El barrio Cuarenta Semanas comenzó a poblarse en 1972 con planes de erradicación de viviendas precarias y conventillos: "eran familias humildes que fueron trasplantadas desde los conventillos del Centro y la Ciudad Vieja. Les entregaron las viviendas, pero no se les brindó ningún apoyo".
Según cuentan, Cuarenta Semanas fue el tiempo que llevó la construcción del complejo Jardines de Behering, el primero en ser edificado en la zona. Era 1984 y al entonces intendente de facto de Montevideo, Juan Carlos Paysee, le restaban sólo 40 semanas de mandato y se apuró a terminar la obra antes de dejar la Intendencia. Con el tiempo toda la zona se hizo conocida como Cuarenta Semanas.
El complejo se terminó. Pero los servicios con que contaba eran deficientes. "No había servicios médicos, no había escuela, ni saneamiento. Los militares pretendieron esconder una problemática y la terminaron multiplicando", dijo Washington González, secretario del centro comunal de la zona .
Lo que en un principio se creó como un barrio jardín para los obreros, terminó convirtiéndose en un bolsón de pobreza y marginación. Sin los servicios básicos y con escasas fuentes de trabajo, "los nuevos habitantes sobrevivieron como pudieron: vendiendo en las ferias, como empleadas domésticas, haciendo changas, hurgando la basura, mendigando, prostituyéndose o robando. En esa situación absolutamente precaria e irregular se generó un polo de pobreza que alimentó más pobreza y se volvió explosivo", explicó González.
A esa población se fueron sumando personas que fueron desalojadas de sus hogares porque no podían pagarlas, entonces llegaron, ocuparon parcelas de tierra y edificaron viviendas cada vez más precarias.