Sergio Tesitore: "El ciclismo es dolor en silencio, ahora no quieren sufrir" y la carrera que ganó "sin querer"

Ya nos tenemos que olvidar un poco del ciclismo de ruta por esta zona”, se lamenta Sergio Tesitore en diálogo con Ovación. El “Canario” fue un histórico ciclista del España–La Paz, ganador dos veces de la Vuelta de la Juventud, una de Rutas de América (1994) y un un montón de “domingueras” y carreras en el exterior, representó a Uruguay en la carrera de ruta de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y —directa o indirectamente— pasó su vida relacionado al deporte de su vida.

Nostálgico de los tiempos cuando el ciclismo era popular, crítico de las nuevas generaciones que “no quieren sufrir” y admirador del esloveno Tadej Pogacar porque “es un ganador y también buen perdedor”.

Es del 1967, empezó a correr con 12 años en Codecam y se retiró a los 35 años, en 2002, cuando emprendió con un puesto de frutas y verduras que se volvió icónico en la ruta 5. “El nombre se lo puso la gente porque cada vez que paraba un cliente preguntaba si ese era el puesto ‘del ciclista’”, cuenta Tesitore, hoy desde la “oficina” de su negocio paralelo: un comercio de bicicletas.

Foto: Santiago Vanoli

“En setiembre del 2020 empezamos acá, con mi primo (Miguel) que toda la vida fue mecánico. En la pandemia fue cuando mejor nos fue porque la gente no podía hacer deporte de contacto y se vendían bicicletas como loco. Para mí es un sueño porque yo siempre quise seguir vinculado a la bici, pero con el puesto no era compatible porque te demanda muchas horas al día”, explica.

El local tiene una pared llena de recortes de diarios con fotos de sus carreras ganadas. “Con los recortes de las que perdí no me alcanzan las paredes”, bromea. Dice que “dos por tres” algún cliente contempla las fotos —algunas en blanco y negro, otras a color— y le cuenta su propia anécdota de una carrera que Tesitore ganó.

Pero la que más le gusta contar a él es una Vuelta de Argentina que ganó aunque “no la quería correr”. Fue después de Rutas (semana de Carnaval) cuando llegó una invitación a la que los clubes de Montevideo declinaron, y fue a parar al España–La Paz. “Con todos los gastos pagos, aceptamos sin prestar mucha atención, y viajamos con Gustavo y Sergio Corujo, Oscar Zanini y el ‘Tapón’ (Heber) Ferulo de técnico.

Pero cuando llegamos nos enteramos que eran 15 etapas. ‘Imposible, nos vamos’, dijimos. Porque llegábamos dos días antes de largar la Vuelta (Ciclista del Uruguay, en semana de Turismo)”, recuerda.

Al final decidieron largar y abandonar a mitad de carrera, cuando pasaran cerca de Salto. Pero como Tesitore se mantuvo arriba en la general desde el primer día, se fue estirando. “Al final yo me sentía cada vez mejor y en la penúltima etapa agarré la malla. Gané la general sin ganar una sola etapa”.

Fue dos veces segundo en la Vuelta Ciclista, la primera en 1989 detrás de Federico Moreira y la segunda en 1998 detrás de Jorge Giacinti, que volvió a ganar en 2023 (y también en 2004): “Eso va más allá del ciclismo, pero deportivamente hablando no hay nada científico que pueda explicar que un tipo de 50 años, con edad para correr en veteranos, le gane a gente mucho más joven. No es un súperhumano. Si bien ganaba en mi época, no era descollante. Como sí Federico en la contrarreloj, al que solo pude ganarle dos y corrimos 50. Entonces pienso que las nuevas generaciones no quieren sufrir, no son tan aguerridos como los de antes”, afirma y lo compara con el fenómeno de la inmediatez que impera en esta era de hiperconectividad.

¿El “Gallego” Javier Sánchez? “El que siempre me impulsó, respaldó y valoró. ‘Vos valés tanto para el que te venga a buscar’, me decía. Y yo sabía que en el España siempre tenía lugar, fue mi casa por mucho tiempo”.

Foto: Ricardo Figueredo

¿Los uruguayos en Europa (Thomas Silva, Eric Fagúndez y Ciro Pérez)? “Unos fenómenos porque tuvieron los testículos de irse solos y llegar a dónde hoy están”.

"No es sencillo irse a vivir como gitanos, en un lugar que no conocen, mantenerse solos, curarse solos, llorar solos. Porque el ciclismo no es todo fiesta, en el ciclismo hay mucho dolor, caídas, mucha recuperación en silencio. Cuando estás en tu casa estaba tu mamita, tu señora, tu familia. En cambio allá no es así", reflexiona.