.

Dato: en la Argentina, según la ley 26.774, conocida como la ley del voto joven, una persona de 16 años está en condiciones de ingresar su decisión en las urnas.

El Milei frontman que sale rodeado por su muchedumbre febril y va desde el fondo del campo hasta el pie del escenario, sube, saluda y arranca haciendo “Demoliendo Hoteles” de Charly García; se parece tanto al Milei 2023. Tiene un problema: estamos en 2025.

Son dos años, apenas dos años, y parecen mil. Y la diferencia es tanta.

El Milei recién arribado, el Milei inaugural, era una puerta que abrir, una escalera de escape que bajar, frente a la Argentina incendiada del último albertismo, que ya había agarrado la Argentina incendiada del último macrismo y así. Deuda, caída de las reservas, depreciación del peso e inflación devoradora del salario real organizaron un Godzilla aterrador.

Y no te preguntás mucho a dónde estás entrando cuando alguien te ofrece una salida de raje que te salva la piel.

Dos años después, el gobierno puede mostrar la carta brava de una inflación bajo la bota, pero no una esperanza en marcha. Y este Milei que canta a Los Ratones Paranoicos con la fuerza niña de su fantasía, con la potencia de soñarse arriba de su propio karaoke, todavía flota solo porque el gobierno de los Estados Unidos, en una acción de reaseguro geopolítico, le ha soltado un salvavida de 20 mil millones de dólares, de los cuales todavía no ha aparecido ninguno, pero la fe de que lleguen es un respirador de la gestión y mantiene a los mercados en calma, lo que mantiene al sistema cambiario en calma, lo que mantiene al dólar en calma, lo que a su vez mantiene la inflación en calma.

Todos los futuros o ninguno

Pero la calma es un estado fronterizo. Y lo que es calma hoy, puede ser tsunami mañana. El desconcierto es la lengua original de la Argentina contemporánea. Ahí la tienen a Karen Reichardt, ex chica Tinelli, ignotísimo cuadro político, encabezando la lista de diputados nacionales de La Libertad Avanza nada menos que en la determinante provincia de Buenos Aires porque alguien dijo “que vaya segunda, total”, y cuando Espert no supo, no pudo o no quiso explicar sus contactos con el narco y renunció a su candidatura, ella quedó al frente de la representación total.

Javier Milei
El presidente de Argentina, Javier Milei, en su show en el Movistar Arena.

El candidato del peronismo Jorge Taiana, egresado del Nacional Buenos Aires, sociólogo de la UBA con especialización en diplomacia, ex ministro de Defensa de la Nación, ex ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, ex senador nacional y exembajador, quiere debatir públicamente con Reichardt, quien ha tenido en la televisión un programa para mascotas.

Salgo del Movistar Arena y veo a una mujer con una lata de pintura en aerosol que me ofrece teñirme el pelo de colorado. De hecho, he visto a varios en este show de Milei con el pelo teñido de colorado. Con tres o cuatro golpes del spray, me deja más o menos colorido el pelo. Me dice que se va con el agua.

La operación es clara: el tercero en la lista de candidatos, el hombre que entró ya no por La Libertad Avanza sino por el acuerdo que el partido de Milei y el PRO hicieron en provincia de Buenos Aires, es el colorado Diego Santilli, cuya aspiración es que la justicia electoral le permita ser cabeza de lista porque con Karen Reichardt al frente la posibilidad de debate serio de cara al electorado nacional, bueno, puede que se complique.

Afuera del Movistar Arena
Afuera del Movistar Arena en la previa del show del presidente Argentino.
Foto: AFP.

Así que todos esta noche a pintarnos los pelos de rojo y esperar que los jueces reparen el descalabro que el mileismo tiene de cara a las elecciones. Alerta spoiler: el juez Alejo Ramos Padilla, con competencia electoral, no autorizará el cambio de boletas que ya están impresas, el sospechado por narco José Luis Espert estará en todos los cuartos oscuros de la provincia más grande de la Argentina y Karen, la bella Karen, la carismática Karen, será la otra figura presente y la que deberá debatir si es que los candidatos son convocados a hacerlo.

