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"Cultura de contrapoder antes que conquista del poder"

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La cuestión. ¿Cuáles son los fundamentos del movimiento que se opone al impulso globalizador?

La respuesta / Primer diccionario altermundista

Aglutinados en torno a la publicación política Le Monde Diplomatique, los colaboradores del diccionario recopilan y definen, desde sus posturas ideológicas, varios conceptos y términos que impregnan el debate público internacional. Más de 40 escritores, investigadores y periodistas explican el significado de corrientes de ideas como el liberalismo o el feminismo, además de dar su visión sobre la inflación, el libre comercio y la propiedad, entre las más de 300 entradas del diccionario. Editado por Capital Intelectual y distribuido por Aletea ($ 695), el diccionario expone, según sus autores, "las claves del pensamiento progresista mundial".

El altermundialismo (...) nació en la década de 1980, particularmente a favor de la lucha por la anulación de la deuda pública de los países del Sur. Se reforzó durante la lucha contra el Acuerdo Mundial de Inversiones y adquirió un vasto reconocimiento con motivo de la gran manifestación de Seattle de 1999 que apuntaba a cuestionar las tesis de la Organización Mundial del Comercio, que organizaba en esa ciudad estadounidense su tercera conferencia (...).

Todos aquellos que luchan por un mundo diferente del que hoy nos impone la globalización neoliberal coinciden en que hay que exigir otro tipo de producción de riquezas en el planeta y un modo de reparto radicalmente diferente de dichas riquezas entre los pueblos. Consideran que, para ello, los mercados no deben ser el único instrumento de regulación. Esta convergencia ha permitido la emergencia de un verdadero movimiento mundial que se nutre de las diversidades de todos y de las particularidades geográficas e históricas. A través del Foro Social Mundial y los distintos foros regionales, nacionales y locales en los que participan muchos representantes de la sociedad civil, este movimiento ha adquirido una expresión identificada, cada vez más visible y, en parte, influyente.

El altermundialismo es un movimiento social en el pleno sentido del término. Apunta a la emancipación de la humanidad, bajo una forma que aún no se ha precisado en detalle y que se expresa de manera pluralista. Como todo movimiento social y ciudadano, se construye en la práctica de asociaciones, redes y sindicatos de forma completamente autónoma respecto de las lógicas estatal y capitalista. Se define, primero, por un zócalo de convicciones comunes: la oposición a la mercantilización de las actividades humanas, la exigencia igualitaria y democrática, la preocupación por el futuro del planeta y, más precisamente, la voluntad de hacer respetar la primacía de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 por sobre cualquier otro derecho. Se propone trabajar en la elaboración de principios sobre los cuales pueda edificarse "otro mundo posible":

-El respeto de la dignidad de la persona humana sólo tiene sentido si se garantizan condiciones de vida decentes para todos: alimento, vivienda, salud, educación, seguridad, lo que supone, especialmente, la soberanía alimentaria y la erradicación definitiva e incondicional de toda arma de destrucción masiva.

-La libertad individual sólo tiene sentido si implica la posibilidad para cada uno de participar de las decisiones colectivas y de controlar su aplicación; esto exige una amplia profundización del concepto democrático.

-La protección de los ecosistemas debe respetar varios principios: el de la sostenibilidad o sustentabilidad del desarrollo y el principio de precaución aplicado a toda experimentación científica y técnica.

-La solidaridad implica la definición de los bienes comunes, de bienes inalienables de la humanidad dotados de un estatuto internacional que los proteja; también implica la repartición libre y pública del conocimiento, al igual que una tasación real de todas las transacciones especulativas, por definición no creadoras de bienes o servicios.

-La laicidad y el respeto por la diversidad de las culturas, los modos de vida, las tradiciones -a condición de que éstas no atenten contra la integridad y los derechos de la persona humana-, se consideran principios fundadores de la sociedad humana.

Este zócalo común, que podría constituir la base de un derecho internacional reconocido, da lugar a una gran diversidad de objetivos e iniciativas de los actores que se reconocen en él. Se refiere a "momentos fuertes" y a "lugares altos", como la región de Chiapas en México, Porto Alegre en Brasil o Larzac en Francia. Todas estas iniciativas se sostienen mutuamente, pero sin intentar jamás federarse formalmente ni cristalizarse en un organigrama rígido, sobre todo debido a que los diferentes componentes del altermundismo reivindican pertenecer más bien a una cultura de contrapoder que de conquista del poder.

Ignacio Ramonet

El fundador del periódico político Le Monde Diplomatique es una de las figuras más conocidas del progresismo europeo. Nacido en España y radicado en Francia desde hace años, es un promotor del régimen de Fidel Castro a quien entrevistó en repetidas oportunidades.

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