ENVIADO / AVIÑÓN, FRANCIA
Los Teros se aprontan para cerrar su participación en el Mundial de Rugby 2023 que será nada menos que contra Nueva Zelanda y de cara a ese partido, Santiago Arata remarcó el significado que tendrá enfrentar a otra potencia dentro de este torneo.

No será un partido más para la Celeste y los jugadores lo tienen claro. Por eso, después de celebrar el triunfo ante Namibia en Lyon, la cabeza ya está puesta en el último juego del equipo de Esteban Meneses en Francia 2023.

El medio scrum de 27 años habló en entrevista con Ovación en Aviñón y contó cómo vivió la lesión que casi lo deja afuera de la Copa del Mundo, la “frustración” tras la derrota con Italia y qué esperar del seleccionado uruguayo frente a los All Blacks.

¿Cómo estás disfrutando este Mundial después de tanta incertidumbre por tu lesión?
Es un Mundial que espero hace mucho tiempo. Desde que nos clasificamos, desde que me vine a jugar a Francia hace tres años y medio casi cuatro. Lo venía pensando hace mucho tiempo y lo venía preparando, pero a veces la vida te da unas vueltas y me puso tremendo desafío cuando en mi última práctica de la mitad de la pretemporada con Los Teros en Uruguay lamentablemente me rompí el pulgar, sufrí una pequeña fractura en el entrenamiento y me tuve que venir a Francia a lo loco para operarme.

¿Qué te decían los médicos?
Habían diagnosticado que si me operaba no iba a llegar al Mundial, pero la verdad que tuve el apoyo de muchas personas, de mis amigos, de mi esposa, de mi familia. Y también quiero mencionar a los profesionales que me ayudaron a llegar, que me impulsaron a venir a Francia a operarme, a hacer todo lo posible para llegar: Jorge Tabachnick, cirujano especialista en manos, y Santiago Azambuja. Gracias a esos dos locos pude llegar bien, no al cien por ciento pero sí bien mentalmente como para arrancar un Mundial a full con Uruguay.

¿Cómo fue sumarte al plantel luego?
Me sumé a lo último, cuando ellos llegaron para entrenar en Aviñón. Yo estuve en Castres haciendo la preparación, que en realidad era para mantenerme físicamente. Cuatro días antes de sumarme al equipo, me sacaron los fierros de la mano y se dio de una manera bastante rápida porque era la única forma que había. Y fue algo bueno porque aprendí, me preparé mucho mentalmente y yo esto lo quería más que nadie. Se dio de esa manera, pero cuando llegué a Aviñón y me sumé al equipo, empecé la recuperación de la mano, porque no había trabajado nada con la mano y en una semana tuve una progresión impresionante. Llegué con lo justo, pero quería llegar al partido con Francia porque tengo la suerte de jugar todos los fines de semana contra los chicos que están ahí, así que no me lo quería perder y la verdad me sentí bárbaro.

¿Qué pasó por tu cabeza cuando te decían que no llegabas al Mundial?
Fue durísimo y más por cómo se dio todo. Jorge Tabachnick, que es el especialista en manos, volvía de Argentina y el mismo día que llegó me abrió las puertas de su casa para ver el diagnóstico y ver cómo estaba. Fue muy duro pero armamos todo como para tener un diagnóstico lo más pronto posible y más allá de eso, me motivaron y siempre estuvieron atrás mío diciéndome que le iban a buscar la vuelta.

¿Y qué dijeron los médicos cuando decidiste venirte antes a Francia?
Cuando se enteraron de que me había contactado con el club para venirme para acá y tomar la decisión de operarme en Francia, ninguno me dijo que iba a llegar y que iban a dar los tiempos, pero que sí iban a hacer todo lo posible. Pero siempre tuve el susto en la cabeza porque tomaba muchos riesgos y podía empeorar la situación, aunque desde el momento que le dije a mi esposa, ‘che me voy para Francia’, me dijo ‘dale tranquilo que va a estar todo bien’. Además, ella está embarazada y en ese momento estaba de seis meses. Yo hacía dos años no volvía a Uruguay y fue durísimo tener que irme porque no pude compartir mucho con mi familia, mis amigos. Fue una decisión de los dos y fue duro. Pero después juntarme con el equipo acá en Aviñón fue una alegría. Ver a mis compañeros de nuevo, hablar el mismo idioma y compartir la misma cultura fue algo que me llenó de una energía súper positiva.

Foto: Enrique Arrillaga.

Después quedaba la otra parte…
Y después dependía solo de mí. Yo había hecho todo para estar bien físicamente, me miraba todos los entrenamientos de Uruguay, tenía reuniones con el staff y me acostaba tardísimo. La verdad era una vida de locos, pero con un objetivo. Obvio que sufrí y tuve muchos momentos en los que me preguntaba si pensaba realmente que lo que estaba haciendo era lo correcto, pero ahí es donde entraba a jugar el rol de las personas que me apoyan y que me tiran para adelante, esas que no dejan pensar ni un segundo en algo negativo, así que estaba bastante tranquilo en ese sentido.

¿Y hoy cómo te sentís?  
Estoy bien, pero con algunas molestias, más que nada en la inflamación del dedo porque cada cinco o seis días tenemos partido. Después en las prácticas vengo dándole palo con una intensidad alta, pero más allá de eso, me siento bárbaro. Haberme operado no me limita para nada en los partidos. Hasta hace poco estaba jugando con una protección que era bastante molesta, pero era la forma de mantener la articulación en su lugar y de no tener ningún riesgo. Hoy mi diagnóstico es súper positivo y me puedo sacar la protección así que voy a estar con el vendaje nomás y una pequeña protección para los impactos. Pero cada día me siento mejor.

