En busca de un archienemigo

Barack Obama es tan popular que aún no tiene a su némesis

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Todo superhéroe necesita un archienemigo. El presidente Barack Obama aún tiene que encontrar uno.

"Siempre es útil tener un villano", dijo Joe Gaylord, un estratega republicano que contribuyó al ascenso de Newt Gingrich en la década de 1990. "Si no se lo tiene, hay que crearlo".

Los enemigos pueden ser útiles y por momentos esenciales, ya que proporcionan contrastes que ayudan a un presidente a elaborar argumentos para un programa enérgico o hasta para un llamado a las armas. Thedore Roosevelt tronaba contra los "malhechores de grandes riquezas", Franklin Roosevelt condenaba a los "inescrupulosos que cambian dinero", Ronald Reagan despreciaba al gobierno, que, en su opinión, "no soluciona problemas; los subvenciona", y Bill Clinton menospreciaba a Gingrich.

"A medida que el presidente se dedique de lleno a la tarea de salvar al país, tiene que haber alguien o algo que se interponga en el camino", dijo Chris Lehane, estratega demócrata que trabajó para Clinton.

Ya hay algunos candidatos para el papel de enemigo de Obama, aunque ninguno de ellos tiene demasiado éxito.

"Por ahora carece de enemigos, lo cual no es común tratándose de alguien que sobrevivió a una campaña presidencial", dijo Ed Rollins, director de campaña de Reagan en 1984.

Los primeros esbozos de protesta por parte de sectores demócratas fueron silenciados. Kim Gandy, presidente de la Organización Nacional de Mujeres, condenó a Obama por no incluir suficientes mujeres en su gabinete, pero luego moderó sus críticas.

En su propio partido, Obama asimiló a su principal rival al nombrar secretaria de Estado a Hillary Clinton. Los activistas liberales parecen dispuestos a darle tiempo antes de empezar a encontrar defectos en su gestión.

En un primer momento, ese espacio puede dar flexibilidad a la política de Obama, que tiene 47 años. De todos modos, puede necesitar un enemigo ideológico o partidario a los efectos de dar a su Casa Blanca el magnetismo polar que define a muchas presidencias exitosas.

"El mensaje (de Obama) va a adquirir mayor fuerza si se detecta a un enemigo claro del Sueño Americano", dijo Lehane.

Obama no parece ansioso por crear un antagonista. El 9 de enero dijo que no habría "orgullo de autoría alguno" en la redacción de un paquete de estímulo destinado a salvar o crear cuatro millones de empleos. Luego se reunió con legisladores republicanos a los efectos de impulsar su plan.

Ese espíritu solidario puede convertirse en un problema, dijo Rolling. Porque todo héroe necesitar tener su villano. (Bloomberg)

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