"Sí, claro que lo conozco, Antonio el guitarrista, un fenómeno", comenta el mozo de un restaurante frente a la plaza Matriz. El músico ya es un personaje de la Ciudad Vieja. Llega al mediodía, conecta su parlante al kiosco de la plaza y empieza a tocar. Cientos pasan en el correr de la tarde y algunos, los más curiosos, frenan su carrera para escuchar. Él no parece inmutarse y sigue tocando. Con los ojos cerrados, concentrado, casi en trance, hasta que termina la pieza y ahí sí, saluda y conversa con quienes lo rodean.
El guitarrista de la Plaza Matriz se llama Antonio Sanguinetti, es de Tacuarembó y ha hecho de todo, "desde peón rural hasta trabajar en un Abitab", dice. Si bien no le molesta la etiqueta de músico callejero, aclara que es un profesional, y saca a relucir su curriculum. Estudió en el conservatorio Falleri-Balzo -la institución musical más antigua que funciona actualmente en el país- y durante seis años tocó en escenarios de Brasil. Es profesor de música, dice, y compone para bajo, batería, flauta y acordeón, pero su especialidad es la guitarra.
Quienes pasan por la plaza, pueden premiarlo con dinero o comprar alguno de sus discos, de los que lleva vendidos más de 1.500 copias. "Estoy cerca del disco de oro", comenta a tono de broma. Pero es cierto.
Además de la Plaza Matriz, se lo puede ver tocando en las ferias de Villa Biarritz y de Tristán Narvaja, y en el Tartamudo Bar o algún teatro cuando se le presenta la oportunidad.
Si bien tocar en la calle le gusta, reconoce que es una necesidad, y le gustaría un mayor aporte a la cultura para así vivir de su profesión. Por ejemplo, que existiera un circuito público con festivales o presentaciones en todo el interior, como los que solía realizar en Brasil. "Así como vos sos periodista y el otro es carpintero, yo soy músico, y quiero vivir de eso", dice.
Ahora sólo va a la plaza algunos días por semana ya que el frío lo desmotiva y la recaudación es pobre: unos 300 pesos diarios. Y al igual que la mayoría de los comerciantes de Ciudad Vieja, espera ansioso la temporada de cruceros. Ahí los turistas lo felicitan y, gracias a esa generosidad que suele ganar a las personas cuando están de viaje, puede llegar a recaudar más de mil pesos por día. "No se si es que me verán pintoresco, para mí que me ven talento", dice sinceramente.
Tocar en la plaza le ha dado la oportunidad de ver de todo, desde charlar con los "gurises que piden monedas", y saben todo lo que pasa en la zona, hasta presenciar una pelea entre un hombre estatua y otro disfrazado del Zorro.
Existe un video muy popular en YouTube, donde un prestigioso violinista disfrazado de músico callejero toca en medio de una estación de subte de Nueva York. Nadie, con excepción de un niño, se detiene a escucharlo. Antonio vio el video, pero no se siente identificado. Dice que muchos se frenan a escuchar, e incluso confirma que el mito del guitarrista es cierto y que ha "levantado" novias gracias a la guitarra, incluso en la plaza Matriz. Será por eso que le gusta tanto tocar allí. (Francisco Marques)