¿Por qué entrenaste diferenciado el sábado?  
Tenía una reunión programada con el cirujano que me operó y le había preguntado al staff y al capitán si podía retirarme después del partido con Namibia en Lyon porque la verdad no quería perderme esa reunión con él para que me diera un diagnóstico de cómo venía mi evolución. Fue una hora de viaje, después tuve que volver hasta Castres, que es donde vivo y al otro día venirme hasta Aviñón en auto. No tuve día de descanso como tuvo el equipo y entonces lo del sábado fue por esas vueltas, para ir volviendo progresivamente a las cargas y no arriesgarme a hacer lo mismo que todo el equipo cuando no había tenido un buen descanso.

¿Cómo se vivió el hecho de trazarse un objetivo tan ambicioso en este Mundial?
El gran objetivo que teníamos era ganarle a Italia y a Namibia y no lo pudimos conseguir. Fue algo duro en su momento por cómo se dio, por ese primer tiempo que la verdad fue impresionante porque dominamos en todos lados de la cancha y nos fuimos arriba en el tanteador, pero después pagamos un poco la realidad de las grandes diferencias entre los dos equipos. No supimos mantenernos en partido, hubo muchos errores y por eso la frustración después. No quiero hablar mucho más de Italia porque la verdad que fue algo muy duro para nosotros, pero me parece que se pudo ver en este Mundial la gran proyección de Uruguay, que le jugó de igual a igual a potencias como Francia, Italia y ahora se nos vienen los All Blacks. Fue un salto tremendo e impensado.

Foto: AFP.

¿Están conformes con lo hecho a pesar de no lograr el gran objetivo?
Nuestro objetivo era ganar dos partidos y clasificarnos directo al próximo Mundial. No pudimos completar esa meta pero fue algo increíble para todos, incluso para la gente porque había miles de uruguayos en las tribunas en esos dos partidos que queríamos ganar, recibimos el cariño, el apoyo y los mensajes de todos diciéndonos que era impresionante lo que jugó Uruguay. Yo tuve la suerte de volver a mi casa en Castres y fue impresionante cómo me recibieron en el aeropuerto y en el club todos hablando de nosotros. Y eso es increíble porque no lo teníamos pensado, no sabíamos que íbamos a tener ese impacto. Y la verdad que estamos tristes o dolidos por un lado por no haber cumplido el objetivo, pero felices por recibir todo el cariño y el reconocimiento de la gente porque trabajamos mucho.

Aparte de que fue una preparación muy larga, ¿no?
Fue una pretemporada muy dura. Cada uno hizo muchos sacrificios. Fue durísimo. Los chicos del Seven jugaron todo el año, no tuvieron descanso. Volvieron y se sumaron al XV. El staff pasó de Peñarol directo a la selección. Hubo muchas cosas la verdad. Yo por ejemplo no tuve vacaciones porque terminé el Top 14 y me fui directo a Uruguay. Obvio que hubiésemos querido terminar de una manera distinta pero el resultado de todo esto sigue siendo muy positivo, sobre todo por el impacto que tenemos en Uruguay. Todo lo que venimos recibiendo del paisito es muy positivo y es lo que pretendemos generar nosotros: que el rugby en Uruguay crezca, que tenga más impacto, que sea más interesante para los chicos y en todo el país. Que no sea solo fútbol. Y la verdad que todo esto para nosotros es muy importante.

Foto: Enrique Arrillaga.

¿Cómo fue pasar a ser jugador profesional en poco tiempo y plantearte con Los Teros objetivos tan ambiciosos?
Yo por suerte hoy vivo del rugby, soy un jugador profesional y miro para atrás y está el ejemplo del Mundial de Japón 2019. No era profesional ahí. Y la verdad que cada partido se ve distinto porque estábamos conformes con lo que habíamos hecho en la participación. Hoy es diferente. Nos plantamos como una nación que viene a competir, que viene a estar a la par de los demás equipos. Ahora por suerte nos queda el último desafío contra uno de los mejores equipos del mundo, el mejor equipo de los últimos 10 años y la verdad queremos pisar fuerte y decir que estamos acá presentes para ir a pelear el partido, con el juego que venimos mostrando, con esta cabeza. Y eso también nos va a dar la pauta de dónde estamos como equipo, como país y saber qué tenemos para mejorar.

¿Qué significa enfrentar a los All Blacks en un Mundial?
Para la gente que no sabe y para la que sabe de rugby, es un partido que todo niño que juega a este deporte le encantaría o soñaría jugar. Nueva Zelanda revolucionó al rugby, es un equipo que ha hecho un gran cambio en la última década y es impresionante. Entonces jugar este tipo de partidos es un disfrute imponente, pero también requiere preparación y madurez, porque la verdad que son unos animales.

¿Con qué objetivo van Los Teros a ese partido?
Queremos marcar presencia y ponernos a tiro. El partido lo vamos a abordar con mucha madurez, estando atentos, haciendo una buena semana y luego tratar de plasmar nuestro sistema y lo que venimos haciendo ante un rival de una calidad de jugadores impresionante. Pero la motivación, las ganas y el hambre están. Lo único que falta es afinar detalles, que es lo que estamos haciendo esta semana y luego veremos cuál será el resultado. Pero de nuestro lado hay un compromiso de todo el equipo, de los que jugaron, de los que no jugaron todavía, de todos. Eso es lo fundamental en un grupo. Después veremos cómo se va dando el partido, pero esperemos plasmar lo que venimos haciendo.