La Nación/GDA
La semifinal entre Novak Djokovic y Carlos Alcaraz por el Roland Garros de este viernes representó un choque generacional entre uno de los tenistas más dominantes de su era y otro que aspira ejercer el mismo nivel de jerarquía en los próximos años.
El español comenzó como el favorito por su gran desempeño en los partidos previos del campeonato, pero a lo largo del primer parcial el actual número 3 del mundo exhibió su arsenal de golpes fuertes y largos y drops que exigieron a su rival al máximo, para pasar a ganar por 6-3. El líder del ranking ATP, sin embargo, no quedó afectado por el dominio inicial del serbio, y su respuesta en el inicio del segundo set despertó incredulidad y admiración en partes iguales en todo el Court Philippe Chatrier.
En el tercer game, Djokovic devolvió con su característica potencia un saque de Alcaraz para pasar a tomar el control del rally y luego atacó con otro de sus drops que se han convertido en su marca registrada. El murciano llegó exigido, y su rival creyó que con un slice largo podría quedarse con el punto. Parecía que la única opción para el número 1 del mundo era buscar el remate por entre las piernas, pero en su lugar dibujó un golpe casi imposible, con una flexibilidad asombrosa, en el que alcanzó a girar y sacar un passing de derecha inalcanzable. Djokovic no tuvo mejor opción que extender los brazos y rendirse ante una de las mejores pelotas del partido.
In Novak voice: NOT TOO BAD 🤯#RolandGarros | @carlosalcaraz pic.twitter.com/pHkwxrff4u
— Roland-Garros (@rolandgarros) June 9, 2023
El punto recibió una ovación cerrada y total de todos los espectadores en el estadio, que se pararon a aplaudirlo, sorprendidos por la jugada.