La impericia política del sujeto que había llegado como salida de esta Argentina empobrecida, y que se hizo creer, y que se hizo elegir, y que puso a su hermana en el armado del partido, enfrenta hoy su peor momento. El 26 de octubre se eligen en Argentina diputados y senadores, vamos a volver a votar en toda la extensión de la patria. Al otro día de esa fecha sabremos si Milei es capaz de darle continuidad a la esperanza que lo hizo coronarse dos años atrás, o si el presidente va a continuar cayendo por el tobogán que él mismo tuvo la desdicha de construirse.

Candidata

Karen Reichardt: Brigada Cola, insultos, tuits racistas y una impensada cabeza de lista

Karen Vázquez eligió para el desarrollo de su vida pública en los medios de comunicación llamarse Karen Reichardt, que es en realidad es apellido de su madre. Nació en 1969 en Banfield, partido de Lomas de Zamora, conurbano sur, y en el origen de su personaje mediático está Raúl Portal, el tipo que en el final de los 80 inventó la televisión de medianoche con un programa que se llamó NotiDormi. Allí, en esa pantalla, Reichardt tuvo su primera televisión.

Karen Reichardt.
Karen Reichardt la figura que encabeza —por ahora— la lista de La Libertad Avanza para diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires.

Entre 1992 y 1994, fue una de las chicas bonitas en el elenco de Brigada Cola, una parodia criolla de brigadistas entrenados para el combate cuyas torpezas organizaron una comedia de masas que maridó bien con la saga de Bañeros y que alcanzó cierto cariño de la platea. Un producto blanco, familiar, pero con chicas en culo erotizando familiarmente las cosas. Allí también estaba Karen.

Fue dos veces tapa de la revista Playboy: en 1989, cuando era bolillera en el programa de Portal (sacaba bolillas para un sorteo), y en 1992, cuando con su participación en el legendario envío del legendario Jorge Guinzburg, Peor es nada, se ganó un lugar a fuerza de belleza y ojos como lámparas.

Los años pasaron, su figura nunca se extinguió del todo, y fue quedando en los laterales de la aparición intermitente. Hasta que encontró un lugar discursivo: el cuidado de los animales, lo que le dio visibilidad. Llegó a la televisión pública, encastró bien con la narrativa mileísta de todo el poder a los perros y así es como terminó con programa propio. Sin embargo, una vez más, las redes le dieron una cuerda que ahora deberá revisar de cara a una elección que le dejó como cabeza de lista del padrón más grande del país: el de la Provincia de Buenos Aires.

Negros grasas, negros de mierda, bloquear a estos negros es un placer, son líneas que salieron de sus dedos, pasaron por el teclado y no tuvo pudor de publicar la señora Karen Reichardt, de 2014 en adelante. Es cierto, son enunciados con más de 10 años, pero son muchos, son consecuentes y van todos en una misma línea. ¿Qué significa? ¿Reichardt es racista? Las redes transfieren un discurso más líquido, no del todo real, pero decirlo de un modo apresurado, pero que finalmente también expresa una viga de la propia constitución.

El tema es que acá hay algo más: Reichardt lo puteó mucho y muy fuerte a, me pongo de pie, Lionel Messi. “Qué cara de forro tiene Messi” + “Messi puto solo haces goles en esa mierda de club” + “Messi cagón en la argentina no existís”. Todo bien, no pasa nada, la mitad de la Argentina lo insultó a Messi en cierto momento; ahora bien, la mitad de la Argentina no está queriendo hacerse elegir para una diputación. Es curioso que Reichardt, que nunca se retractó, vaya a pedirle el voto a lo que ella ha llamado los “negros de mierda” del conurbano quienes, casualmente, y como tanta otra gente en este país, quieren mucho a Lionel Messi.

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