El mito del "Grande Torino", el equipo turinés de fútbol que en los años 40 pasaba por ser el mejor del mundo y que falleció en el trágico accidente aéreo de 1949, a su vuelta de un partido amistoso disputado en Lisboa, llega a las pantallas cinematográficas con el estreno de "Ahora y para siempre".
La película, cuyo título original en italiano es "Ora e per sempre", que será estrenada dentro de diez días en varias salas de cine, desea remarcar la importancia del recuerdo, de los valores y del mito de un equipo que parecía imbatible y que se convirtió en leyenda tras su triste final.
El "Grande Torino", capitaneado por Valentino Mazzola (padre de Sandro Mazzola, uno de los jugadores de mayor renombre en la historia del fútbol italiano), era un equipo casi invencible en la década de los 40: dominaba en Italia (cinco Ligas consecutivas conquistadas) y se adjudicaba prácticamente cuantos partidos amistosos internacionales disputaba (entonces no existían las competiciones europeas).
EL ACCIDENTE. Pero el 3 de mayo de 1949 llegó para el "Grande Torino" su último partido. Fue en Lisboa, adonde voló el equipo torinista para disputar un amistoso con el Benfica, cuyo capitán era gran amigo de Valentino Mazzola y deseaba disputar ante el conjunto italiano el encuentro homenaje de su adiós al fútbol.
Al día siguiente, la plantilla y dirigentes del Torino volvieron a Turín, en el que fue su último viaje. A las 17.05 hora local, el trimotor "FIAT N.212" de las entonces denominadas "Aviolineas Italianas", debido a la densa niebla se estrelló mientras comenzaba el aterrizaje contra los muros del jardín de la Basílica de Superga, en las inmediaciones del aeropuerto turinés.
Las treinta y una personas que estaban en el avión fallecieron al instante. Desde ese día, la Basílica de Superga, donde actualmente se encuentran restos del avión, una placa con los nombres de los fallecidos y una lápida, se convirtió en un lugar de peregrinación para los aficionados del fútbol.
LA PELICULA. El film, a punto de salir no es en sí una crónica de los triunfos del equipo del Torino (actualmente en la Segunda división italiana) que capitaneó Valentino Mazzola; sino que transcurre en dos distintos períodos: en la vigilia del fatídico 4 de mayo de 1949, y en la ciudad de Turín de nuestros días.
El nexo de unión de ambos períodos es la historia de uno de los aficionados "santo y seña" del Torino: Oreste Bolmida, que con su trombón incitaba a los jugadores del equipo "grana" desde las gradas del estadio "Filadelfia", antigua sede del club y actualmente casi en estado de ruina.
La búsqueda de la mítica tromba en la presente Turín, lleva a los espectadores desde los años de la postguerra a los actuales. Una historia donde destaca la importancia que los éxitos deportivos tuvieron para una sociedad que vivía crisis y miseria tras una II Guerra Mundial que dejó sufrimiento y desastres. Pero que se apaciguaban e, incluso, se resarcía con triunfos como, en este caso, los del "Grande Torino". EFE