La respuesta / investigación sobre Jesús
Estructurado como un extenso reportaje en el cual el periodista y escritor italiano Corrado Augias entrevista al profesor e historiador del cristianismo Mauro Pesce, el libro (editado por Debate, $ 390) intenta responder algunas de las preguntas fundamentales en torno al Jesús de carne y hueso, sin negarle a nadie la posibilidad de la fe cristiana. Desde el nacimiento hasta la resurrección, los autores recorren evangelios canónicos y apócrifos, textos históricos y actuales para esclarecer algunos de los interrogantes sobre el judío que dio inicio al cristianismo.
Jesús está obsesionado por el mal que domina el mundo. La enfermedad devastadora de los pobres, la vida miserable de los niños en las clases sociales más humilladas, la incomprensible muerte de personas en el derrumbe de un edificio, las injustas matanzas de los romanos. Para él, Dios es el padre que puede salvar y le ha dado el poder extraordinario de sanar. Pero Dios le resulta incomprensible. Durante toda su vida intenta saber qué quiere Dios; al final se siente abandonado y no comprende por qué Dios le ha destinado a una muerte injusta, a una derrota humillante y a padecimientos atroces. Le atribuye a él su derrota y por eso la acepta, aunque no la entienda. Jesús no tiene una teodicea, no tiene una visión consoladora, optimista. El Dios que ha conocido es una padre amoroso y omnipotente que sin embargo le ha anonadado entregándole a las potencias del mal. Jesús no es un filósofo no elabora teorías sobre la presencia o la ausencia de Dios. Pero tiene una visión compleja y dramática. Intuye, y así lo manifiesta, que en el mundo, además de la potencia benéfica de Dios, está la de Satanás y sus ángeles malvados. Dios ha entablado una batalla contra Satanás y contra el mal, decidido a ganarla. Jesús cree que, con este fin, Dios le ha encomendado una tarea y un poder. Sueña con un reino de Dios futuro en el que por fin triunfe la justicia, un reino milenario de bienestar, de saciedad para los hambrientos, de reconciliación y amistad, también con las fuerzas de la naturaleza. Es el reino de Dios, del que será expulsado para siempre Satanás, el príncipe de este mundo. Tal es el sueño que moviliza las conciencias.
Nada más alejado de una teodicea consoladora y mediocre que la percepción que tiene Jesús del mundo y la fuerza de Dios. El mundo es el campo de una batalla violentísima e incomprensible. Pero Jesús sigue creyendo que Dios es fuerte, poderoso y benevolente aunque permita que le maten.
Suele decirse que Jesús introdujo la idea de Dios como padre misericordioso, a diferencia del Antiguo Testamento, cuyo Dios sería implacable. Por otro lado, si Jesús tiene razón cuando dice que Dios es benevolente y se preocupa cariñosamente de los hombres, ¿por qué los débiles están indefensos, por qué se humilla o mata a inocentes? Demasiado a menudo nos limitamos a decir que Jesús tenía una concepción noble de Dios, sin tener en cuenta las consecuencia de esta afirmación. Una respuesta breve a una cuestión compleja puede ser falsa. Ante todo hay que decir que es falsa la idea de que en el Antiguo Testamento judío predomina una visión casi violenta de Dios. Se trata de un prejuicio, uno de los fundamentos teológicos del antisemitismo. Es justo lo contrario: en el judaísmo Dios siempre tiene dos aspectos, el de la justicia y el de la misericordia, y en sus juicios siempre procura que prevalezca el aspecto misericordioso. La idea de Dios como padre no es una creación cristiana ni judía, existía en todo el Oriente Próximo antiguo.
(...) Evoca el poder de la fecundidad, de la protección, y el poder patriarcal de la fuerza, en última instancia el del padre padrone. Jesús añade que Dios es como un "papá", un padre cariñoso que se desvive por la criatura. Pero este concepto es sólo una variante de la idea judaica de un Dios misericordioso, la acentuación de una de las virtudes del judaísmo. Añadiré que la idea de un Dios que interviene perpetuando sus castigos de generación en generación también se encuentra en algunos textos del Nuevo Testamento y en muchos escritores cristianos antiguos y modernos. Pero el de Jesús también es un Dios justo, si es que Jesús pronunció las frases que le atribuye el Evangelio de Mateo sobre el juicio final, cuando los malos recibirán su castigo.
Mauro pesce
Además de escritor y experto en la Biblia, Pesce enseña en la Universidad de Bolonia. Junto a la antropóloga Adriana Destro escribió varios libros sobre el cristianismo primitivo.