Scott Johnson, Newsweek
El Ejército de Mahoma es apenas uno entre varios grupos clandestinos de resistencia surgidos tras la caída del régimen iraquí. En una cita con un periodista de Newsweek, tres de sus miembros, Mohammed al-Rawi, de 40 años, Ali Saadi, de 32, y Kadim Baghdadi, de 34, dijeron que el grupo cuenta con 5.000 combatientes armados y una estructura de comando "centralizada" que se extiende desde Ar Ramadi en el oeste de Irak hasta Tikrit en el norte y Bagdad en el este.
Baghdadi afirmó que la organización comenzó como un grupo de guerreros tribales molestos por la muerte de 13 iraquíes en una protesta reprimida a tiros en Faluja. "Nos pusimos en contacto a través de las figuras claves de nuestras tribus", dijo. "Primero nos reuníamos en pequeñas células, lejos de las ciudades, en granjas, y comenzamos a hablar. Decidimos que tenemos que liberar el país".
Los guerrilleros viven entre la población civil y dependen de su apoyo y protección, estrategia que complica los esfuerzos estadounidenses por atraparlos. Los miembros del grupo hablan de una red de apoyo creciente. Hace un par de semanas, otros tres miembros de la célula de Al-Rawi viajaron al pueblo sureño de Al Kut para abastecerse de armas y municiones. Hicieron el viaje de más de 200 kilómetros en un camión de helados, informó un ex oficial del Mujarabat (antiguo servicio secreto de Hussein) que intermedió en las transacciones.
Como la mayoría de los pueblos del sur de Irak, Al Kut ha estado relativamente tranquilo en las últimas semanas. Pero en un complejo habitacional de las afueras florece un mercado de armas clandestino. El oficial del Mujarabat dijo que él y sus compañeros de viaje fueron casa por casa y en cada una los invitaron con té y les mostraron una amplia variedad de armas a precios de ocasión: 1,50 dólares por granada de mano y apenas 70 dólares por un lanzacohetes.
La ideología del Ejército de Mahoma parece una mezcla de nacionalismo ardiente, celo islámico sunita y antisemitismo, la misma fórmula utilizada por Hussein para obtener apoyo popular. Sin embargo, los tres entrevistados dijeron que no desean su regreso. "Queremos crear un nuevo gobierno, sin Sadam pero del mismo estilo. No queremos traer a Sadam de vuelta", dijo uno.
Otra característica del grupo es su odio a Estados Unidos. Al-Rawi leyó en voz alta la siguiente declaración: "Los estadounidenses han ocupado nuestra tierra bajo un pretexto falso, y sin ninguna autorización internacional. Matan a nuestras mujeres, niños y ancianos. Quieren traer a los judíos a nuestra tierra sagrada para controlar Irak y concretar el sueño judío". El documento termina con un juramento: "Prometemos quemar sus tanques. Ellos morirán".