Sebastián Cabrera
Que el taxista esté aislado de los pasajeros con una cabina hermética que solo protegerá el asiento del conductor, y que permitirá que de noche suba gente al lugar del acompañante, es una medida a estudio de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) para hacer frente al problema de los robos a taxis, que se arrastra año tras año sin solución.
Desde 1994 los montevideanos viajan apretados y con la mampara a centímetros de la cara, pero eso no ha frenado la tendencia: cada mes hay entre 30 y 50 rapiñas a los taxis y se registra al menos un muerto al año.
El nuevo modelo de cabina fue presentado esta semana a las autoridades de la IMM y modifica el sistema de mamparas que existe en la capital desde hace más de 15 años. No es un invento loco: existe en Inglaterra y también se pretende instalar en Argentina.
La propuesta apunta a "darle más espacio al pasajero" y más protección al chofer, dice Alberto Zalakain, uno de los encargados de Fibracar, la firma que presentó el proyecto.
El director de tránsito Hugo Bosca y otras autoridades de la IMM irán el lunes a ver un vehículo modelo con cabina. "La idea es interesante y ya lo empezamos a analizar. Pero también tiene que estudiarlo el gremio de taximetristas y la patronal", dice Bosca.
ideas. Las diferentes medidas que se han adoptado en los taxis de Montevideo han ayudado a enfrentar la inseguridad, pero no han aparecido soluciones mágicas. La lista es larga e incluye la luz azul que el taxista enciende cuando se siente amenazado, la tranca en la puerta trasera izquierda que impide bajar por el lado del chofer y el botón de pánico, que solo funciona en móviles con GPS.
En 2010 fueron denunciadas 412 rapiñas a taxis. Es el 4% del total de rapiñas en Montevideo; los ómnibus son el 7%. En 2004 hubo 379 rapiñas y la cifra ha subido y bajado desde entonces; el peor año fue 2008 cuando hubo 615 asaltos violentos.
Para el sindicalista Juan Acevedo, "a largo plazo hay un crecimiento sostenido de las rapiñas, más allá de disminuciones circunstanciales". Antes de 1994, cuando no existía la mampara, había unas 200 rapiñas al año, según dijo al diario La República el director de Radio Taxi 141, Ruben Stártari. El Sindicato Único de Trabajadores del Taxi (Suatt) argumenta que la mampara ha ayudado a bajar la tasa de homicidios.
"Antes de la mampara, tuvimos más de 50 muertos en el sector y en los últimos 15 años hubo muy pocas muertes", dice Acevedo. Según el Suatt, el promedio de los últimos años es entre uno y dos muertos. "A los últimos compañeros los balearon desde afuera del vehículo; habría que andar con un tanque de guerra", ironiza Acevedo.
La cabina mantiene la mampara solo atrás del asiento del conductor y agrega un vidrio al costado del taxista hasta el parabrisas. Bosca dice que eso "da más garantías al conductor, le deja manejar y hacer los cambios pero permite abrir la puerta delantera de noche".
Zalakain explica que así se podrán evitar muchos accidentes por golpes de pasajeros contra la mampara, algo que hoy es habitual cuando el taxi frena de improviso. El Suatt, en tanto, apoya "cualquier medida que mejore la situación", pero Acevedo aclara que la cabina no se podría instalar en los taxis pequeños.
La IMM también estudia imponer taxis más grandes y "homologar solo vehículos con determinadas medidas". Hoy el 60% son modelos pequeños, como el Fiat Uno o el Corsa. Esos taxis chicos "aparecieron en 2002, pero ya no estamos en crisis", se queja Acevedo. De hecho, la patronal presentó un modelo de taxi inglés, que permite transportar sillas de ruedas y es amplio. Si pasa la prueba, se importarán 50 más.
Mientras tanto, el cambio más concreto a corto plazo vendrá por lo estético. A partir del 1° de agosto empezarán a regir los nuevos colores y -como todo en este país- el proceso será gradual. Los taxis serán blancos con techo amarillo y tendrán una franja reflectiva amarilla en cada lateral y en la parte delantera, con la palabra "taxi" en negro.
Los nuevos taxis que se empadronen deberán tener esos colores y luego se seguirá con los vehículos ya habilitados. "Primero vamos a obligar a pintar a los modelos más viejos", dice Bosca, por lo cual los patrones "estarán obligados a elegir entre gastar entre 300 y 400 dólares en la pintura o renovar directamente todo el vehículo". La idea es que antes del final del período de gobierno, en 2015, Montevideo ya tenga taxis blancos y, quizás, con cabina para el conductor.
412
rapiñas a taxis fueron denunciadas el año pasado, según las cifras del Ministerio del Interior.
379
rapiñas a taxis fueron denunciadas en 2004, de acuerdo a la información de la Policía.